Una de las decisiones clave para muchas parejas a la hora de organizar su boda es la elección de las flores. Aunque hay quienes no les dan importancia, las flores no solo tienen el poder de vestir los espacios y los looks, aportar su aroma al entorno y crear un universo de fantasía, sino que mandan un mensaje. Su elección condicionará la forma en la que se verán los rincones y la manera en la que se terminará el estilismo de la novia. Y es que, más allá de las clásicas variedades florales, existen un sinfín de opciones menos conocidas que reclaman su hueco en el ramo nupcial y en la decoración del enlace. Hoy te descubrimos algunas combinaciones acertadas y muy románticas.
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Aunque hace unos años fueron tendencia, en las últimas temporadas los girasoles, propios del verano, han perdido fuelle en los enlaces. En este ramo de novia, de Gang and the wool, los encontramos junto a gerberas del mismo color amarillo. Una mezcla que nos demuestra que son flores perfectas para novias bohemias y relajadas.
Rosas de jardín, claveles, amaranthus y esparraguera
Hace un año ya detecté que el amaranthus sería una de las grandes tendencias nupciales de 2024, en materia floral. Y no me equivoqué porque todos los expertos y floristas reconocen que esta variedad era una completa desconocida hasta que surgió su boom en redes sociales. Aquí lo vemos, con toda su caída y en tono burdeos, en una creación de Colmenero Atelier, con claveles salmón y rosas de jardín inglesas de color anaranjado, junto al verde que más se ha extendido en los últimos meses (perfecto para crear cascadas): la esparraguera.
Esta novia llamada María apostó por la magia de un ramo de tallo largo para completar su sencillo look con fruncido central. En el mismo se distinguen dalias y orquídeas en tonos rojizos y rosados, pero el protagonismo lo tiene la flor central que es el nután o la protea roja, que aporta un aire muy vistoso.
La que es una de las grandes tendencias nupciales de 2025 (los montajes florales con un punto artístico y bucólico) ha llegado a las mesas de boda acompañada de frutas y verduras a todo color y también de variedades florales poco vistas. El anturium, el lirio antorcha y el crisantemo son las estrellas de este centro en tonalidades amarillas, en una propuesta ideal para enlaces de primavera.
A la hora de diseñar un ramo de novia blanco, lo clásico no ha de ser la única ni última opción. Si la protagonista del día tiene interés en conocer otras flores, se pueden crear diseños con un punto exótico, llamativos y preciosos. En este caso se fusiona la cascada (casi de hielo) que forma el amaranthus con el cosmos blanco, la anémona con su deslumbrante corazón negro y las grandes orquídeas.
Las dalias, dentro de un ramo de novia silvestre, cautivan por su belleza, su aspecto fresco y sus vibrantes colores. En este diseño las encontramos en tonos morados y magentas, junto a verdes muy alegres y ramas con fruto.
Más allá de las flores propiamente dichas, las plantas enredaderas pueden ser protagonistas de un ramo de novia diferente. Por su ligereza, movimiento y aire salvaje, variedades como el jazmín consiguen un look de lo más romántico y aportan su apreciadísimo aroma. Es cierto que es delicado evitar que sus pequeñas flores resistan el traqueteo propio del día de la boda, pero en fotografías ofrecen un aspecto espectacular.
Los tulipanes no son la flor más popular en los ramos nupciales, pero sí gustan a las novias más modernas. Sin embargo, en color amarillo o tonos anaranjados no son tan comunes y, lejos del carácter supersticioso que se ha otorgado a esta gama cromática, resultan una opción de lo más vistosa, original y sofisticada.
En este montaje utilizado para aportar color al rincón del seating plan, encontramos una fusión de colores, del verde al rojo, pasando por el rosa empolvado. Aunque la mayor parte de las flores empleadas son comunes en los diseños de boda (claveles, peonías, hortensias), sorprende que en este caso se opta por tonos que no están tan extendidos y que a los arreglos esculturales se suma la green wicky, una variedad verde en forma de pompón plumoso.
A veces confundidas con las margaritas, las gerberas son flores que pueden encontrarse desde principios de primavera hasta inicio del otoño. Siempre de gran tamaño y disponibles en tonos muy alegres (también en blanco, como estas), se han convertido en tendencia en los últimos dos años y además de protagonizar ramos y decoración de mesas de boda, también reclaman su espacio en las esculturas florales, que están de moda en los enlaces y como detalle diferente que lanzar a los novios al concluir la ceremonia.
El burdeos y el naranja se dan la mano en este llamativo ramo con tallos a diferentes alturas. Un diseño XL, que alegra cualquier look de novia, compuesto por dalias borgoña y burdeos, cosmos en color magenta y ranúnculos de tono melocotón, que no pasa desapercibido.
Anturium, crisantemos, orquídeas, cosmos y hortensia
Jugar a mezclar colores, texturas y variedades florales a diferentes alturas, se crean arreglos elegantes, alegres y con un punto exótico. Es el caso de esta propuesta en la que se unen anturium, orquídeas, cosmos, crisantemos y hortensias, que es perfecta para decorar ceremonias, seating plans, escenarios, fotomatones y photocalls.
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