Este sábado 28 de septiembre, la catedral de la Anunciación de Santa María (Atenas) acogerá la boda de Teodora de Grecia, cuarta hija del fallecido rey Constantino y la reina Ana María, con el abogado estadounidense Matthew Kumar. Un enlace que volverá a juntar a la Familia Real helena y que nos mantiene expectantes en torno al secreto mejor guardado: ¡el vestido de la novia! A solo tres días del esperado 'sí, quiero' de la sobrina de la reina Sofía, hacemos repaso de los anteriores looks nupciales de las princesas griegas.
Nina Flohr, un look francés de Alta Costura
En octubre de 2021, el príncipe Philippos de Grecia y la heredera suiza Nina Flohr celebraron su boda religiosa en la Catedral de Atenas, un evento histórico que reunió a gran parte de la realeza europea; de hecho, hacía seis décadas que la capital griega no era sede de un 'sí, quiero' royal. La novia confió en Chanel para la realización de su impresionante vestido de corte princesa con diseño de escote barco en 'V' y estratégicos drapeados a la cintura.
Para su fabricación, se utilizó un tejido satinado con mucho cuerpo que permitió generar ese efecto teatral y majestuoso digno del traje nupcial de una princesa. Este aspecto destaca en la pomposa falda y su larguísima cola, aunque no fue más larga que el velo blanco de tul ilusión tipo catedral que se sujetaba al peinado recogido de la heredera.
El vestido es realmente una modificación exclusiva de otro que forma parte de la colección Otoño 2020 de la línea de Alta Costura de Chanel. En la versión original, no era blanco sino negro; además, contaba con un bajo asimétrico, pero este se eliminó para conseguir una estética más tradicional. Mantuvieron el lazo grande en la zona del pecho porque es un detalle que a la novia le gusta mucho. Recordemos que, en su boda civil, llevó uno en el pelo.
La tiara del corsario
Como cabía esperar, siguió el ejemplo de sus cuñadas, coronando su look con la conocida como tiara del corsario, la misma que utilizaron en sus respectivas bodas Marie-Chantal (esposa de Pablo de Grecia) y Tatiana Blatnik (ahora exmujer del príncipe Nicolás). Es una pieza perteneciente al joyero de la familia real griega, pero la primera propietaria fue la reina Victoria de Suecia o Victoria de Baden, mujer del rey Gustavo V de Suecia y reina consorte del país entre 1905 y 1930.
Tweed para su ceremonia civil
2020 fue el año de los enlaces sorpresa e íntimos a causa de la pandemia. En el mes de diciembre, el príncipe Philippos de Grecia y Nina Flohr pusieron el broche de oro a su historia de amor a casi dos mil metros de altura, en la estación de Saint-Moritz, tal como recogió entonces la revista ¡HOLA! Antes de pasar por el altar, se casaron en una ceremonia civil en uno de los salones del hotel Badrutt's Palace frente a dos únicos testigos, el rey Constantino y Thomas Flohr.
La novia también lució en esta oportunidad una creación a medida de la casa Chanel, aunque esta sí la vimos sobre la pasarela, concretamente en la colección Otoño/Invierno 2020-2021. El look de su boda civil se compone por una fabulosa chaqueta de tweed en tono blanco roto que agrega ribetes festoneados con bordados de pedrería y la falda midi a juego. Nina remató el conjunto con unos botines bicolor a prueba de resbalones en la nieve.
Marie-Chantal de Grecia, un vestido de rejilla con flores '3D'
Retrocedemos en el tiempo hasta el 1 de julio de 1995, cuando Marie-Chantal de Grecia contrajo matrimonio con Pablo de Grecia en la catedral ortodoxa de Santa Sofía de Londres, un enlace que congregó a familias reales de todo el mundo e incluso contó con la asistencia de Isabel II. El creativo italiano, Valentino Garavani, amigo de la princesa de Grecia, fue el encargado de idear este delicado vestido nupcial que, pasados casi 30 años, continúa inspirando a las mujeres más clásicas. ¿Recuerdas el look con el que se casó Chiara Ferragni?
Es incalculable el impacto de esta creación realizada en seda color marfil con busto encorsetado de escote palabra de honor adornado a partir de un cuerpo de encaje de mangas largas con detalles de rejilla, sobre la cual se incrustan flores en miniatura. La falda de la pieza, de silueta tulipán, no era menos impresionante, puesto que llevaba el bajo cuajado de bordados con perlas.
