Un día cualquiera, en un bar de Madrid, los caminos de Claudia y Borja se cruzaron por primera vez y, tras una larga conversación, ¡saltó la chispa de la ilusión! Ella de Castellón, él de Asturias, encontraron el amor en el momento más inesperado, lejos de su tierra natal y en la ciudad en la que ambos trabajan. Una preciosa historia a la que han añadido más capítulos con una boda el 6 de julio de 2024 y con un romántico vestido de novia que creó la diseñadora Isabel Núñez para el gran día. "Siempre he querido casarme si daba con la persona adecuada, y por suerte, ¡la he encontrado!" nos cuenta emocionada.
"Tenía clarísimo que quería un vestido de novia en satén de seda y con tejidos vaporosos, ¡que diera esa sensación de frescura!" explica. Al pensar en cómo se veía vestida de blanco, nunca había imaginado en el típico look clásico, sino en una imagen más actualizada acorde a su armario. Al igual que otras novias con las que hemos hablado, para Claudia lo más importante era "sentirte tú misma, en tú mejor versión. Sentir que estás dentro de tu estilo". Y lo consiguió.
La elección de diseñadora es fundamental para vivir este momento feliz, tranquila y confiada, Claudia se decantó el 'saber hacer' de Isabel Núñez. "He seguido sus diseños desde hace mucho tiempo por el tipo de tejidos y bordados que utiliza, creía que podía entender lo que yo buscaba en el vestido de novia. Y así fue, desde que nos reunimos en su atelier comprendió a la perfección lo que quería, y en base al boceto inicial fuimos creando el que acabó siendo el vestido de mis sueños".
Hay quienes se dejan llevar por los consejos de las expertas, y otras que conocen qué les favorece, y así fue en el caso de nuestra protagonista. "Me apasiona jugar con las texturas: plisados, bordados… Es algo que me define y quería que se plasmara en mi vestido. El escote también tenía claro que quería que fuera cuadrado, ¡bien abierto! Buscaba un look que estuviera muy trabajado en la zona del cuerpo y vaporoso, con caída en la falda" comenta.
Un diseño hecho a medida
El proceso comenzó cuando le propuso lo que ella quería, "un vestido muy artesanal de esos que notas que tienen horas de trabajo, con un cuerpo entallado y una falda donde el satén de seda encajase con tejidos más vaporosos", y un detalle fundamental era que fuera midi, o por lo menos una parte de él, según nos cuenta. "Isabel inventó como poder tener un diseño midi, pero con cola a la vez. En base a mis ideas, me hizo un boceto al que prueba tras prueba fuimos dando forma, modificando algunas cosas y añadiendo otras, como por ejemplo los pañuelos delantero y trasero que salían del cuerpo del vestido o las mangas con el bordado" recuerda.
Nos sigue relatando cómo vivió el proceso de la creación desde cero, el traje que llevaría hacia el altar para casarse. "Elegimos los tejidos que más se ajustaban a mi idea, también los fruncidos y los bordados a mano, ¡yo alucinaba del proceso tan artesanal! He de decir que nunca me probé ningún vestido de novia antes, algo que es bastante habitual aunque sea 'por verte', pero no quise porque sabía que lo que pudiera probarme nunca sería lo que yo quería, porque yo buscaba uno más artesanal, de esos cuidados al detalle" razona.
Ponerse en manos de los genios de la costura es un acierto más que asegurado, y ella es un buen ejemplo de ello. "He de reconocer que tenía un poco de miedo cuando me probé el vestido una vez pasada la prueba con el toile, cuando ya empezaba a tener forma. Sin embargo, enseguida me di cuenta de que iba por el buen camino, era lo que me representaba".
Un vestido de novia convertible
Siguiendo una de las modas nupciales, optó por un traje desmontable que lució durante la fiesta. "Realmente podía intuirse que lo era o no, ya que jugamos con el tejido más vaporoso" explica. "Era una falda con dos metros de cola que estaba sobrepuesto a modo pareo al satén de seda, lo que le daba mucha fluidez. Este tejido vaporoso está cosido al cuerpo del vestido, de modo que para tener el segundo look descosimos esta falda y quedó con el mismo cuerpo y una falda sin cola por lo que era muy cómodo para el baile y la fiesta".
Le preguntamos si consideró que para este día fuera importante seguir las tendencias, a lo que nos responde, "¡siempre dentro de tu propio estilo! No creo que porque algo esté de moda debas de ponerte una u otra cosa cuando realmente no te definen ni representan tu estilo. Ser fiel a tu propio estilo y encontrarlo dentro de las modas es lo que hace destacar a unas personas sobre el resto".
En cuanto a las tradiciones típicas para la fecha más esperada de su vida, nos cuenta que sí contó con ellas."En mi caso el 'algo prestado' fue la mantilla que usamos para el rito de la velación, es de mi hermana. Fue algo muy especial".
Pasión por las joyas 'vintage'
Los complementos fueron una de las elecciones más divertidas. "Como joyas llevaba el anillo de diamantes de pedida y unos pendientes vintage de diamantes y zafiros de Joyas Del Páramo, amo las joyas vintage me parece que son unas piezas diferentes y súper especiales" confiesa. "Las sandalias eran Jimmy Choo, las escogí porque me enamoró el detalle de la pulsera en el tobillo y el color champagne que quedaba ideal con el vestido. Le daba un toque chic sin destacar demasiado".
