Un vestido de novia viral, con 'choker' a juego, para la boda de Isabel en Villarreal

Te contamos la historia del diseño especial de Castellar Granados que se ha visto una y otra vez en redes sociales

17 de diciembre de 2024 - 9:00 CET17 dic 2024 - 9:00 CET

"Llevamos juntos ocho años. Sin embargo, desde el primer día que nos conocimos, hace 11, siempre hubo una conexión especial. Cada vez que nos veíamos, no podíamos evitar sentir ese cosquilleo que nos caracteriza y que, sin duda, ha cimentado nuestra relación", nos confiesa Isabel, que se ha hecho viral en las redes sociales por la originalidad de su vestido de novia de guipur, obra de Castellar Granados. Nos relata cómo creó el diseño de sus sueños para la gran boda que tuvo con Gonzalo, el 26 de octubre en Villarreal (Castellón). Una pareja que ha vivido uno de los noviazgos más bonitos que ha ocupado nuestras líneas. Un spoiler: comenzó en un campamento de inglés en Nueva York.

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A la hora de elegir el look más importante que vas a llevar a lo largo de tu vida y que recordarás siempre, para nuestra protagonista, lo más importante fue encontrar conexión con el diseñador que haría realidad todo lo que vagaba por su mente. "Es fundamental que pueda captar tu visión y generar confianza para que puedas expresar cualquier ajuste o cambio que desees realizar", razona sobre una de las cuestiones más importantes que toda prometida debería tener en cuenta.

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Los complementos como protagonistas

Ella lo logró con el equipo que hay tras Castellar Granados, una de las firmas más queridas por las españolas que buscan diferenciación. ¡Y esta diferenciación formó parte del proceso creativo! "Me enfoqué más en los complementos antes que en el vestido en sí. Quería un choker, un tocado especial y guantes largos. Siempre he sido una apasionada de los accesorios, así que ya sabía que no quería algo clásico. La inspiración vino de la mano de Castellar Granados, aunque tenía claro que buscaba un diseño único".

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En el atelier lograron captar lo que quería desde el primer boceto, "sus creaciones siempre me han fascinado, y su talento se ajustó perfectamente a lo que buscaba". Y aunque su look de corte sencillo, tirantes, escote redondeado y afinado a la cintura se ha viralizado en cuestión de días, nos explica que las tendencias nunca formaron parte del plan, no era su prioridad. "Es tu día, y cada novia tiene su propio estilo. Siempre he tenido ideas fijas y sabía que lo importante era gustarme a mí misma, sin preocuparme por las opiniones ajenas".

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Un vestido de novia de guipur

Desde el primer momento que le mostraron las muestras de tejido, supo que el encaje de guipur era la opción perfecta. "Me pareció excepcional y único. Al principio, consideramos la posibilidad de combinarlo con otro tejido más sencillo, pero rápidamente descartamos esa idea y decidimos que el vestido completo estaría hecho del mismo material", explica sobre esta creación, que hoy es considerado uno de los más excepcionales de la temporada y que seguirá dando mucho de qué hablar.

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Le gustó tanto el encaje que Isabel visualizó también el tocado y el choker confeccionados en guipur. En aquel momento visitó a Isabel Terroso, "¡una auténtica artista en su campo!", nos confiesa. Le explicó con todo detalle que quería lucir este collar ceñido al cuello y un accesorio para la zona lateral de la cabeza, así complementara el atuendo de una forma más especial. "No tuve que terminar mi explicación; ella captó inmediatamente mi idea y la mejoró de manera brillante". Aunque nos confiesa que en un momento dudó sobre si llevar tantos accesorios, "pero al ver cómo se combinaban todos, sentí que reflejaban mi personalidad y estilo. Así que decidí arriesgarme".

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Dejando a un lado las modas actuales, no se cambió de traje a lo largo de la celebración por una gran razón que deberíamos tener más presente. "No lleve un segundo look y en ningún momento pensé en hacerme un segundo vestido, quería disfrutar de mi vestido durante toda la celebración", dice sobre la creación más especial y personalizada que cuelga de su armario.

