Pocas prometidas imaginan, desde un primer momento, su vestido de novia. Es más normal tener claros algunos detalles: que deberá llevar escote en la espalda, tener manga larga... Ambar nos cuenta que tenía muy claro que quería ir velada y buscaba un vestido que, cortándolo un poco y tiñéndolo, pudiera ser de invitada. Asegura que tuvo una especie de lucha interna porque, aunque una parte de ella misma le pedía ser una princesa, otra la animaba a dar algo de dramatismo en su look nupcial. Finalmente, con ayuda del diseñador Ramón Herrerías, dieron con la pieza perfecta.
Dos vestidos de novia y mucha moda
El diseñador tarraconense imaginó para Ambar un vestido con el cuerpo encorsetado, que dejaba la espalda a la vista, y falda de línea A culminada por una cola en abanico no demasiado larga. Al tratarse de una ceremonia religiosa, decidieron cubrir los hombros con una especie de capa corta con una maxilazada y dos caídas. Un elemento muy revelador, ya que solo novias amantes de la moda y seguidoras de las tendencias se atreverían con él —conviene aclarar en este punto que se dedica al mundo del diseño—.
La novia nos explica que este vestido era convertible. "Iban quitándose piezas a medida que avanzaba el evento. En el cóctel me quité las lazadas para poder disfrutar y bailar mejor, y para la cena como era en exterior me acabé quitando la capa para ponerme un chal precioso de plumas de Lady Pipa, marca con la que trabajo".
Aun así, Ambar decidió llevar un diseño completamente distinto, obra de Calderon Studio, para la fiesta. Era un vestido de flecos, muy atrevido y sensual, con el que disfrutó hasta el amanecer.
No solemos hacer referencia a los looks de los novios, pero el de Eric merece unas líneas. A él le fascina el mundo de la moda —también se dedica al diseño— y por eso, cuando llegó el momento de elegir su traje, se inspiró en el diseño que Jacquemus le hizo a Bad Bunny para la Gala MET de 2023; para la lazada, se fijó en los diseños que Jonathan Anderson propuso para Loewe en la temporada otoño-invierno 2025. Y sí, él también lució un segundo look, de Balmain. "En principio, el segundo traje iba a ser el primero y único, pero quería algo más llamativo y busqué entre los mejores sastres de Barcelona para que pudiesen hacer mi idea del primer traje y en Señor lo hicieron realidad", asegura. Y es que Eric apostó por una americana que dejaba buena parte de su espalda al descubierto.
"A Ambar y a mí nos encanta el mundo de la moda, siempre estamos pendientes de las nuevas colecciones de grandes diseñadores y creo que para un día tan especial como tu boda, hay que seguir tendencias, pero dándoles un toque personal", asegura.
De las joyas al ramo
Cuando las novias eligen dos looks para su boda, suele ser muy habitual que también cambien sus complementos. Ambar eligió joyas familiares para su primer vestido y unos pendientes de vidrio soplado, realizados por la artista Justine Menard, para el segundo. Y sí, también se puso otros zapatos. Los primeros, elaborados en tul con un poco de brillo y satén blanco eran de la firma Louboutin, mientras que los segundos, unas sandalias kitten heels con un lazo brillante, eran de Lolacruz.
Los ramos tipo cascada, unas composiciones florales de tamaño medio o grande, se han convertido en tendencia y muchas prometidas los han elegido para su gran día. Ambar nos cuenta que el suyo, obra de L’Intrepide Studio, que se encargaron de toda la decoración floral de la boda, estaba compuesto por "orquideas, liliums y amaranto. Xavi e Ignasi se inspiraron en la forma de la espalda de mi vestido y las torres de la sagrada familia".
Para que un look nupcial sea redondo no solo es importante prestar atención a su vestido y complementos, también al maquillaje y el peinado. La naturalidad se impone, casi siempre, cuando hablamos de colorear el rostro. Se busca una piel luminosa, radiante, y se pone el foco en los ojos. Ambar no fue una excepción. La prometida nos explica que cuando llegó el momento de elegir el peinado, pese a ir velada, tuvo claro que quería presumir de melena. "No me siento muy representada con recogidos. Repeinamos la parte delantera tipo clean look para despejar la cara e hicimos ondas al agua hacia atrás. Lu Romero, con la que tengo la suerte de haber podido trabajar en muchas campañas, se encargó de dejarme perfecta".
