Hay mujeres que no tienen muy claro cómo quieren que sea suvestido de novia y otras que, antes incluso de poner la fecha de su boda, saben lo que buscan. Eva nos cuenta que ella tenía muy claro cómo quería que fuera este diseño. "Una misma sabe lo que le gusta, con lo que te sientes bien, lo que quieres realzar. Tenía claro mi vestido", asegura y nos cuenta que tampoco dudó con su diseñador. Ella se decantó por Señorito Ortega, que fue el encargado de crear un bonito look de invierno con capa para su enlace en cuenca.
Suele ser habitual que, una vez que la pareja tiene la fecha de la boda, la novia empiece a investigar diseñadores, tenga cita con más de uno y, finalmente, se decante por aquel con el que se sienta más cómoda. Eva nos cuenta que ella no siguió este proceso. Conocía el trabajo de Eduardo Ortega, el creativo tras la firma Señorito Ortega, porque había vestido a varias de sus amigas para sus enlaces, y le había encantado. "Él es maravilloso, sabe escucharte, sabe hacerte sentir cómoda y poder hacerlo con él ha sido increíble. Y, por supuesto, junto todo a su equipo, que son geniales también", asegura la novia.
Después de varias reuniones en las que Eva y Eduardo intercambiaron ideas, él le mostró varios bocetos que aunaban los gustos de la novia y la creatividad del diseñador. La prometida se decantó por un vestido sencillo, con falda de silueta A modificada, ligeramente ablusado en la parte superior, de manga larga y con dos aberturas: una en la zona del escote, con forma de lágrima, y otra en la espalda. Pero el elemento más especial fue la capa que culminaba su look y que le daba un toque muy invernal.
Eva nos cuenta que, inicialmente, ella no había pensado en ninguna capa. "Fue idea de Eduardo y creo que fue un acierto total. Es lo que más me gustó de mi vestido y lo más diferente que había visto a otras novias". Gracias a la incorporación de esta pieza logró un diseño que, en cierto modo, evolucionaba. Y es que al poco de llegar al cóctel se desprendió de la capa, dejando a la vista su vestido y logrando un efecto segundo look. "Me dio pena quitármela, pero también quería lucir el vestido y estar más cómoda para disfrutar del gran día", asegura.
Los complementos que una novia elige para culminar su look nupcial son claves para crear un estilismo redondo, y también suelen ser los elementos que, con más frecuencia, reutilizan después de la boda. Eva asegura que, siempre que puede, se vuelve a poner sus joyas, todas regaladas por familiares y amigos —los pendientes, por una gran amiga y su madrina; la pulsera, por su suegra; el anillo, el de prometida—.
"Los zapatos han sido los más bonitos que he tenido hasta la fecha, rosas empolvados, de Raquel Zapatos. No aguanto los tacones y puedo decir que son comodísimos, ese día aguante horas bailando y ni me acordé de cambiármelos".
En cuanto al ramo, apostó por la sencillez y por flores con color para romper con la monotonía del blanco. "Llevaba una mezcla de colores que me encantó, rosas, amarillos, toques de azul. Un recuerdo que conserva una amiga mía a la que le di el ramo", asegura.
Y si los complementos son importantes, elegir un peinado y un maquillaje adecuados, son clave para que la novia, además de verse guapa, no se sienta disfrazada. Eva nos cuenta que ella quería llevar la melena suelta. Su peluquera de confianza, Bea, de B’ Colours, se encargó de peinarla con unas ligeras ondas y dejar su rostro despejado para que, pese a no llevar el cabello recogido, estuviera cómoda. "Días antes de la boda me realizó unas balayage para dar luz al rostro. El maquillaje me lo hizo una maquilladora de mi ciudad, Cuenca, se llama Aruca López y me dejó preciosa. Me escuchó y me hizo exactamente lo que quería. Un maquillaje suave, resaltando ojos y labios en tonos neutros".
Eva y Héctor llevaban juntos cinco años cuando decidieron dar el paso. Se conocieron por una mezcla de casualidades y ella nos explica que, en realidad, fue el destino el que se encargó de unir sus caminos. "Siempre he querido casarme y formar una familia. En nuestro caso, teníamos ya una niña, Inés, nuestra hija, cuando nos casamos ella tenía ya un añito y fue muy especial que fuera una invitada de nuestra boda", Ahora, cuando responde a nuestras preguntas, también tienen a Darío.
Febrero es, en La Mancha, un mes de frío profundo. Pero eso no impidió que Eva y Héctor lo eligieran para su 'sí, quiero'. "Me encantan las bodas de invierno", asegura la novia. Así, la pareja se casó el 4 de febrero de 2023 en una ceremonia religiosa celebrada El Salvador, una emblemática iglesia de Cuenca. Después se trasladaron al Parador Nacional, un espacio de ensueño y con unas maravillosas vistas de la ciudad.
Eva nos cuenta que para la organización no contaron con la ayuda de ninguna wedding planner. Ellos mismos, junto a sus padres, hermanos y amigos, dieron forma a todos los detalles del gran día para que todo lo planeado saliera como esperaban. "Mi boda fue sin duda uno de los días más especial. Fue un día que lloré y reí a partes iguales, pero todo con la misma sensación de felicidad. Guardo ese día para cuando vienen momentos más bajos o con más dificultad para no olvidarlo nunca", asegura.
Todas las bodas están llenas de momentos especiales, y cuando le pedimos a Eva que elija uno, asegura que fue "casarme con el hombre al que amo y junto al que espero envejecer, pese a todas las situaciones que puedan venir. También compartir ese día con nuestros padres y con todos nuestros amigos, que son maravillosos, y ese día quisieron estar a nuestro lado celebrando lo más importante que hay en el mundo, que es el amor".
Tal vez por eso, cuando le pedimos un consejo para otras parejas que, como ellos, próximamente darán un paso más en su relación, no tienen dudas: "Que se quieran mucho, que el amor es lo más importante. El mundo necesita más amor… Es difícil también, pero si tienes amor, el amor siempre vence".
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