La historia del vestido de novia de Carola: se inspiró en Grace Kelly para su boda en Madrid

Un diseño especial, romántico y único que Maria Gadea creó para el gran día de nuestra protagonista

29 de octubre de 2024 - 0:22 CET29 oct 2024 - 0:22 CET

Carola y Javier se conocieron hace más de 15 años: "siendo unos enanos, veraneábamos en la misma urbanización en Mallorca" nos adelanta nuestra protagonista. Una historia de amor que, poco a poco, fue asentándose a la orilla del mar, casi literalmente, hasta que, después de seis años de noviazgo, decidieron pasar por el altar, el pasado 14 de septiembre de 2024 en la iglesia de San Jerónimo Real de Madrid. "Siempre había soñado en casarme con él, desde que empezamos supe que iba a ser el hombre de mi vida. Esa persona que a tu lado suma y multiplica. Me hace ser mejor y me apoya en cada paso que doy. Parece muy típico pero de verdad pienso que cada día me enamoro más de él" se sincera. Y su look nos ha fascinado, se ha convertido en una auténtica novia viral y una de las razones es porque su vestido de novia, creado por María Gadea, está inspirado en la princesa Grace Kelly.

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Nos asegura que no sabía con certeza qué tipo de diseño quería llevar para el gran día, pero sí tenía en mentes varios detalles. "Lo único que tenía claro era cómo quería que fuera el escote de la espalda, ya que es una parte de mi cuerpo que me gusta mucho. También que quería un vestido dos en uno, que pareciese único pero que fuera convertible para el momento de la cena" explica sobre una de las tendencias más aclamadas entre las novias en las últimas temporadas.

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Así encontró la inspiración de su look

Lejos de los convencionalismos clásicos y de los patrones atemporales, Carola empezó a trabajar mano a mano con la diseñadora María Gadea y, entre charlas y la búsqueda más especial, dieron con la clave que destaca su look entre los demás. "Una vez empezado el vestido, buscando y buscando inspiración, la encontramos en Grace Kelly con su manera de llevar los pañuelos, de ahí nació la idea de mi velo".

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Para ella, lo más importante a la hora de sumergirse en la aventura de crear desde cero tu traje blanco soñado fue dar prioridad al trato y el feeling con la diseñadora, "que sepa encontrar tu estilo y esencia para ser completamente tú" confiesa sobre su experiencia. "En España tenemos muy buena calidad de tejidos y de profesionales, creo que el sentirte cómoda con la persona que te va a crear y confeccionar algo tan importante como el vestido de tu vida es clave".

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Carola confió en María Gadea:"¡la volvería a elegir mil veces más!" confiesa sobre su conexión con el hada madrina que la vistió de novia espectacularmente guapa. "Consiguió captar mi esencia y fue tan fácil tratar con ella... Me encantan los vestidos elegantes y sencillos, pero siempre con un toque especial" describe sobre el punto de partida con el que comenzó la creación del suyo meses antes de la boda.

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Cuenta que, durante la primera cita, le hizo un boceto a mano alzada en base a algunas ideas que tenía ella en su cabeza y, junto a la creatividad de la experta, consiguieron la imagen que estaban buscando. "Me enseñó muchas telas, y con sus consejos y preguntas para conocerme mejor me supo guiar y encontrar las perfectas para mi vestido. Las elegidas fueron el crepe satén color marfil y bambula de seda marfil para el sobre vestido. Me propuso hacerle algo importante pero sutil en cintura y puños" explica.

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"En cada prueba fuimos puliéndolo poco a poco y decidimos que incluiríamos nido de abeja hecho a mano en bambula con pequeñas piedras blancas salteadas que lo harían todavía más especial" describe. Una vivencia preciosa y memorable que vivió muy bien acompañada según nos relata, "mi madre vino desde Barcelona para la mayoría de pruebas y también me acompañaron mi mejor amiga, mis cuñadas y mi suegra. Todas me supieron aconsejar y fue una experiencia que no olvidaré nunca".

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Un vestido de novia convertible

¿Se cambió de ropa a lo largo de la celebración? "Mi vestido principal era convertible" comenta. "Me quité el sobre vestido para la entrada a la cena y el inicio del baile, quería estar cómoda y sin cola para esos momentos. María diseñó el vestido de esa forma para que la cola y el velo los tuviese durante la ceremonia y el cóctel, y así poder estar más cómoda luego".

¡Pero hubo otro inesperado vestuario más! "Tras una hora de fiesta, me cambié a mi look más cañero. Consistía en un top corto palabra de honor con ballenas interiores, en tejido de flecos y una falda lápiz en tejido satinado", una gran idea para darlo todo en la pista de baile junto a sus amigos.

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Le preguntamos sobre si considera importante seguir las tendencias, a lo que nos responde... "¡En absoluto! En mi caso, me fijé más en mis gustos y lo que pensaba que me sentaba bien. Las tendencias cambian y lo más probable es que en unos años cuando veas las fotos del día de tu boda, las tendencias sean otras, y si en ese momento las seguiste sin mantenerte fiel a lo que te gusta, puede que te veas y no te parezca tan bonito. En mi opinión, prefiero haber llevado algo con lo que me identifico y sé que dentro de 50 años me seguirá encantando" razona.

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Las tradiciones sí formaron parte de su plan de boda, "es un día muy importante, y el día de mañana me encantará poder contarles a mis hijos que llevé algo de la familia y que ellos también podrán hacerlo. Yo llevé los pendientes de mi tatarabuela, eran preciosos, y me hizo especial ilusión que tanto ella, como mi abuela y mi madre, los lucieron en su boda" explica.