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Como gran amante de los accesorios, estos tuvieron gran peso en su look final. "El choker, hecho del mismo tejido que el vestido, mantenía una coherencia estilística y tenía un diseño que complementaba a la perfección el patrón del encaje" explica. Para añadir un toque más personal, nos explica que le incorporaron perlas blancas que realzaban el diseño.

Además, decidió llevar guantes de piel de cabritillo, "los modifiqué para ajustarlos perfectamente a mis brazos. Eran tan ceñidos que no podía ponerme anillos, así que solo los usé después de quitarme los guantes, tras el cóctel. Opté por unos que me llegaban por encima del codo, elaborados en un material muy fino que les daba un aire elegante".

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¡Y no todo quedó aquí! A pesar de la belleza de estas piezas, tampoco pasó desapercibido el precioso tocado floral de guipur que lució en el lateral derecho de la cabeza que culminaba un recogido romántico. Una idea de lo más original que nos ha sorprendido gratamente y que seguramente veremos más adelante en las novias de 2025.

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Los pendientes diseñados por la novia

En su caso, tuvo la gran suerte de crear desde cero los pendientes para el gran día que estará señalado de por vida en sus calendarios gracias a la joyería David Martinavarro de Villarreal. "Los diseñé personalmente y fueron elaborados en la joyería de confianza de mi familia. Sabía exactamente cómo los quería: largos, asimétricos y con perlas, lo que los hacía aún más especiales", ¡y así fue!

"Llevé el anillo que me regaló en Nueva York para pedirme matrimonio, un solitario con un diamante. Y cuando hicimos la pedida en mi casa, dedicó unas palabras a mi familia y a mí y me volvió a declarar su amor regalándome un anillo con una esmeralda rodeada de diamantes, ¡sabe que me encantan las esmeraldas! Ambos son de la joyería Siete de Valencia" relata.

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"No me suelo maquillar nada, de hecho mi madre siempre me insiste en que me maquille algo más cuando hay eventos especiales, pero no lo acaba de conseguir, tampoco se me da bien maquillarme. Por eso me preocupaba bastante el tema ya que me daba miedo ir demasiado artificial o no parecer yo. Pero la verdad que me sorprendió mucho y me quede muy tranquila cuando Claudia Fornet me hizo las pruebas de maquillaje previas a la boda", explica sobre esta decisión tan importante que puede cambiar por completo la imagen final.

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Un recogido novedoso

Isabel, en su día a día, siempre va con la melena suelta, pero para el momento del 'sí, quiero', quiso innovar. "Nunca me hago recogidos, pero sí que tenía claro que, para el día de mi boda, quería ir con el pelo recogido, en concreto con un moño estilo bailarina. Hasta Gonzalo se sorprendió al verme entrar así, no estaba acostumbrado, pero me dijo lo que le gustaba ¡y que por qué no me había hecho ese tipo de peinado en otras ocasiones! Así que me completó esa confianza y seguridad de mi elección", comenta.

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Para el ramo de novia optó por las gerberas blancas, "son una de mis flores favoritas junto a las mini margaritas o leucanthemum paludosum; pero pensé que las gerberas le iban más con el estilo de mi vestido". Isabel quería una combinación sencilla que no le quitase protagonismo al look final y gracias a Mugga Home lo consiguió. "Me hicieron la cinta con gasa, y en cada extremo personalizó nuestras iniciales y la fecha de la boda, yo le añadí la medalla que la Virgen de mi abuela".

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Así comenzó su aventura de amor

"La historia de mi marido y mía considero que es muy romántica", nos adelanta nuestra novia viral. "En el 2013 nuestros padres decidieron mandarnos a un campamento de inglés intensivo en Nueva York, en concreto, a el Fellician College, nunca lo olvidaré, allí es cuando conocí a Gonzalo. Solo tardamos una semana en ser uña y carne, noté que con nadie me reía tanto con él, que tenía un cosquilleo constante y ganas de llamarnos la atención el uno al otro. Poco después del campamento, cada vez que veía un mensaje de Gonzalo, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Se convirtió en alguien esencial y único en mi vida, a pesar de la edad y la inmadurez de aquella época", recuerda emocionada.

