Aunque Pilar siempre se había imaginado casándose en el pueblito vasco en el que lleva veraneando toda la vida, los planes cambiaron cuando Quique le pidió matrimonio en un lugar muy especial, en la Iglesia Mayor Prioral de El Puerto de Santa María, al otro lado del país, ¡literalmente! "La gran pregunta fue delante de la Virgen de los Milagros, ¡y no podía no casarme allí!" explica sobre esta decisión que ha marcado su historia de amor. El 4 de mayo de 2024 fue el gran día que recordarán para siempre en sus calendarios, ella apareció bajo los arcos del templo rodeados de buganvillas y del brazo de su padre (¡y junto a 30 pequeños pajes!), vestida de novia con un romántico diseño de María Gadea.
"Cuando me prometí no tenía muy claro cómo quería que fuera mi look, soy muy indecisa y me agobiaba un poco, pero poco a poco fui recogiendo ideas e inspiraciones" así explica el momento que vivió cuando se planteó cómo se vería vestida de blanco. A lo que nos sigue relatando sobre su proceso de creación, "principalmente me fijé en mi propia ropa y en los vestidos que había llevado como invitada en otras bodas" un maravilloso truco que las futuras novias pueden copiar.
La inspiración tras su vestido de novia
"Empecé con la idea de las mangas, tengo una camisa con ese estilo que me hacían gracia, así que me decidí por ellas, además, al casarme en El Puerto de Santa María, me encajaba con el estilo. En cuanto al cuerpo, me encantaba el nido de abeja engomado, lo suelo llevar bastante y me parecía original, así que junte ambas inspiraciones. Cuando conocía María Gadea se lo comenté y enseguida me ayudó a visualizarlo" cuenta sobre la importancia de hablar largo y tendido con el profesional que dará vida a aquel diseño que ronda por tu mente.
A la hora de crear el traje desde cero, lo más importante que tuvo en cuenta nuestra protagonista fue una idea que la conecta con nuestras novias virales favoritas: "debes es sentirte tú. Llevar un vestido que te represente, que sea tu estilo y te sientas cómoda con él. No verte disfrazada", un aspecto esencial que no puede pasar desapercibido, tanto si compras un diseño ya confeccionado como comiences con un lienzo en blanco, y ella se decantó por el mencionado atelier madrileño.
Nos cuenta que eligió a María Gadea porque le hizo el look nupcial a su hermana Carmen un año antes de casarse. "¡Me chifló. Era el vestido de novia más bonito que había visto nunca... Aparte de cómo trabaja de bien, es encantadora, delicada, dulce… ¡¡Es un gusto ponerte en sus manos!! Antes de prometerme ya sabía que quería que me lo hiciera, de hecho, en su taller en una de las pruebas de mi hermana, les conté a mi familia que me casaba. En ese mismo momento le pedí que si le gustaría hacerme el diseño, me dio un abrazo y me dijo que sí. Y cuando fui a verla al taller y me enseñó las telas que tenía, no fui a conocer a nadie más, ¡ lo tenía clarísimo!".
Así fue el proceso de creación
El primer día que se reunieron y le expuso todo lo que pasaba por su mente, la modista consiguió plasmarlo perfectamente en un boceto y tras ese avance se sumergieron en el mundo de las telas, "María me fue poniendo las telas encima para ir decidiendo las que más me gustaban. Elegimos tres diferentes: vestido de crepé de lana, chaleco con delantero de nido en gasa de seda y espalda y volantes en lino. Cola desmontable en lino y velo de seda orgánica" describe sobre el diseño más especial que cuelga de su armario.
Nos asegura que, entre todos los materiales, el que más le gustó, sin duda alguna, fue el lino para confeccionar la cola y la espada. "Me gustan los vestidos de novia estilo más rústicos y por eso me encantó" recuerda. "En cada prueba se nos iban ocurriendo diferentes ideas, María me dio muchas claves de pequeños detalles que marcaban la diferencia, además, contaba con la ayuda de mis cuatro hermanas y de mi madre, que me acompañaron en el proceso y pudieron aconsejarme en cada decisión" un séquito de ayudantes que fueron imprescindibles para estas semanas previas al gran día.
"Los días que tenía prueba eran días muy especiales, me reunía con ellas en el taller, acabábamos haciendo el tonto y así surgían nuevas ideas. Era un gusto estar en manos de María, es pura delicadeza, lo hace todo con mucho mimo y amor, sentía que había acertado en todo momento por haberla elegido, que estaba en las mejores manos y esto era importante para mí porque soy muy indecisa" confiesa sobre una de las cuestiones que suele surgir en esta época de preparativos.
