Magnus Carlsen, bautizado como el rey del ajedrez tras hacerse con el título de campeón mundial, está viviendo el que parece ser su mejor momento en términos personales. Natural de Noruega, el maestro de 34 años se casó, el pasado 4 de enero, con su ya mujer Ella Victoria Malone. Una lujosa ceremonia celebrada en la Capilla Holmenkollen en Oslo, digna de cuento de hadas, que la pareja vivió muy bien acompañada de su círculo más íntimo. Es cierto que en una boda cada detalle cuenta, como la cascada floral que adornaba la entrada del lugar en el que contrajeron matrimonio. Sin embargo, como acostumbra a ser de esperar, fue el vestido de la novia el verdadero protagonista del enlace.
Un elegante vestido de novia en encaje
La joven acaparó toda mirada presente con un vestido conformado por dos partes bien diferenciadas. En primer lugar, un cuerpo de mangas largas, cuello alto en encaje floral y abertura en la espalda. Una zona superior confeccionada, además, con busto encorsetado en satén a tono con botonadura trasera forrada. Y en segundo lugar, una falda extremadamente voluminosa con larga cola elaborada, también, con tela de acabado satinado.
En lo que a complementos se refiere, la propuesta fue elevada con unos elegantes pendientes de botón, dos piezas de diamantes con los que añadió altas dosis de sofisticación al resultado. Tampoco pasó desapercibido el ramo de novia escogido para el gran día. Ella Victoria Malone se decantó por un bouquet creado en base a una única tonalidad de flor, recurso que nunca falla en las bodas más exclusivas debido a la sencillez y atemporalidad que destila.
El delicado peinado nupcial
Ella Victoria lució espectacular con un moño bajo con la raya en medio. Un recogido pulido y envolvente que adorarán aquellas que traten de hallar una idea de peinado cómoda y glamurosa a partes iguales. Además, resultó ser idóneo para sujetar el largo velo en tul que lució a la hora del enlace. En lo que a makeup se refiere, la novia confió en el eterno poder de los acabados naturales. Un rostro impecable logrado con base de maquillaje ligera, las dosis justas de bronceador y blush para enfatizar los pómulos, sombras de ojos tanto en tonos marrones mate –para un sutil ahumado– como metalizados, máscara de pestañas como encargada de agrandar la mirada y labial rosado.
Un segundo diseño
Pero eso no fue todo. La novia no tuvo suficiente con un único diseño. Una vez en el interior del banquete, deslumbró con un cuerpo de manga corta con cuello a la caja. Una creación llevada a cabo en encaje blanco cuajada de lentejuelas minúsculas a tono y detalles perlados, gema que no deja de causar furor en el terreno nupcial.