"El maquillaje quería que fuera algo natural, no soy una chica que se maquille a menudo y cuando lo hago es seciallo, por lo que quería algo natural con lo que sentirme cómoda. Pienso que, sobre todo en ocasiones especiales, el make up es clave y para sentirte tú misma debes ser fiel a lo que habitualmente llevas" dice.
Del mismo modo que estaba segura cómo sería su vestido, lo mismo ocurrió con su peinado. "Siempre tuve claro que quería llevar el pelo recogido en un moño tipo bailarina, sobre todo porque quería ir velada y creo que es la forma más elegante de llevarla. Y después sabía que quería soltarme la melena, como hice con el cambio de look".
Un ramo de peonías
El ramo de novia, que terminó regalándoselo a su hermana, también siguió la misma línea romántica y sencilla. "Quería que fuera sencillo y todo blanco, sin adornos. Amo las peonías, son una flor delicada y sofisticada, pensé que sería ideal para un día tan especial. La cinta del ramo era de lino marrón y llevaba una medalla de la Virgen del Lidón, fueron regalo de una de mis testigos".
Tras casi dos años de noviazgo, fue el momento de la gran pregunta que culminaría con la boda soñada en la Basílica del Lidón de Castellón. "Borja me pidió matrimonio cuando llevábamos 1 año y 10 meses, no me lo esperaba cuando me lo pidió. Sí hablábamos de la idea de boda y de que nos gustaría casarnos, pero no me imaginé que me lo fuera a pedir aquella noche de febrero".
La gran pregunta
"Se inventó todo un plan en el que íbamos a cenar a un restaurante especial con la excusa de que era porque conocía a alguien allí. Nos encanta salir a comer y probar nuevos restaurantes, por lo que me pareció el plan perfecto para arreglarme y cenar en un sitio rico. Era una noche fría de febrero en Madrid y recuerdo que sólo lo vi nervioso en el momento de subir al taxi para ir, yo no entendía nada y de hecho le llegué a decir que si no le apetecía que no íbamos que no pasaba nada, a lo que claro me contestó que no que no que por supuesto que íbamos (claro, normal…)" recuerda.
"La verdad que fue muy bonito porque fue muy íntimo. Estábamos apartados del resto de gente en el restaurante y me lo pidió en el momento del postre, cuando lo sacaron dentro de este tipo de bandejas de plata que vienen con tapa, el metre destapó y había un anillo ¡NO ME LO PODÍA CREER! Nos quedamos los dos mudos sin saber que decir, hasta que hizo la pregunta a la que por supuesto contesté que SÍ" relata.
Nos cuenta, que para el gran día, en la iglesia sorprendieron a los invitados con un grupo de gaitas asturianas. "Mi marido es de Asturias y quisimos hacer un guiño a su tierra trayendo un trocito a Castellón, fue un momento muy bonito ya que entraron al final de la misa y tocaron una Salve Marinera. Después nos esperaron haciendo un pasillo a la salida y entonaron Asturias patria querida, ¡fue espectacular! Los invitados estaban encantados, los valencianos por lo diferente y los asturianos por sentirse más en casa".
Luego se trasladaron a una finca cerca de la Basílica para cenar, y con la ayuda de la wedding planner María, del equipo Martina por el Norte, consiguieron que saliera todo a la perfección. "Nos ayudó mucho en todo el proceso. Es un amor, ella me conoce y sabe lo que me gusta, nos entendemos a la perfección por lo que fue todo muy fácil". Y respecto a la decoración, nos dice, "mi sueño siempre había sido celebrar mi boda una noche de verano en un jardín con mesas llenas de flores de color fresa y naranja y con muchas velas, y así lo hicimos".
Lluvia inesperada
Como anécdota para el recuerdo Claudia nos cuenta qué ocurrió aquella tarde de verano. "¡Se puso a llover justo antes de la cena! Llovió durante dos horas, lo que duró la cena. Nos respetó el cóctel y la fiesta pero tuvimos ese imprevisto ¿Quién iba a pensar que un 6 de julio en Castellón iba a llover? Tampoco las previsiones daban lluvia, ¡fue increíble! Tuvimos que hacer 'traslado de última hora' del jardín al porche abierto. Las mesas con sus flores, velas... ¡No sé cómo llegó todo sano y salvo! Pero como de todo lo malo sale algo bueno, fue espectacular la actitud de los invitados que se vinieron arriba completamente, y el ambiente si ya era bueno, ¡fue mejor de lo que nunca hubiéramos imaginado!"
"La cena fue súper animada y cuando mis amigas de toda la vida nos sorprendieron con unos mariachis en medio de la cena, ¡ya se desató! La gente estaba eufórica, cantando las canciones…Nadie se sentaba, fue tan divertido que recuerdo este momento súper especial. Al fin y al cabo, esto era lo más importante para Borja y para mí, que la gente disfrutase, que lo pasase bien y pese al contratiempo todo salió genial".
Y he aquí el momento más especial del gran día, "me quedaría con la entrada en la iglesia, con cómo me miraba Borja durante la ceremonia, creo que de eso no me podré olvidar nunca. También fue muy especial cuando le entregué mi ramo de novia a mi hermana Carla y cuando mis amigas vinieron a la finca y me vieron vestida de novia antes de ir a la iglesia".
Claudia quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Vestido de novia: Isabel Núñez
- Zapatos de novia: Jimmy Choo
- Joyas: Del Páramo Vintage
- Flores: Ferini
- Fotografía: Diego de Rando
- Wedding Planner: Martina por el Norte
- Maquillaje: Jessica Arqués
- Peluquería: Biobela
- Dj: Chema Erasun
- Alquiler de material para la cena: Evencias