Hay parejas que deciden celebrar su boda después de mucho tiempo juntos y otras que solo necesitan unos meses para lanzarse. Y no es porque sueñen con un día mágico y una celebración por todo lo alto, sino porque de pronto sienten que han encontrado a ese compañero de viaje con el que quieren estar siempre, a pesar de todo. Ese es el caso de María y Raúl que, apenas seis meses después de conocerse, formalizaron su compromiso. Y fue ella la que le pidió a él matrimonio rompiendo ese cliché, que todavía impera en buena parte de nuestra sociedad, de que son los hombres quienes deben dar el paso. El "sí, quiero" tardó un poco más en llegar, dos años, pero a veces las esperan merecen la pena. El pasado 5 de octubre celebraron su enlace, un día muy especial para el que la novia eligió un vestido de Pronovias con anécdota.
María nos explica que ella tenía muy claro el tipo de prenda que quería llevar en su boda: un vestido con poco artificio que le ayudara a sentirse ella misma. "Tenía que ser un vestido de satén con la espalda al aire y cuello halter. Fue Carolyn Bessette, en su enlace con J.F. Kennedy, pionera con su vestido de novia de satén diseñado por Narciso Rodríguez, convirtiéndose en un icono", apunta. Este escote ha sido uno de los preferidos por las prometidas en los últimos años. Desde que Meghan Markle lo eligió para su segundo look nupcial, han sido muchas las firmas que lo han incluido en sus colecciones, entre ellas Pronovias. Muy especial es también el tejido con el que estaba confeccionado: el satén. "Creo que potencia la belleza y forma del cuerpo de la mujer y el diseño que elegí era elegante y sensual", nos cuenta la novia.
Pero quizá, lo más llamativo de esta elección es que tanto la firma como la esencia de la prenda tienen, para ella, un significado que va más allá de esa magia que siempre rodea la búsqueda del vestido. Y es que tal como nos relata María, cuando su madre se casó apostó por una prenda de Pronovias que además tenía cuello halter. Tal vez por eso, y porque estaba enamorada de su vestido, María solo llevó un vestido el día de su boda, una prenda que no era convertible.
Uno de los errores que suelen cometer muchas prometidas cuando imaginan su vestido de novia es no estar abierta a otras opciones y no escuchar las sugerencias de los que más saben. Ese no fue el caso de María que, tal como nos cuenta, siempre se dejó aconsejar por la experta que la acompañó en todo el proceso. "El vestido era perfecto y simplemente hicimos algunos pequeños retoques para adaptarlo a mi fisionomía. Confié en María desde el primer momento; ella me aconsejó y acompañó en el proceso, consideró que era mejor añadir velo y fue todo un acierto. Aportó al traje un toque atemporal al combinarlo con el satén". Y ese halo de romanticismo que redondea el look de la mayoría de novias.
De los pendientes al ramo
María nos cuenta que aunque no le daba importancia a cumplir con las tradiciones que siguen muchas novias —llevar algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul— si decidió incorporar a su look unos pendientes de su madre sencillos y bastante clásicos. Y al contrario que muchas novias, que ceden parte del protagonismo del look a sus joyas, ella no llevó más, solo la alianza de oro rosa y con un diamante en el interior de Rabat.
En esa misma línea de minimalismo y sencillez estaba su ramo. Aunque cada vez vemos más ramos de aspecto salvaje entre las elecciones más virales, las composiciones clásicas siempre son un acierto. Ella eligió un bouquet de flores blancas de la floristería La Orquídea, muy en consonancia con la decoración floral del gran día.
El look de belleza
Para que un look nupcial sea redondo no solo es importante prestar atención a los complementos, también al maquillaje y al peinado. No solo es importante que la novia se vea favorecida, también que se reconozca. "No soy una persona que dedique mucho tiempo a peinarse, ni mucho menos a maquillarse y no quería verme el día de nuestra boda diferente a mi día a día. Paula Sellés, mi amiga, fue mi maquilladora y estilista ese día, supo exactamente lo que necesitaba y me hizo brillar". María llevó su melena recogida en un moño relajado que, sobre todo en la parte delantera, dejaba sueltos muchos mechones con los que aportar frescura a su rostro. En cuanto al maquillaje, tonos naturales y una piel jugosa, la mejor elección.
No siempre es fácil dar rápido con el espacio más adecuado para celebrar la boda. Aunque existen decenas de fincas y lugares habilitado para ello, debe encajar con el concepto y las necesidades de la pareja. Pero para María y Raúl fue sencillo. Finca La Roscana, situada en Elche (Alicante), es el negocio familiar de los padres de la novia. "Llevan dedicados a la celebración de bodas y eventos casi 20 años y más de 45 años a la hostelería", explica. Como conocían a la perfección cada rincón, no les costó crear una boda que potenciara los encantos del espacio. Allí tuvieron lugar tanto la ceremonia como el convite. Y si algo podemos asegurar es que la decoración no debió dejar a nadie indiferente.
"Raúl y yo pensamos en cómo queríamos que fuera nuestro día, la paleta de colores y la vibra. Andorina Events abrazó todas las ideas que teníamos, desde la ceremonia hasta el baile y las representó a la perfección". El blanco se convirtió en el color protagonista de la boda: las flores, las mantelerías y buena parte de los detalles eran en este tono; y la rosa blanca, que conformaba su ramo, la flor por excelencia. "La vajilla fue retro, todos los platos eran diferentes entre sí, rescatados de casas antiguas, rastros, familiares y amigos. Queríamos darle ese toque nostálgico y romántico que nos caracteriza a los dos. Convertimos el salón interior en un club inspirado en los años 70 y años 80, con cortinas de terciopelo verde botella y bolas de cristal que dieron ese toque de glamour".
Hace unos días te contábamos que la música tiene más peso del que podemos imaginar en un primer momento. Cada boda tiene, en cierto modo, su banda sonora y refleja de forma muy clara la personalidad de los novios. Hay quienes prefieren un hilo suave de fondo, que acompañe pero no llame la atención, y quienes, como María y Raúl —él es DJ y productor—, le ceden protagonismo. Ya en la preboda, celebrada en la propia finca, contaron con el grupo Marlene. Para el cóctel contaron con el dúo The Crooners, que los acompañó con jazz. "Disfrutamos la tarde con música Indie y el grupo Beach Brothers. Llegó la noche y la fiesta, abrimos el baile en el increíble montaje ambientado en los años 70 y 80 que nos hizo el equipo de Laura, de Andorina Events. El sonido fue proporcionado por Eventos Varadero".
Todas las bodas dejan decenas de anécdotas que las parejas siempre llevarán en sus corazones e instantes que emocionan con solo recordarlos. A veces es el momento de llegar a la ceremonia, ese cruce de miradas entre los prometidos, el ver a tanta gente querida arropándolos... Pero en lo que todos coinciden es en que el día vuela. Por eso María tiene claro su consejo: "Que disfruten. No solo del gran día, también de los preparativos, pasa muy rápido y tras la larga espera, sientes que termina en un suspiro. Nosotros hicimos una celebración de tres días, preboda, boda y postboda. Así que les recomiendo que, si pueden, lo hagan. Es una forma de alargar un poco la boda y sentir que dura un poquito más. Después de la boda he llorado bastante pensando en aquel día y he pasado una especie de duelo porque ha terminado, fue mágico"
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