Cambio de velo exprés
Y uno de los detalles más especiales estuvo inspirado por... "Tuve dudas sobre el velo, siempre me ha encantado la mantilla, pero vimos que al juntar tantas telas diferentes no iba a quedar bien, así que me decanté por ir velada como mi madre, ¡también era un sueño que tenía!" nos confiesa emocionada. Y en la última prueba de novia pensaron en una idea de lo más divertida y fotogénica, "me puse una tela a modo fular en la cabeza cubriéndome el pelo al estilo pañuelo como Telma y Louise en el momento de la salida de la Iglesia, ya que mi marido y yo fuimos en su descapotable hacia la finca".
En un principio, Pilar iba a lucir el mismo traje durante todo día, pero los planes cambiaron. "El cuerpo es una pieza increíble y no quería menospreciarla, pero María me enseñó la opción de quitarme la blusa y añadir una cinta que se ataba al cuello para el momento baile. Al principio no lo veía mucho, porque la base del vestido no era totalmente mi estilo, pero al final me gustó el concepto porque era sencillo y elegante, así que después del baile y de la hora loca que organizamos, me cambié, ¡me gustó llevar un segundo look!".
Según nos asegura, cuando le preguntamos sobre si tuve en cuenta alguna tendencia para el proceso de diseño nos responde... "Creo que cada novia tiene que llevar su estilo personal, porque si todas siguen las tendencias, ¡iríamos iguales!" razona. Y, en cuanto a las tradiciones, sí las cumplió, por ejemplo la modista le desveló que había bordado su nombre en el interior de la prenda con hilo azul, una preciosa sorpresa que agradeció.
La sencillez también marcó la elección de las joyas. "En las manos únicamente llevé los dos anillos que me regaló mi marido cuando me pidió matrimonio y en nuestra pedida de mano. Este último es de la tienda Antiqua, me encanta porque es muy original, estilo vintage, ¡nadie que conozca lo tiene parecido! Los pendientes me los dejó mi amiga Leti, eran unos aritos con piedras rubíes, me encantaron porque normalmente yo llevo aros en mi día a día así que me representaban totalmente" Y por último, pero no menos importante... " Lucí bastantes diamantitos pequeños en el resto de los agujeros que tengo en mis orejas ya que diariamente llevo pendientes, así que quise sentirme yo".
Un ramo de novia muy andaluz
"Quería llevar algo distinto, me hacía gracia un ramo colgante, o bien un mini-capazo con flores, pero finalmente decidí un ramo con flores buganvilla, ya que tanto el color como la flor me encanta, son típicas del sur y al casarme en Andalucía me hacía ilusión juntarlo con plantas silvestres. Me encantó dividirlo y dárselo a mi hermana y amigas". Además, nos cuenta que atado llevaba cuatro medallas de la Virgen que le regalaron, "la Virgen del Pilar (por mi nombre), dos de Guadalupe (Virgen de Fuenterrabía donde veraneo y Virgen de México) y de los Milagros (Virgen de la Iglesia Prioral donde me casé)".
Sobre el pelo, quería recogérselo porque le parecía más elegante, "opté por un moño trenzado comenzando con trenzas de raíz, suele ser el recogido que me hace mi hermana María en las bodas como invitada, me sentía cómoda así".
Y, para el maquillaje, se puso en manos de la misma profesional que maquilló a su amiga Pati cuando casó dos años atrás en el Puerto de Santa María. "Cuando conocí a Juani no tuve dudas, desde el primer momento cogió mi idea: un maquillaje sencillo y natural. Tanto me gustó el resultado que me compré los mismos productos con los que me había maquillado y sigo usando a día de hoy. Es encantadora y cercana, me sentí super cómoda con ella" dice.
Pilar y Quique se conocieron 'oficialmente' por casualidad, en un viaje que ambos hicieron con sus respectivos grupos de amigos a Fuenterrabía. "Él iba al colegio de mis hermanos así que le conocía de vista y oídas. Yo fui con mis amigas de verano, que por aquel entonces estábamos todas solteras, entre ellas estaba mi hermana Carmen. El día que nos conocimos los dos grupos, él vino directo a por mí y estamos juntos desde entonces".
A lo que continúa relatándonos: "en el viaje de vuelta a Madrid crearon un grupo de WhatsApp y empezamos a hacer planes todos juntos hasta entonces, yo me casé con Quique y Carmen con Lorenzo, ¡el mejor amigo de mi marido! Toda la vida habíamos dicho que nuestros futuros maridos tendrían que ser hermanos, mejores amigos o primos como poco… y, sin planearlo, ¡se cumplió! Doy siempre gracias a Dios por haber ido a ese viaje y haberles conocido" confiesa emocionada.
