Encajes del vestido de novia de su abuela, joyas sencillas y velo: la boda de Mercedes en Jerez

La prometida, que es experta en moda, eligió a Inés Martín Alcalde para que creara el diseño de sus sueños

9 de noviembre de 2024 - 13:01 CET9 nov 2024 - 13:01 CET

El pasado 25 de mayo Mercedes y Miguel se casaron en la Iglesia de la Virgen de la Merced, en Jerez de la Frontera. La suya fue una boda sencilla, como su historia de amor -se conocieron a través de sus mejores amigos- y su vestido de novia. Y es que, como aseguran todos los creativos, esta prenda tiene que representar fielmente a las prometidas. El suyo, creado por Inés Martín Alcalde, guardaba un secreto: tenía encajes del diseño que llevó su abuela en su gran día.

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Un vestido de novia para una experta en moda

Antes de explicar cómo llegó Mercedes hasta su vestido, es importante hacer una aclaración sobre ella. Es hija de Teresa López Fragoso, fundadora de Basyco Jerez. Trabaja mano a mano con su madre y, lógicamente, es conocedora del mundo de la moda. Tal vez por eso a muchos no les hubiera sorprendido que una experta apostara por un look más cercano a las tendencias. Pero ella lo tenía muy claro: "Una novia o un vestido de novia debe perdurar en el tiempo, algo similar a un buen esmoquin, aunque puedas ir haciendo arreglos en ese caso, pero quería que las tendencias no marcaran ni mi vestido ni la boda en sí".

Vestido de novia viral Inés Martín Alcalde

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También sabía que quería hacer algo con el vestido de su abuela, reutilizarlo de alguna forma. "Era entero lleno de encajes y yo me veía demasiado interpretada", nos explica. Por eso eligió a Inés, porque aúna tradición y modernidad y "sabía que se adaptaría a mi estilo, porque entendería muy bien mi origen canario y jerezano y porque confiaba mucho en ella antes y después de nuestra primera reunión".

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A la diseñadora se le ocurrió utilizar el encaje para algunas zonas del vestido como el pecho, las mangas o algunas partes de la falda. Esta decisión la tomaron en la segunda de sus reuniones, una vez que habían elegido la tela con la que se confeccionaría toda la prenda. "El vestido fue evolucionando mucho en cada visita, obvio que siempre dentro de la idea inicial, pero un proceso muy vivo. Yo soy muy discreta y no quería grandes inspiraciones, vi muchas ideas y hablé mucho de ello con mi madre, ya que las dos nos dedicamos a la moda, para tratar de construir un concepto sobre el que luego trabajar poco a poco", asegura.

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Otro de los detalles que Mercedes tenía muy definido es que quería ser una novia con velo. Este elemento, dicen los diseñadores, aporta un toque de romanticismo a la novia y completa el look en la mayoría de los casos. La novia se desprendió de él para la celebración y también prescindió de la cola, que era desmontable, para poder estar más cómoda.

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Sencillez en los complementos del look nupcial

A veces un vestido sencillo demanda complementos más arriesgados y otras el minimalismo llama al minimalismo. Ese fue el caso del look de Mercedes. La novia nos explica que ella es muy sencilla y por eso sus joyas y el resto de elementos que daban forma a su look nupcial también lo fueron. Llevó los mismos pendientes que lució su madre en su boda, largo y de brillantes, que aportaban mucha luz a su rostro. También el anillo que le regalaron los padres de Miguel en la pedida.

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En cuanto al ramo, nos explica que fue un regalo de sus compañeras de Basyco. Era una composición desestructurada, con ramas de olivo y flores en tonos blancos que, sin ser del todo clásica, funcionaba fenomenal con el conjunto.

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Belleza sin artificios

Ese ansiado efecto de piel luminosa y natural que siempre demandan las novias no solo se consigue con un buen maquillaje, también con los cuidados previos al gran día. Mercedes nos explica que ella acudió a The Beauty Concept para lograr ese resultado. Del maquillaje se encargó Vanessa Martin-Barbadillo, que buscó favorecer a la novia sin artificio. El peinado, un moño sencillo en el que colocar el velo, fue obra de Yolanda, la peluquera a la que su madre acude desde siempre.

Novia con vestido de Inés Martín Alcalde

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Una boda en Jerez de la Frontera

Después de cinco años de relación, Mercedes y Miguel se comprometieron. "Siempre nos hemos querido casar, así que era algo que los dos teníamos claro y sabíamos que tarde o temprano iba a pasar. Un día al salir de trabajar, sin esperármelo nada, Miguel me lo pidió". Y en mayo de este año, 2024, se dieron el 'sí quiero'.

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Eligieron para celebrar su enlace la Iglesia de la Virgen de la Merced, "es muy especial tanto para la familia de Miguel como para la mía". Después se trasladaron a la finca La Peñuela, un antiguo monasterio de la Orden Cartuja cuyos orígenes se remontan al siglo XVI.

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Mercedes nos explica que para organizar todos los detalles de su gran día no contrataron los servicios de una wedding planner, se encargaron ellos. "La verdad que fue esencial la ayuda de Fabiola, se encarga de organizar las bodas en La Peñuela. Nos ayudó en todo lo que pudo", nos cuenta y añade que la decoración floral del espacio estuvo a cargo de Florenea, que hizo un precioso trabajo.

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Aquel día todo fue especial y salió como ellos habían planeado. "Estaban todas las personas que queremos, fue solemne y emocionante la ceremonia y muy divertida la fiesta. El DJ fue Quike AV y, sin duda, fue uno de los mayores aciertos. La gente no paró de bailar. Yo me sentía feliz y agradecida. Lo recuerdo con mucha emoción", confiesa la novia.

Finca La Pedreña en Jerez de la Frontera

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Y nos cuenta, divertida, que hasta el momento de la sesión de fotos en pareja fue todo un éxito. "Miguel odia hacerse fotos y fue una suerte contar con Alejandra Salido. El momento fotos se nos pasó volando; tanto ella como Nacho nos lo pusieron muy fácil. Además, no podemos estar más felices con el resultado".

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Cuando le pedimos que nos deje un consejo para otras parejas que, dentro de poco, se darán el 'sí, quiero', no duda: "Que disfruten cada momento, cada paso. Una boda es muy estresante, pero que piensen en crear un día que sea para ellos, lleno de recuerdos, y no tanto en compromisos o en los invitados, que claro que son importantes, pero a veces la gente llega al día de la boda casi sin haber vivido con alegría los preparativos por el estrés y hay que descartar esa posibilidad".