El gran día ha llegado. Constanza Villar-Mir ha pronunciado el “sí, quiero” a Daniel, su pareja desde hace años. La segunda de las hijas de Juan Villar-Mir de Fuentes y Cristina Palacios ha contraído matrimonio en Sevilla, en la parroquia de Santa Ana, en Triana. La protagonista absoluta de la velada ha sorprendido a presentes y espectadores con su elección de look nupcial. Acompañada por su padre hasta el altar, ha deslumbrado con un vestido que mezcla altas dosis de tradición y contemporaneidad.
Hablamos de un diseño que enamorará a quienes, a pesar de contar con un estilo clásico, busquen añadir toques de modernidad y personalidad a la que es, probablemente, la configuración más especial. Nos referimos a una creación de busto atemporal creado a partir de mangas tres cuartos con delicada botonadura, escote cuadrado y corte del bajo en diagonal. Sin embargo, lo que más ha cautivado de la propuesta no ha sido la parte superior, sino la maxifalda en tul tipo bailarina que se ha robado toda la atención.
Una confección asimétrica llevada a cabo a base de numerosas capas de tela con la que se ha actualizado lo que comenzaba siendo una elaboración tan sencilla como discreta. En lo que a calzado se refiere, Villa-Mir ha querido romper la monocromía de la ecuación decantándose por unas sandalias de pulsera con tiras de textura aterciopelada en tono berenjena, zapato con el que se ha alejado de los complementos que acostumbran a escoger las novias para sus bodas.
Tampoco ha faltado el velo. Se ha optado por un modelo blanco infinito, también en tul, elemento que ha ido ligado al impecable recogido trenzado con el que ha causado sensación. Y en cuanto al ramo, se ha hecho con un ramo silvestre liderado por margaritas, flores idóneas para mujeres naturales y auténticas.