Nuestra protagonista siempre ha querido casarme y tener hijos, "en casa, he tenido el mejor ejemplo: mis padres, (que este año cumplen 40 años de casados con 10 hijos) han sido mi referente de vida, lo que siempre he querido, el mejor ejemplo de generosidad, bondad, entrega a los demás, amor y respeto entre ellos. Y, en cuanto conocí a Quique, supe que era la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Me moría de ganas de casarme con él porque es, sin duda, la mejor persona que conozco" cuenta.
Tras cinco años y medio de noviazgo, dieron el gran paso, y nos rememora una anécdota preciosa que vivieron durante el día de la pedida junto a sus familias, las palabras que al amor de su vida le dijo. “Cuando conocí a Pile, Joma, su hermano, me dijo: Esta es mi hermana, cuídamela. Yo le dije que sí, pero lo que no le dije es que le iba a cuidar toda la vida”.
Se prometieron amor eterno el 4 de mayo de 2024 en la Iglesia Mayor Prioral del Puerto de Santa María. "Teníamos clarísimo que fuera por la iglesia, queríamos recibir el sacramento del matrimonio y prometernos ante Dios" dice. Y la celebración tuvo lugar en la finca Real Escuela Ecuestre de Jerez de la Frontera, un palacio precioso frente a sus jardines. ¡Pero esta no fue la idea inicial de la novia!
"Toda la vida he dicho que si no me casaba en Fuenterrabía (País Vasco), no me casaba. Veraneo en este pueblo, le tengo un cariño muy especial y mucha devoción a la Virgen de Guadalupe que está encima del monte Jaizkibel. En su ermita se casó mi madre y hermanas y me hacía mucha ilusión seguir con la tradición, pero en cuanto me pidió matrimonio en el Puerto de Santa María delante de la Virgen de los Milagros, no podía no casarme en esa misma iglesia".
No contaron con la ayuda de una wedding planner, "disfruté mucho de la organización de la boda, siempre me ha encantado planificar fiestas y eventos. Me gustan los detalles y aunque no salieron todos los que tenía organizados, estoy contenta de cómo quedó todo" dice. "Decoré las mesas con frutas y verduras, estuvieron a cargo de Artemisa, una floristería de Jerez de la Frontera. He de decir que adoro las manualidades, así que muchas de las decoraciones fueron caseras: diseñé los menús individuales, los misales de la Iglesia, los cartelitos donde ponía el número de las mesas. Por ejemplo, compré una maceta de colores por cada mesa, las rellené de tierra y clavé unos carteles de madera que hice, (prensé flores y las pegué sobre tela de lino)" describe sobre estos detalles tan ideales.
"A mis testigos y familiares les dejé una sorpresa un cuadrito con una foto y flores prensadas. Todos los demás tenían una medalla de la Virgen del Pilar de Zaragoza con la bandera de España. Además, dejamos en cada silla un tubo de luz blanca y fuegos fríos para el momento entrada a la cena, ¡fue espectacular!" recuerda.
Una anécdota para el recuerdo
"El día que presenté a Quique a mi familia, estábamos en Fuenterrabía cenando en una terraza y mis hermanos le dijeron que para entrar en la familia tenía que levantarse y cantar una canción, recitar un poema o contar un chiste. Sin pensárselo, se levantó, pidió a toda mi familia sin conocerla (éramos unas 15 personas) que tocáramos las palmas, sacó todo su arte andaluz y me cantó una canción diciendo 'como me gusta la papa aliñá y la Pile aliñá'. A partir de ahí, se los llevó de calle porque ha sido el único de los cinco cuñados que se ha atrevido a hacerlo".
Los proveedores de la boda de Pilar en el Puerto de Santa María
Pilar quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
- Vestido de novia: María Gadea
- Zapatos de novia: MIM
- Maquillaje y Peluquería: Juani de Mary Bodas
- Ramo de novia: Floristería Artemisa
- Bata de novia: Zara Home
- Bailarinas momento preparativos: Sveti Stefan
- Traje de novio: Silbon
- Zapatos de novio: Silbon
- Tratamiento dental de la novia: Clínicas Quijada
- Fotografía: Nolita Studio
- Catering: Antonio Catering
- Decoración floral hacienda: Floristería Artemisa
- Música e iluminación cóctel: Jacinto
- Música e iluminación barra libre: Christian de Top Secret Music
- Música ceremonia: Coro La Coral Jardín Menesteo
- DJ: Richie Pavón
- Grupo de música: Grupo Tarifa
- Invitaciones: Egersis Bodas