Cristina Calatrava es farmacéutica, pero desde hace años comparte contenidos de moda, belleza y lifestyle en sus redes sociales, donde aglutina más de 100.000 seguidores. Fue ahí donde anunció que ella y Juan, con el que mantiene una relación desde hace ocho años, habían decidido dar un paso más y casarse. Su boda fue el pasado 7 de diciembre en Santa Catalina, una bonita iglesia gótica situada en una amplia plaza y relativamente cerca de Masía Aldamar, donde se trasladaron para la celebración. Fue a su llegada al templo cuando se reveló uno de los dos vestidos a medida que el diseñador Álex Vidal había creado para ella.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Un vestido de novia a medida
Cristina nos explica que tenía bastante claro el tipo de vestido que quería para su gran día hasta que empezó a probarse diseños. Eligió algo que se parecía a lo que tenía en mente, pero como sucede a más novias de las que imaginamos, no se sintió especialmente favorecida. "Después de eso acudí a Alex Vidal y le dije: 'tú eres el que sabe de esto, confío en ti para que me aconsejes qué corte o forma me puede favorecer más teniendo en cuenta que soy una persona que tiene mucho pecho y quiero disimularlo'. Alex me ayudó muchísimo a adaptar todas las ideas que tenía en la cabeza a su manera de diseñar para conseguir el objetivo que quería, sentirme elegante", cuenta la novia.
Después de reunirse con ella y profundizar tanto en su estilo como en el tipo de boda, un proceso que sigue con todas las novias a las que viste, Álex le propuso trabajar con tejidos de varias texturas diferentes. "Para ello diseñó un cuerpo en georgette de seda, con drapeados y cambios de dirección, al tiempo que dejaba entrever la textura del cole de lana. Tejido que también se utilizó en el escote bardot con hombro caído, un escote que realzaba mucho su figura", explican desde la firma. Para las mangas del vestido y la cola, de tres metros de longitud, emplearon también georgette de seda natural.
La novia nos explica que el fular que lució alrededor del cuello fue una decisión de última hora. "Inicialmente, íbamos a utilizar otra opción que tapaba más, pero cuando estaba el vestido hecho no nos acababa de convencer y optamos por esta opción que es superelegante. Lo que me encantó, sobre todo, fue que tapa una parte del cuello y parte de la espalda".
Otra de las cosas que Cristina tuvo claras desde el primer momento fue que quería ir velada. "Alex le sugirió utilizar el gazaar de seda natural, un tejido mucho más orgánico y que genera una textura mucho más especial", aseguran desde la firma. Y, como podemos ver en las fotos, el resultado no pudo ser más favorecedor.
Todos los detalles del segundo look nupcial
Cada vez son más las novias que apuestan por un segundo vestido para la fiesta o, al menos, por una prenda que evolucione a lo largo de la celebración hasta parecer otra totalmente distinta. Cristina nos explica que ella llevó un segundo look también creado a medida por Álex Vidal y del que, hasta ahora, no se habían visto imágenes. Desde la firma nos cuentan que la idea era crear un diseño tipo red carpet, inspirado en los años 20, y muy cómodo para que la novia pudiera disfrutar en todo momento. El creativo diseñó "un vestido lencero con corte a la cadera, en doble satén cortado al bies para lograr un mayor movimiento, y también para darle protagonismo al cuerpo del vestido, donde brillaba un maravilloso tejido de perlas de caviar superelegante, con manga larga".
El cuello subido y el favorecedor escote en la espalda aportaron otro toque diferenciador al diseño e hicieron que Cristina cambiara un poco sus planes en lo que al peinado se refiere. La novia nos cuenta que inicialmente tenía previsto soltarse el pelo, pero cuando vio la espalda decidió mantenerlo recogido hasta la fiesta, donde presumió de melena suelta y dio un toque más desenfadado al look. "Estoy enamorada del vestido, me parece precioso y elegante".
Joyas familiares y un ramo con mensaje
Muchas novias deciden invertir en diseños especiales para su gran día y otras apuestan por rescatar del joyero familiar piezas llenas de significado e historia. Cristina pertenece a este último grupo. La creadora de contenido nos cuenta que siempre quiso llevar los pendientes que su madre lució el día de su boda. Eran sencillos, favorecedores y con un significado especial. "Para el segundo look iba a mantener los mismos, pero la noche de anterior mi madre me dijo: 'Cris, tengo estos pendientes de tu abuela paterna que son lo que inicialmente buscabas para tu segundo vestido'. Quería unos pendientes estilo botón, pero no encontré nada que me enamorara. Eran lo que quería y además llevar los pendientes de mi abuela, que hace muchos años que nos dejó, me hizo tremenda ilusión".
