A pesar de que ninguno son naturales de Madrid, la capital unió a Lucía y Alfonso para siempre cuando un día se cruzaron por casualidad en la famosa Plaza del Dos de Mayo. Cuatro años y medio después, él hizo la gran pregunta y el resto, como suele decirse ¡es historia! El verano pasado protagonizaron una preciosa boda de ensueño en el mágico Pazo De Bentraces, en Orense. La novia eligió para su gran día un sencillo pero elegante y estiloso diseño de Sole Alonso que se transformaba gracias a su chaleco desmontable. Te contamos todos los detalles de este enlace que, sin duda, inspirará a futuras parejas.
Cuando le preguntamos a Lucía qué considera que es lo más importante a la hora de elegir un vestido de novia, lo tiene claro. Para ella, es fundamental "que el vestido respete la personalidad, esencia y estilo de cada novia, que la novia se sienta ella misma. También es imprescindible contar con un diseñador con el que te sientas a gusto y confíes plenamente para que te ayude en el proceso".
En su caso, se decantó por Sole Alonso, y el motivo fue que le dio mucha confianza y seguridad, y que su forma de trabajar encajaba mucho con lo que ella buscaba. "Ella no hace bocetos del vestido, sino que trabaja en directo sobre tu propio cuerpo, por lo que ha sido muy fácil identificar que alternativa me apetecía más y era la que más encajaba con mi estilo".
Aunque hay novias que, desde el principio, tienen claro el tipo de vestido que buscan, no era el caso de Lucía, que simplemente partía de la idea de que fuera algo sencillo, elegante y, a la vez, algo desenfadado. Sí que tenía en mente el tema de que fuera desmontable: "en mi día a día me pongo muchos chalecos, tenía claro la capa fuese un chaleco ya que es algo con lo que me siento muy yo".
Momentos inolvidables
"El proceso de creación del vestido ha sido de mis momentos favoritos y surgió de manera muy natural" nos cuenta esta novia. "Sole Alonso me dio mucha confianza y su forma de trabajar hizo que juntas construyésemos en cada prueba el vestido perfecto para la ocasión". Además, en las pruebas estuvo acompañada por su madre, algo que le transmitía una enorme seguridad.
"En la era digital en la que vivimos es imposible no estar influenciado por las tendencias o por lo que vemos en redes, sin embargo, para un día tan especial considero que es más importante guiarte por lo que de verdad sientes y llevar algo que te guste aunque no agrade a todo el mundo que seguir tendencias" confiesa.
Eso sí, Lucía sí se sumó a una de las tendencias más punteras actualmente al optar por un diseño convertible para aportar una imagen diferente y estar más cómoda en la fiesta sin necesidad de llevar dos vestidos. "Al principio llevaba un abrigo chaleco como capa que me quite justo antes de comenzar la cena" explica.
Joyas con significado familiar
En cuanto a las tradiciones típicas de boda, como llevar algo azul, algo nuevo y algo prestado, nos dice que no cree demasiado en eso, pero sí le hizo mucha ilusión llevar una pulsera de su abuela que le hizo sentirla aún más presente en su gran día. Además de esa joya, lució unos pendientes que le regalaron sus padres al cumplir 18 años. Huyendo de las elecciones habituales de calzado nupcial, se puso unos zapatos blancos planos, un par destalonado muy cómodo y estiloso.
En cuanto al ramo, eligió un bouquet de estilo silvestre que encajaba a la perfección con la estética del vestido y la boda. En él, se combinaban tonos empolvados amarillos, rosas, verdes y azules.
Como look de belleza, apostó por la naturalidad absoluta, fiel a su esencia. Decidió recoger su melena oscura en una coleta sencilla con ligeras ondas, alrededor de la cual ató el velo a modo de lazo. Al comenzar la cena, se la deshizo y dejó el cabello suelto.
Aunque ninguno de los dos son naturales de Madrid -Lucía es de Orense y Alfonso nació en California- la capital española les unió. Se conocieron en la emblemática Plaza del 2 de mayo en septiembre de 2018, cuando Lucía se iba a casa y se encontró, de camino, a un viejo conocido al que fue a saludar y con el que estaba él. "En cuanto me vio, insistió para que me quedase con ellos a tomar algo. Me quedé y desde ese momento surgió todo" recuerda.
Cuatro años y medio después, Alfonso hizo la gran pregunta. "El 6 de noviembre de 2022 me pidió que me casase con él en unos acantilados en Langre, Cantabria. Es el sitio donde el siempre veranea con su familia" nos cuenta. "Siempre supe que me quería casar y formar una familia. Llevábamos ya tiempo juntos y dos años conviviendo y creíamos que era el momento de dar un paso más".
La fecha elegida fue el 1 de julio de 2023 en Orense, y organizaron la boda en apenas 7 meses. "Aunque hubo momentos en los que estábamos algo perdidos y agobiados, disfrutamos muchísimo todo el proceso. No contamos con wedding planner. El pazo es muy bonito, está lleno de detalles y entre nosotros y con la ayuda de nuestras madres que ambas son decoradoras, organizamos toda la boda. Nos hacía mucha ilusión organizarla nosotros y pensar ideas para hacer de ese día un día inolvidable y mágico".
La ceremonia religiosa tuvo ligar en la iglesia Santa María Nai y, posteriormente, se desplazaron al Pazo de Bentrances para terminar de celebrar un día inolvidable. "Nos quedamos con la felicidad compartida con nuestras familias y amigos. Los dos tenemos muchos amigos y familia y reunir a todos para que nos pudiesen acompañar en ese día fue algo único e increíble" recuerda Lucía.
Para finalizar, le preguntamos por consejos para parejas que se encuentren preparando su enlace actualmente, y lo tiene claro: "Que disfruten cada momento de ese día ya que se pasa muy rápido y que no se agobien y disfruten del proceso porque es una vez en la vida".
Lucía quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Finca: Pazo de Bentraces
- Catering: San Miguel Ourense
- Fotografía: Carla Otero (corazondepirata)
- Vídeo: La Cueva Weddings
- Música cóctel: Tonichi y Pacheco
- Música después de la cena: Playa Cuberris
- Dj: Gilca sound
- Declaración: Bioenflor