Una boda en la Sagrada Familia
Ambar y Eric se conocieron mientras estudiaban en la universidad. Sus amigos les decían que antes o después acabarían juntos y, aunque ellos no lo tenían tan claro, al final terminó sucediendo. Después de nueve años y medio de relación, él decidió proponerle matrimonio. "Ambar siempre hablaba de la idea de casarnos, pero como sé que ella nunca me lo iba a pedir a mí, tuve que dar yo el paso en la boda de una de sus mejores amigas. Cuando la novia iba a tirar el ramo, se giró y se lo entregó a Ambar. Yo estaba esperándola detrás, hincando rodilla con el anillo en la mano. Evidentemente, estaba todo planeado desde hacía mucho tiempo", nos cuenta.
El 18 de mayo de 2024, un año y diez meses después de comprometerse —"no queríamos casarnos en año impar"— Ambar y Eric se dieron el 'sí, quiero' en la cripta de la Sagrada Familia. Para la celebración se trasladaron a Catalina Gavà Mar, "un restaurante precioso en frente del mar, del chef Óscar Manresa y su hija Nicole Manresa, en el que además fue donde nos prometimos", apunta la novia.
La pareja nos explica que, al ser ambos diseñadores, ellos mismos se encargaron de todos los preparativos de la boda. Solo contaron con ayuda para la coordinación en la iglesia y el restaurante. Toda la celebración fue exterior: el cóctel en una carpa, mientras tocaba un grupo de música; y la cena bajo un maravilloso túnel de luces.
"Queríamos hacer una única mesa imperial, pero para hacerlo un poco diferente la montamos a partir de módulos curvados para que toda la mesa fuese haciendo ondas. Para el arte floral, Xavi e Ignasi hicieron que tanto las flores como la decoración fuese de manera gradiente, a lo largo de la mesa, de tonos fríos (azul, verde) a tonos cálidos (amarillo, naranja, rojo y rosa) a partir de velas, flores y frutas de temporada", añade.
Cuando les preguntamos qué fue lo más especial de aquel día, Ambar empieza: "Poder celebrar el amor después de tantos años juntos al lado de todos nuestros seres queridos, de la manera que siempre habíamos querido". Y Eric añade: "Y hacerlo todo con un gran margen de tiempo nos ha ido muy bien, ya que no hemos sufrido estrés y hemos podido cumplir todos nuestros deseos para el gran día, sobre todo el momento de los fuegos artificiales después de los postres y tener a un tatuador durante la fiesta".
Por último, les pedimos que nos den un consejo para aquellas parejas que, dentro de poco, se darán el 'sí, quiero'. Ambar: "Que disfruten el proceso, para mí estar prometida ha sido un momento de mi vida tan bonito... Hemos disfrutado tanto el ir preparándolo todo. También aconsejaría tomarse tiempo, parece que cuando te prometes debes casarte al año, y creo que eso hace que todo pille prisas y no puedas mirar lo que está pasando".
Eric: "Que no se agobien porque al final todo sale bien, y que no discutan con la pareja por la elección del menú u otras tonterías, ya que es una boda y es para pasar el resto de tu vida con esa persona a la que tanto amas".
Ambar y Eric quieren agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
Los proveedores de la boda de Ambar y Eric en Barcelona
- Vestidos de la novia: Ramón Herrerías @ramonherrerias / Calderón Studio @calderon.studio
- Chal de plumas: Lady Pipa @ladypipa
- Pendientes de vidrio soplado: Justine Menard (@justinemenard_)
- Maquillaje y peluquería: Lu Romero @luromeromakeup
- Traje de Eric: Señor
- Decoración floral y ramo: Justine Menard @justinemenard_
- Foto: Dos más en la mesa @dosmasenlamesa
- Video: Xgguillamon @xgguillamon