Cristina lució también su anillo de compromiso, de la firma de joyería Mumit, y nos explica que las alianzas de boda eran de Suárez. También nos da detalles de sus zapatos, un modelo diferente para cada look. Los primeros, blancos y de punta, era de Michael Kors; los segundos, unas sandalias metalizadas, con plataforma y nudo delantero, eran de Talderson.
Y su ramo, una composición de tulipanes blancos, estaba llena de significado. Cristina nos explica que Juan, siempre que le regala flores, suele elegir tulipanes de colores. "Decidí que para la boda me apetecía llevar un ramo de tulipanes blancos para él", apunta. Una creación obra de la floristería Sayas que estaba atada con unas cintas bordadas.
Un peinado convertible y un maquillaje marcado
Si los vestidos de novia evolucionan o cambian, los peinados también deben hacerlo. Cristina, que como hemos explicado antes quería soltarse la melena en algún momento, apostó por un recogido muy sencillo y favorecedor. "Quería un pelo muy pulido, recogido y sencillo, nada protagonista, porque quería que el vestido destaca. Otro de los motivos es que quería que se vieran muy bien los pendientes porque para mí tenía un valor sentimental importante. También creo que era lo mejor para el look elegido. El peinado lo hizo la peluquería Ziva y el color de pelo Oscar Palos".
Es tendencia entre las novias apostar por maquillajes naturales y sencillos, pero la creadora de contenido nos explica que, pese a hacer una primera prueba con un look más sutil, no se reconocía y por eso le pidió a su maquilladora, Cristina Crespo, que marcara un poco más sus facciones. "Me quería sentir yo, así que buscamos un ahumado en tonos marrones, que es lo que más suelo llevar, y un labio en tono nude. Cuando me cambié al segundo vestido, quería darle un punto más cañero y opté por un labial en un tono entre rojo y fresa que creo que fue todo un acierto".
Todos los detalles del gran día
Cristina y Juan se conocieron, como muchas parejas, por unos amigos comunes. "Primero fuimos amigos durante un montón de años (de hecho de pequeños nos gustamos), pero no fue hasta muchos años después que nos reencontramos y ahí ya surgió la magia, a finales de 2017". Varios años después de aquello, y tras haberse comprometido durante un viaje a Perú en agosto de 2023, llegaba el momento de dar el paso. Cristina nos explica que aunque contaron con la ayuda de una wedding planner de Estre Studio, ella estuvo muy implicada en toda la organización de la boda. "Es algo que me gusta y conocía de antes a muchos de los proveedores, por lo que hablaba con ellos directamente", explica.
Su gran día estuvo lleno de anécdotas, desde que se fuera la luz durante la fiesta y se pusieran a cantar a capela mientras lo arreglaban para que la fiesta no parara, hasta el castillo de fuegos artificiales que inauguró el tardeo. Pero hubo mucho más. "A los invitados les preparamos la sorpresa de decorar la parte exterior como un mercado navideño, para cuando entraran en el momento tardeo estuviera todo ambienta con árbol de cuatro metros, dos puestos con manzanas de caramelo y algodón de azúcar, otro con dulces de peina pastel brutales y café de barista de especialidad", explica.
Del pasado 7 de diciembre, la novia se queda con las ganas que tenían todos sus invitados de pasarlo bien, de pasarlo bien con ellos. "No nos lo paraban de decir el fotógrafo y el videógrafo: 'como se nota lo que os quiere la gente y vosotros a ellos'. Era ver todo el tiempo las caras de la gente sonriendo con ganas de pasarlo bien, todo guapísimos, con ganas de pasarlo bien y de disfrutar con nosotros y acompañarnos en un día tan importante. Que mi abuela de 95 años pudiese estar ese día conmigo fue increíble. También mi hermano, que fue padre recientemente, no sabíamos si podría estar, mi sobrino nació 26 de noviembre y pudieron estar los tres".
Y cuando le pedimos que nos dé un consejo para otras parejas que, como ellos, pronto se darán el 'sí, quiero' no lo duda: "Diría que disfruten mucho del proceso, es largo, pero es precioso. Que desde el minuto uno que sepan fechas se pongan a buscar inspiración e ideas y que hablen mucho entre ellos de qué le gusta a cada uno para que sea la boda soñada de los dos. Nosotros lo hicimos todo conjuntamente, nos ha unido mucho este proceso".