Fascinantes, espectaculares y muy lucidas, las flores tienen un papel protagonista en muchas bodas. No solo decoran, también transmiten y transforman espacios que en un inicio estaban desolados. Por eso, las novias entienden su enlace como una excusa para invertir en este regalo de la naturaleza. El reto es saber identificar y definir aquello que se desea conseguir y para echar una mano a todas esas parejas, hemos preparado la guía de arreglos florales para bodas, un manual nupcial para que sepas hablar con propiedad y entenderte a la perfección con tu florista.
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Para decorar entradas de iglesias, para dar la bienvenida a espacios o para construir altares de ceremonias civiles, los arcos florales son un recurso muy repetido, vistoso y espectacular dentro de una boda. De aspecto salvaje o, por el contrario, compacto, admiten todo tipo de flores, como puede verse en este montaje asilvestrado de Pinsapo.
Como si se cayeran de la mesa, de un rincón, de un pozo o de una fuente, las flores conforman espectaculares cascadas creadas a partir de variedades similares en color, tamaño o estructura. En este montaje de Carolina Bouquet se dan la mano las hortensias verdes y las velas minimalistas en un diseño para una boda en el Carmen de los Chapiteles de Granada.
Sofisticadas, de aire clásico y diseño romántico, las copas de flores decoran rincones, entradas, portones, mesas gastronómicas o seating plans con mucho gusto. En ellas, esta temporada imperan también los verdes con cascada, que otorgan movimiento al montaje y añaden un punto bucólico. Sobre estas líneas, una propuesta de La Buganvilla Arte Floral para una boda celebrada en Sevilla y organizada por Eventaria.
Vistosas, atemporales y las predilectas de las novias más clásicas, las columnas florales son algo más sencillas de montar que los arcos. Piezas con mucho volumen y que pueden transportarse de un punto a otro (por ejemplo, de la entrada de la ceremonia a la celebración), como estas de Elena Suárez and Co para una boda navideña en la madrileña Parroquia del Perpetuo Socorro.
Para reducir el espacio en enclaves demasiado amplios, para transformar rincones poco elegantes, para dar la bienvenida a los invitados o simplemente para decorar un hueco vacío, los bodegones son esos montajes florales que entran por los ojos y siempre apetece fotografiar. En concreto, esta propuesta delicada y de inspiración palaciega es de El Jardín del Cabo.
No todos los espacios admiten la incorporación de cortinas florales. Este recurso de la decoración nupcial es apto para exteriores o para ubicaciones interiores renovadas, pues su aire bohemio no casa quizá con los entornos más clásicos. Esta idea la vimos en Hacienda Los Miradores, en una boda en Sevilla, decorada por Pétalo.
El clásico entre los clásicos es el centro de mesa con diferentes variedades florales. Un diseño nupcial que ha estado presente en celebraciones de ayer y de hoy en España y que en 2025 se reinventa con variedades a diferentes alturas y cada vez más exóticas. Y los resultados siempre son sofisticados y prácticos a partes iguales, pues permiten ver a quien se encuentra sentado en frente, al otro lado de la mesa, sin esfuerzo. En la imagen, una creación de Savia Bruta Flor.
Buscando añadir una nota bucólica y casi novelística al diseño floral en bodas, los semiarcos han llegado para quedarse. Una propuesta que parece inacabada y, sin embargo, gusta más que las clásicas dos columnas. Se coloca para dar la bienvenida los invitados en diferentes espacios de la ceremonia y la celebración, especialmente en la entrada.
En decoración de hogar es habitual toparse con propuestas textiles que construyen preciosos caminos de mesa. Cuando se trata de montar una mesa nupcial, estos caminos de mesa se transforman y se construyen con flores conectadas entre sí. Lo vemos claro en este diseño de Pinsapo que mezcla verdes, macetas envejecidas y detalles silvestres con frutas de temporada.
Cuando toca decorar superficies altas o transformar los techos de un espacio, las guirnaldas siempre están al rescate. Un aliado decorativo, que puede estar hecho con flores o con verdes, que se colocan sobre los techos, en esquinas o en lámparas para crear un ambiente agradable y majestuoso, como el de este seating plan de Melero Eventos. "Una boda de ensueño donde no faltaron los elementos navideños, muérdago, flor de algodón, proteas, hortensias y mucho mucho rojo", contaba la floristería en la red.
Este 2024 ha triunfado una tendencia que seguiremos viendo en 2025. Impulsadas por la fotografía nupcial y las propuestas que llegan de otros países, las esculturas florales son un fenómeno estético alegre, artístico y rompedor, realizado a partir de flores y frutas. Floristas como de De Bohemia Lab, creadores de esta propuesta en rojo, recurren al mismo de forma habitual en sus bodas.
Cuando los novios buscan dejar a sus invitados sin palabras, pueden recurrir a montar una instalación floral colgante, una suerte de escultura imponente que llena todo el espacio. La de este montaje es obra de la floristería jerezana Enea, experta en transformar, con cada boda, el elegante enclave que es la Bodega González-Byass.
En fechas navideñas, en concreto en bodas de diciembre, abundan las decoraciones fieles a esta época del año. En ellas la corona es la estrella y adquiere gran protagonismo en áreas clave de la celebración. Lo vemos en ideas como esta: el estudio de decoración Gonzalo Balma dio forma a una propuesta de ensueño con corona de Navidad incluida.
Aunque son fáciles de distinguir, los árboles empleados en decoración de bodas no tienen que ser árboles en formato reducido necesariamente. Las floristerías trabajan con verdes auténticos y con ayuda de las ramas consiguen crear escenarios inolvidables sobre las mesas. Sobre estas líneas un trabajo, de inspiración otoñal, obra del equipo de Aquilea.
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