Una vez concluida la ceremonia y convertidos en marido y mujer, los recién casados recorren juntos el paseíllo que antes hicieron junto a la madrina y el padrino. El protocolo marca que los invitados deben esperar en los sitios que han ocupado durante la celebración (aunque en la mayoría de enlaces esto no sucede y prefieren esperar a la pareja). En cualquier caso, si la boda es religiosa, la salida de la iglesia deja siempre imágenes maravillosas y muy bonitas y los enlaces de las royals no son una excepción. Hacemos un repaso por algunas de las más especiales.
Isabel II
La monarca se casó el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster con Philip Mountbatten, duque de Edimburgo. Aunque la televisión ya existía y los momentos más destacados de la jornada se mostraron en este medio, la ceremonia fue transmitida en vivo por BBC Radio y seguida por aproximadamente 200 millones de personas en todo el mundo.
Norman Hartnell se encargó de crear para ella un vestido de manga larga, sin apenas escote, pero lleno de ornamentos. El diseño, elaborado en seda china, tenía una cola de 4,5 metros de largo, un detalle que no se aprecia en todo su esplendor en el retrato que la mayoría tenemos en mente cuando pensamos en el vestido de novia de Isabel II, pero que en estas imágenes se observa de maravilla.
Diana de Gales
El 29 de mayo de 1981, en la Catedral de San Pablo, de Londres, tuvo lugar el enlace del entonces príncipe Carlos y Lady Di. Su boda fue muy mediática, seguida por una audiencia global de más de 750 millones de personas en televisión, además de los 600,000 asistentes que llenaron las calles de Londres.
Si algo llama la atención en esta imagen es la composición de la fotografía, con la pareja de recién casados en el centro. En ella se aprecia muy bien la extensísima cola del vestido de Lady Di, que alcanzaba los 7,62 metros de longitud, a varias unidades de las fuerzas armadas británicas, en su mayoría miembros de la Guardia Real, y también los caballos que tiraban del carruaje 1902 State Landau que recogió a los novios.
Doña Letizia
La Reina y Felipe VI se dieron el 'sí, quiero' el 22 de mayo de 2004 en la catedral de la Almudena de Madrid en una jornada marcada por la lluvia. Pese al tiempo, miles de personas se agolparon en las calles de la capital española para ver a la pareja. Además, se estima que 25 millones de personas en todo el mundo vieron la boda a través de la televisión.
A la salida de la catedral de la Almudena los esperaba el tradicional paseíllo de sables que formaron los compañeros del aquel entonces príncipe de Asturias. En la imagen se aprecia muy bien el vestido de doña Letizia; un diseño de Pertegaz recorrido por bordados en hilos de plata y oro que entremezclaban la flor de lis versionada, espigas, madroños y tréboles .
Kate Middleton
La abadía de Westminster fue el escenario elegido para celebrar, el 29 de abril de 2011, el enlace del príncipe Guillermo y Kate Middleton, ahora príncipes de Gales. Fue una ceremonia llena de momentos entrañables que dejó un sinfín de miradas cómplices entre la pareja; uno de los más especiales fue cuando, justo antes de los votos, él se inclinó para susurrarle algo a Kate.
Pippa Middleton, hermana menor de la actual princesa de Gales, fue la dama de honor, por lo que tuvo un papel muy destacado durante la ceremonia. Se encargó de acompañar a Kate Middleton y, como vemos en la imagen, de ayudarle a llevar la cola. Una de las cosas que más llamó la atención fue que su vestido, un diseño ajustado y muy elegante de Alexander McQueen, fuera de color blanco.
La pareja de recién casados se trasladó desde la Abadía de Westminster hasta el Palacio de Buckingham en la Scottish State Coach, una de las carrozas más elegantes de la colección de la Familia Real Británica. Fue construida en 1830 y diseñada para su uso en las celebraciones del reinado de la reina Victoria. Es de color rojo oscuro, con detalles dorados y una estructura de madera tallada a mano.
Charlene de Mónaco
El 2 de julio de 2011, Charlene y Alberto de Mónaco celebraron su enlace religioso en el patio del Palacio Grimaldi. Pero las celebraciones relacionadas con la boda duraron tres días. El 1 de julio, la pareja formalizó su relación por lo civil en el Salón del Trono del Palacio Grimaldi, donde también se casaron el príncipe Raniero y Grace Kelly.
Giorgio Armani fue el encargado de crear para la novia un vestido de silueta sirena con una larga cola. 2.500 horas fueron necesarias para su elaboración y un total de 50 metros de seda duquesa y 80 metros de organza para realizarlo. Las damitas que formaron parte del cortejo de la novia, eran anónimas y procedían de Cap-d'Ail, Beausoleil, La Turbie, Menton, Peille y Roquebrune, poblaciones cercanas al principado. Llevaban colgadas al cuello unas cruces de oro regalo de Alberto de Mónaco.
Alrededor de 3.500 invitados asistieron a la ceremonia en el Patio de Honor del Palacio Grimaldi y decenas de miles de personas se congregaron en las calles y plazas del principado para seguir la boda a través de pantallas gigantes.
Meghan Markle
El 19 de mayo de 2018 Meghan Markle y el príncipe Harry se casaron en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. La ceremonia estuvo llena de entusiasmo y momentos muy emotivos. Fue oficiada por el Obispo Michael Curry, de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos que comenzó su sermón con mucha energía y entusiasmo, citando a Martin Luther King Jr. y hablando sobre el poder del amor.
Philippa Craddock estuvo a cargo de la decoración floral de la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor y el resultado no pudo ser más impresionante. La entrada de adornada con un imponente arco floral compuesto por rosas blancas, peonías (una de las flores favoritas de Meghan), dedaleras, ramas de haya, abedul y carpe; las mismas que se utilizaron para los arcos interiores que vemos en esta imagen. Se usaron flores locales y de temporada, muchas provenientes de los jardines reales, en especial del Great Park de Windsor.
Al contemplar esta imagen es imposible no pensar en la que hemos visto hace apenas un momento, la de la salida de Diana de Gales y el entonces príncipe Carlos. El velo de Meghan, de cinco metros, queda totalmente extendido y se puede observar el maravilloso efecto que crea junto al vestido, diseñado por Clare Waight Keller. Se trata de un complemento de tul de seda bordado a mano con flores de hilo y organza. Cada flor representaba una de las 53 naciones de la Commonwealth.