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Para el maquillaje, nuestra novia contó con la ayuda de la profesional María Borbolla, "supo interpretar lo que quería desde el primer momento... Un maquillaje sencillo pero espectacular, que potenciase mis ojos. ¡Todo el mundo no paraba de decirme que estaba guapísima!" confiesa entre risas.

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El peinado de confianza

He aquí la razón de su peinado tan elegante, sencillo y atemporal. "Tenía claro que quería recogerme el pelo para dejar la espalda libre. Durante la carrera de Medicina no tenía tiempo para secarme el pelo así que empecé a hacerme un moño bajo para estudiar, que me dejaba el pelo ondulado como recién salida de la peluquería. Desde entonces, ¡me lo hago cada día! Quería casarme con mi moño de siempre en versión mejorada y Noelia Botas supo hacerlo perfectamente".

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Nos relata que sabiendo un poco el estilo que quería, se puso en manos de Virginia, la encargada de la finca, el catering y del taller floral Brunnera. "Mi ramo incluía rosas de jardín con colores y una evocación vintage, mezclado con verónica smart, dos tipos de eucaliptos y rosas pitiminí. El color del vestido recordaba a los años 40, y por eso los tonos tenían que ser desgastados. El nude y el blanco roto eran perfectos, y para eso, Virginia es la mejor, capta tu estilo a la primera".

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Una joya familiar

La sencillez fue el hilo conductor de Carola, incluso para la elección de las joyas. "Las más importantes que llevé fueron los preciosos pendientes de mi tatarabuela, que simulan una gota con un diamante en el centro y mi anillo de pedida". Pero al igual que se cambió de traje nupcial, lo mismo hizo con estos accesorios. "Para el segundo vestido de dos piezas en el momento fiesta, me puse mi reloj Cartier mini Panthère que me regalaron mis suegros en la pedida y unos pendientes de perlas de Alhaja".

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Nos explica que también hubo cambio de zapatos, como ya adelantaba. "Los primeros zapatos de novia eran de Prada vintage que encontré de casualidad en Vestiaire Collective, ¡eran del mismo tono champagne que mi vestido! Me los cambié para el baile y me puse unas cuñas preciosas y comodísimas de Diplomatic Brand, y para la fiesta opté por unos tacones plateados de plataforma de Mint & Rose".

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Su historia de amor

"Conocí a Javi en Mallorca hace más de 15 años, siendo unos enanos. Él es de Madrid y yo de Barcelona (¡aunque toda mi familia es argentina!) pero veraneamos en la misma urbanización en Mallorca desde entonces, aunque nunca nos caímos muy bien hasta el verano antes de empezar a salir (en el año 2016). Me parecía el típico chico flipado al que le iban detrás todas, así que no le tenía mucho aprecio... Él tampoco pensaba muy bien de mí hasta que ese verano empezamos a hablar más y ambos nos dimos cuenta de que estábamos equivocados" recuerda emocionada.

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Y nos continúa relantando... "Unos meses más tarde, me invitó a un viaje de esquí en Sierra Nevada (y yo pensé... eso está al 'lao') así que para allá me fui. Ahí fue donde surgió el amor y comenzamos nuestra relación a distancia (Madrid - Barcelona) durante cuatro años. Una vez hice el MIR conseguí mi plaza como ginecóloga en Madrid, ¡y ya llevo viviendo aquí 3 años!". El gran día tuvo lugar el 14 de septiembre de 2024, "nos casamos en la iglesia de San Jerónimo el Real, y posteriormente la celebración fue en la finca de Soto de Cerrolén con el catering de Cortés de Moraga".

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Hay quienes nunca han tenido en mente dar este paso, pero en su caso, no fue así. "Javi y yo hablamos algunas veces la idea de casarnos, pero por distintas circunstancias personales yo creí que iba a ser mucho más tarde... Me contó que tenía pensado pedírmelo en un viaje a Nueva York que teníamos planeado para mayo 2023, pero cuando tuvo el anillo en sus manos no se pudo aguantar y me lo pidió en Santa Catalina (Panamá) el 26 de marzo 2023. La verdad que el video es precioso, está en mi Instagram".

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Una anécdota para el recuerdo

Entre las anécdotas que rodean a esta fecha tan señalada, nos cuenta una de ellas. "Javi siempre ha sido la persona que organiza todos los viajes y las cosas importantes en la pareja porque le encanta, y no ha sido diferente con nuestra boda. Yo le prometí que me encargaría de las invitaciones y la papelería hace más de un año, pero, si os puedo dar un consejo... No lo dejéis todo para último momento, ¡todavía tenemos 150 invitaciones en casa!".

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Le preguntamos qué fue lo más importante que recuerda de aquel sábado de septiembre, a lo que nos contesta. "Para mí lo más emocionante fue el momento en el que que abrieron las cortinas de la iglesia y vi a Javi al final del pasillo, en el altar. También cuando mi padre me vio con mi vestido y le regalé el pañuelo bordado con la frase: 'cada paso que he dado ha sido a tu lado, y hoy es de camino al altar'. Y otro instante, de los más divertidos, fue sin duda la entrada al banquete, ver a todos los invitados saltando y cantando por nosotros con la canción de Jóvenes Eternamente, fue mágico".

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Carola quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.