Un año más el Palacio de Santoña se ha convertido en el marco de Atelier Couture. Y es que, como cada mes de octubre, este emblemático edificio, sede de la Cámara de Comercio de Madrid, ha albergado un ciclo de desfiles en el que firmas nupciales y de invitadas han presentado sus colecciones para el próximo año. Con la artesanía y el made in Spain como punto de partida, Lorena Panea, Amaia Artieda o Rafael Urquízar, entre otros, nos han sorprendido con las tendencias que inundarán los vestidos de las novias de 2025.
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Ankh-Ka-Ab significa, en egipcio antiguo, "Vivir con alma y corazón” y ha sido el nombre elegido por la diseñadora Lorena Panea para su colección 2025, en la que homenajea a Egipto y a las civilizaciones clásicas. Una propuesta en la que explora cómo los cortes modernos pueden convivir con los diseños más atemporales y la forma en que los tejidos más sencillos se elevan con texturas, bordados o pedrerías. La creativa juega, además, con las superposiciones y la idea de hacer que los vestidos evolucionen. Esta tendencia, que casi se ha convertido en obligatoria en el mundo nupcial, permite a las novias tener varios vestidos en uno y a los diseñadores jugar con su imaginación, su técnica y su ingenio.
Elena Navarro tiene muy claro que los diseños atemporales, en el mundo nupcial, deben ser la base sobre la que trabajar. Por eso sus colecciones tienen patrones clásicos, favorecedores, de los de siempre. Eso sí, juega con las tendencias para dar ese toque novedoso a cada prenda. A veces son escotes cuadrados, aberturas más pronunciadas de lo normal... o complementos como unos mitones de gasa.
Dentro del mundo nupcial hay escotes que se recuperan cada cierto tiempo y otros que nunca terminan de desaparecer del todo. Ese es el caso del halter. Desde que Meghan Markle y el príncipe Harry se dieron el "sí, quiero" en 2018 y ella eligió este acabado para su segundo vestido de novia, podríamos decir que ha estado presente en casi todas las colecciones, aunque solo sea un par de propuestas. Candelas y Felipa no han dudado en elegirlo para algunos de sus diseños más favorecedores y elegantes.
Si algo ha llamado nuestra atención en la propuesta de Lorena Panea es que la diseñadora ha querido incluir algunas notas de color en sus vestidos. Hace ya varias temporadas muchas firmas nupciales exploraron la fusión del blanco y el negro — algo que Rafael Urquízar ha vuelto a hacer en su colección para 2025— , pero pocas se habían atrevido a experimentar con otros colores como el rojos, los anaranjados o el fresa. Aunque sí los habíamos visto en complementos, la creativa ha adornado con pequeñas flores en estos y más tonos sus prendas.
Cuando hablamos de incluir detalles de color en un look nupcial casi siempre pensamos en incorporarlo en los complementos o, al menos, no en piezas de gran tamaño. Sin embargo, esta propuesta de Genoveva Hita bien podría funcionar para una novia que busca algo relajado y diferente. La artista, que trabaja con sedas, algodones y linos que pinta con técnicas artesanales, crea colecciones cápsula inspiradas en diferentes culturas. El resultado son piezas como el elegante kimono de la imagen.
Hace ya varias temporadas que las capas se han convertido en un imprescindible dentro del mundo nupcial. Novias e invitadas eligen este complemento para elevar sus looks y conseguir un acabado más elegante; por eso no podían faltar en la colección Crisálida, de Amaia Artieda. Esta propuesta de la firma nupcial navarra explora la metamorfosis que sufre una mujer desde que empieza a buscar su vestido hasta que pasa por el altar. Un recorrido que se materializa en prendas sencillas con detalles que les confieren un aire majestuoso. ¿Cómo lo consigue? Seleccionando tejidos especiales, como sedas naturales y encajes que, unidos a las muselinas y rasos, crean un conjunto único.
Como comentábamos antes, este accesorio lleva tiempo dentro del mundo nupcial. Pero eso no significa que estén demasiado "vistas" o que apenas haya variaciones en las propuestas. A veces se confeccionan en tejidos que no se solían emplear para este fin; otras, ganan novedad por la manera de colocarlas, ya sea con la abertura sobre uno de los hombros o, como propone Beatriz Antón, anudada sobre el pecho y con un vestido corto.
Los vestidos de novia transformables, esos que añadiendo y quitando elementos o prendas se convierten en otros diferentes, son los más solicitados. Por eso no sorprende que Amaia Artieda haya querido incluir este tipo de opciones en su colección. En el caso de la imagen, vemos cómo una capa con mangas y decorada con flores en 3D, deja paso a un vestido que realza la silueta. Esta decisión, la de sumarse a los vestidos convertibles, funciona muy bien con la esencia de su colección: la evolución de la novia.
Raquel López también ha querido jugar con este elemento en su colección. La diseñadora, que siempre emplea tejidos de alta calidad para sus propuestas, crea capas majestuosas que hacen las veces de cola y aportan un aspecto diferenciador a los vestidos. Algunas, como la que vemos arriba, se salpican de delicadas flores en 3D, otra de las tendencias que ya vimos en las elecciones de muchas firmas para 2024 y tienen continuidad entre las novedades.
Las siluetas arquitectónicas vertebran la colección nupcial para 2025 de Rafael Urquízar. El diseñador de Málaga ha querido sorprender con una propuesta de líneas puras y cortes muy limpios en la que cobran un gran protagonismo los volúmenes. Eso sí, todo muy medido para que los diseños no resulten exagerados y hagan sentir cómodas a las novias. Para lograr este acabado, el creativo ha utilizado tejidos como sedas finas, organzas y tules; todos ellos cuidadosamente seleccionados para proporcionar textura y movimiento.
La colección de Señorito Ortega para 2025 también abraza esta tendencia. Sus propuestas, de siluetas sencillas y favorecedoras, están realzadas por volúmenes colocados en zonas estratégicas. Un ejemplo lo encontramos en el diseño de la imagen, un vestido de corte chimenea con una lazada a contraste que envuelve los hombros y brazos de la novia.
Aunque la colección de Jesús Segado ha estado centrada en las invitadas y ha imaginado para ellas kimonos originales japoneses deconstruidos y construidos con técnicas como el origami, ha querido cerrar su propuesta con una novia. El diseñador malagueño ha presentado un vestido de corte bastante recto decorado con flores en 3D, una tendencia que se cuela de nuevo en los vestidos nupciales. En este caso se trata de una representación del florecimiento de los cerezos, símbolo de la cultura japonesa. "A través de un kimono que estaba bastante deteriorado, se ha encolado, se ha engomado y se han realizado flores incorporándolas al vestido", explican desde su departamento de comunicación.
Cuando hablamos de flores en 3D solemos pensar en diseños salpicados con varias decenas de ellas. A veces no es necesario y, como vemos en algunas de las propuestas de María Diezma, basta con incluir este elemento sobre el hombro. Ella, además, lo hace en color crema, sumándose a otra de las tendencias que hemos visto sobre esta pasarela, el uso de otras tonalidades más allá del blanco.
Los vestidos de novia sencillos y minimalistas conviven con opciones mucho más llamativas. Un adjetivo que no necesariamente es sinónimo de brillos o pedrerías. Carmen Alba lo demuestra en este diseño con mangas voluminosas, cuerpo salpicado de transparencias y una falda brocada que contrasta con el resto y crea un efecto innovador.
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