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A lo que nos sigue contando: "Cada uno estudió su carrera universitaria en diferentes ciudades, Gonzalo ingeniería industrial en Valencia y yo derecho y ADE en Madrid, pero la distancia no significó nada para nosotros. Cada mes teníamos nuestro calendario contando los días para vernos, fuese en Valencia o en Madrid, y si hacía falta ir y volver el mismo día, con tal de vernos hacíamos lo que hiciese falta. Si hay una cosa destacaría, eran las innumerables sorpresas que nos hacíamos constantemente. Una vez acabé la carrera y el máster en Madrid, tomé la decisión de irme a Valencia a trabajar, el 99% de esa decisión fue él".

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El momento de la gran pregunta

Diez años después y con muchos viajes juntos por el mundo, nos explica que decidieron volver al lugar donde se conocieron, Nueva York. "En aquel campamento nos hicimos una foto en el puente de Brooklyn y cuando volvimos el año pasado, la repetimos. Acto seguido, fue ahí cuando Gonzalo me dedicó unas palabras bonitas, y sin esperármelo me sorprendió con una genuflexión y un anillo compromiso. ¡Fue un día inolvidable! Quién iba a decir que en un campamento en Nueva York iba a conocer a la persona con la que pasaría el resto de mi vida", comenta.

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Después de este gran momento, él le confesó que su idea había sido pedírselo en la Gran Manzana. A lo que le preguntamos si casarse había entrado en sus planes de futuro. "Sí, siempre había tenido la idea muy clara de casarme y conforme iba evolucionando nuestra relación se me multiplicaban las razones de casarme con él", dice. Su ahora marido le dijo desde el primer día que no iba a pasar calor el día más feliz de su vida, así que las fechas desde junio hasta septiembre estaban prohibidas, "nos casamos en octubre, el 26 de octubre de 2024".

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Tras ocho años de noviazgo a distancia, decidieron dar el paso y prometerse ante Dios y su familia, uniéndose para siempre aquella mañana de octubre en la que el sol brillaba. "Me emocionaba casarme en la Arciprestal de San Jaime de Villarreal, donde mi abuela paterna habría querido que me casase", y allí apareció vestido de blanco, impresionantemente guapa. Luego lo celebraron en la Masía Campo Anibal, en el Puig, cerca de Valencia, ya que le apasionaba el catering, el gran servicio y las instalaciones.

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La decoración personalizada

"Quería algo original, así que pedí a la floristería que transformara el salón, cubriendo todo el techo con ramajes frondosos y gerberas de colores colgando a distintas alturas", explica sobre la decoración. Además, contó la con la ayuda de la empresa de su amiga Ana, una empresa de alquiler de mobiliario Evencias, "personalizamos la mantelería y las servilletas, eligiendo estampados, materiales y colores que reflejaran mi estilo. Decidí que los sobres de las invitaciones llevaran el mismo patrón, creando una coherencia visual".

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A lo que nos sigue contando: "Dado que mi familia ha estado siempre en el sector del azulejo, se me ocurrió una idea original para el seatting plan: imprimirlo en azulejos que elegí personalmente. Junto con mi padre, decidimos también hacer los bajo platos del mismo material, personalizándolos con nuestro anagrama, diseñado por Gonzalo. Así, cada invitado pudo llevarse un recuerdo a casa. He de confesar que durante un año trabajé en unos servilleteros de cerámica, en mis clases semanales, personalizados con la inicial de cada mujer de la boda, por un lado, y nuestras iniciales; un detalle muy significativo que preparé con mucha dedicación".

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Le preguntamos qué fue lo más especial de su día, y nos responde: "la complicidad y felicidad que compartimos. La entrada a la iglesia fue un momento mágico, ver a la persona con la que vas a compartir el resto de tu vida, sonriendo y emocionado, me puso la piel de gallina".

También nos desvela que desde que era pequeña, le había prometido a su padre que bailarían la canción L-O-V-E de Nat King Cole. "Esa promesa se convirtió en una tradición entre nosotros, y al llegar el instante tan esperado, la emoción me invadió. Ver a mi padre sonriendo, con los ojos llenos de orgullo y amor, hizo que fuera aún más especial. Cada paso que dábamos juntos estaba cargado de recuerdos".

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