Se especula que le costó 150.000 libras (el equivalente a 180.000 euros por aquel entonces). La cola de bordes festoneados del vestido se extendía 4 metros tras su paso, pero el velo de encaje Chantilly era todavía más largo, de 4,5 metros, y se sujetaba con esa tiara del corsario que mencionábamos. A Marie-Chantal se la había prestado su suegra, la reina Ana María, como dictaba la tradición.
Esta alhaja familiar fue el regalo de cumpleaños número 18 que le hicieron sus padres, el rey Federico IX y la reina Ingrid de Dinamarca, a la reina Ana María en agosto de 1964. Se construyó reutilizando un adorno con corpiño de diamantes y perlas que Ingrid había heredado de su abuela, la reina Victoria de Suecia, quien, como dijimos, fue la primera propietaria de la joya adornada con diamantes y perlas.
Al tanto de las tendencias de belleza que reinaban en la época, Marie-Chantal optó en su boda por un sofisticado recogido cardado, sobre el que se posaban la tiara y el verano, dejando al descubierto por completo el hermoso rostro de la mujer de Pablo de Grecia. Aun así, se decantó por unos pendientes más bien sencillos, de diamantes con uno colgante en forma de lágrima.
Alexia de Grecia, una novia minimalista
Tuvieron que pasar cuatro años, para que los reyes Constantino y Ana María volvieran a conmemorar el matrimonio de uno de sus hijos en una espectacular boda en Londres. La princesa Alexia se casó el 9 de julio de 1999 con el arquitecto canario Carlos Morales en la misma Catedral Ortodoxa de Santa Sofía. SU vestido era obra de Inge Sprawson, la modista favorita de su madre, aunque este no fue el único guiño a la familia, como era de esperarse.
Sprawson confeccionó para la novia un traje recto recto con escote pico y manga larga, del que nace una sobrecola bordada que en ningún caso fue tan larga como la falda de su cuñada, Marie-Chantal. Hablamos de una pieza discreta y sencilla, con el que la sobrina de la reina Sofía cedió todo el protagonismo a su tocado: un arreglo formado por una diadema y un velo de su familia materna.
En el vestido destacan, como únicos adornos, los botones enriquecidos con abalorios que están cosidos en los puños y la espalda. El velo se encarga del resto, al tratarse de un manto histórico, de encaje floral irlandés, que debutó su bisabuela, Margarita de Connaught, en su boda con el entonces príncipe Gustavo VI Adolfo de Suecia, hijo de Victoria de Baden, en 1905.
Por qué no llevó la tiara del corsario
Alexia de Grecia es la única princesa helena que no ha llevado la tiara del corsario el día de su enlace. Y su razón es suficientemente buena: finalmente, se decidió por una diadema de diamantes que dibujan ocho volutas de laureles y se le conoce como tiara del Jedive porque el último virrey de Egipto, el jedive Abbas Hilmi II, fue quien se la regaló a su citada bisabuela como obsequio de casamiento. Margarita y Gustavo VI se habían conocido en El Cairo.
Tatiana Blatnik, clásica con su torera de encaje
Nicolás de Grecia, el tercer hijo de los reyes Constantino y Ana María, se casó el 25 de agosto de 2010, tras siete años de noviazgo, con una belleza venezolana de ascendencia eslovena y alemana, Tatiana Blatnik. Lo hizo en la iglesia de la diminuta isla griega de Spetses, a la cual la novia llegó en un carruaje tirado por caballos cual princesa, deslumbrando a sus invitados con su vestido, una creación del diseñador venezolano Ángel Sánchez, cuyo atelier principal se encuentra en Nueva York.
Es un vestido de corte clásico y escote palabra de honor con cuerpo drapeado y falda evasé, confeccionado con 40 metros de encaje Chantilly francés, todo con delicados bordados y una vistosa cola que evoca a la de su cuñada. Para la ceremonia, la novia llevó un bolero que, más tarde, se quitó para disfrutar del banquete en compañía de su recién estrenado marido y los 370 asistentes de lujo que se congregaron en el Golfo Sarónico.
Pendientes misteriosos
Ni la larga cola ni el velo de encaje son las únicas coincidencias que encontramos entre los looks nupciales de Tatiana y Marie-Chantal. Ella también lució la tiara del corsario y la complementó con unos pendientes largos en oro blanco con diamantes engastados y perlas que, según se rumorea, seguramente sean un regalo del rey Constantino y la reina Ana María, sus suegros, ya que combinan de maravilla con la tiara.