A la hora de elegir vestido de novia, hay mujeres se decantan por crearlo de cero en un atelier, otras prefieren hacerse con uno de colección y otras, como Ester, se decantan por modificar diseños existentes para adaptarlos completamente a su gusto. Ella no sabía qué buscaba exactamente, pero, cuando vio un vestido minimalista con escote palabra de honor y falda voluminosa de Justin Alexandre, supo que estaba hecho para ella.
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Cuando le preguntamos a Ester qué era lo fundamental para ella a la hora de elegir look de novia, lo tiene claro: "Lo más importante es que el vestido de represente a ti y cómo te sientes tú, que sepas llevarlo y te sientas cómoda con él. Considero que está bien seguir las tendencias, pero no es algo fundamental, ya que puede ser que algo no te siente bien o no sepas defenderla".
En su caso, ella no tenía nada claro qué estilo de vestido quería, simplemente partía de la base de que buscaba algo estructurado y con cortes limpios. "Pero jamás imaginé que acabaría llevando el vestido que llevé" nos confiesa.
"Me fijé en un modelo de Alberto Palatchi y estuve buscando en Barcelona tiendas que pudieran tener la firma para dar con él". Al final, no encontró el que quería, pero, cosas del destino, tuvo un flechazo con otro diseño. "En la tienda donde buscaba di con el de Justin Alexander, que fue el que finalmente me quedé".
Eso sí, aunque eligió un diseño de colección, quiso hacerle algunas transformaciones para personalizarlo totalmente a su gusto. "Cambiamos el tejido y lo modificamos aplicándole un pequeño cinturón que diferenciase todavía más el cuerpo de la falda" nos cuenta.
Siguiendo el ejemplo de numerosas royals e influencers, Ester quiso lucir otro diseño en su gran día. "Llevé un segundo look, hecho por mi amigo y diseñador Alejandro Álvarez" explica. Estaba compuesto pro dos piezas: una minifalda de cintura alta y un top con detalles de pedrería muy fina en los tirantes anchos.
Además, quiso cambiar su calzado, pasando de unas sandalias doradas de Christian Louboutin -regalo de su amigo Jorge- por otras en tono nude de la misma firma. Eso sí, para bailar hasta altas horas de madrugada se calzo unas alpargatas blancas de Castañer, un par anudado al tobillo con detalles de raso.
"Me parece importante cumplir con la tradiciones, creo que es algo bonito que debemos mantener. Yo llevé las joyas y la colonia de mi madre, el olor de mi madre y sus perfumes siempre han sido algo que me ha encantado desde pequeña. Tenía la costumbre de tumbarme en su lado de la almohada por la fragancia que había impregnada de ella" recuerda esta novia.
Volviendo a las joyas, nos explica que tienen un mensaje tras ellas: "Son unas piezas que, durante años, en la familia han pasado de madres a hijas. Mis pendientes era un broche antiguo, que alguna de las mujeres que lo heredó decidió transformar en unos pendientes. Eran de oro, brillantes y perlas. El anillo de oro, platino y brillantes".
En cuanto al ramo, estaba confeccionado a base de rosa inglesa blanca, rosa spray rosa, rosa spray blanca, cristantemo granate y astrantia rosada. Como nos cuenta, fue obra de Rocío Fernández, de La Vida es Cuca.
"En la primera persona que confié sin dudarlo ni un segundo para el tema del peinado, fue en Alfonso Espada, él se encargó de mi primer peinado, así como del segundo cuando cambié de look para el baile. Lo que este chico hace con sus manos es puro arte" relata. "El maquillaje que escogí fue a cargo de Anna García Herrada, quería algo muy natural, con un efecto glow en la piel, eyeliner marcado y labio efecto mordido". Para conseguir una piel radiante para este día, antes estuvo preparándola en el centro de estética NM Aesthetics de Nataly Marsan durante unos meses.
Tanto Alejandro como Ester son de Castelldefells, un pueblo de la costa catalana ubicado a 20 minutos de Barcelona, y se conocieron a través de un amigo en común. "Para aquel entonces, yo trabajaba en la recepción de un local. Tanto Alejandro como yo teníamos otras parejas y la verdad es que nos llevábamos muy bien. Coincidíamos en bastantes lugares de la zona y compartíamos alguna salida que otra con más amigos. Yo lo veía tan buen chico que en alguna ocasión le había llegado a decir que ojalá algún día me enamorase de algún chico como él y doy fe de que en aquel momento, no había ningún tipo de intención. Lo que fue curioso, es que al cabo de dos años, terminásemos juntos y enamorados".
Cuando decidieron casarse, llevaban cerca de 5 años de relación, y fue ahí cuando Alejandro preparó una preciosa pedida de mano en Mallorca. "Esperó hasta la última noche para llevarme a un hotel precioso en un pueblito del interior de la isla, llamado Buñola. Reservó la suite del Hotel Es Corte Vell, un hotel pequeñito de 10 habitaciones acogedoras y todo cuidado hasta el último detalle" recuerda, emocionada.
"A la hora de cenar en la zona de la piscina, acordó con el camarero que le pediría una foto y, justo en ese momento, cuando se colocaba a mi lado, se arrodilló y sacó el anillo. Yo no podía ni hablar, me emocioné muchísimo, me salió abrazarle y besarle, sobraron las palabras para saber que era un rotundo sí".
La fecha elegida fue el viernes 6 de octubre de 2023. Al dedicarme al mundo del evento, la organización fue a mi cargo, pero con la ayuda de profesionales y colaboradores con los que anteriormente siempre había contado.
Se trató de una ceremonia católica y cortita en la Iglesia de Sitges de San Bartolomé y Santa Tecla, una preciosa iglesia del siglo XVII. "Seguidamente, el convite se celebró en el Restaurante Catalina de Gavà Mar. Sin duda alguna, un lugar donde volveríamos a casarnos las veces que hiciesen falta. El espacio la comida y el servicio fue óptimo, estamos muy agradecidos a como ejecutaron su labor. Es un restaurante a pocos metros del mar, bajo un manto de pinos y envuelto de brisa marina, donde los olores a salitre y resina se mezclan, donde el sol se cuela entre las sombras de las ramas. Un paraíso con nombre propio".
Al recordar su gran día, explica que lo más especial fue, sin duda "tener a todos nuestros seres queridos con nosotros y hacer un sueño realidad contrayendo matrimonio con el que ahora será el padre del bebé que estamos esperando. Y yo, personalmente, no he parado de repetir que me niego a tener únicamente una celebración como esa. No sé cómo, pero seguro que algo especial y de más o menos esa magnitud repetiremos, quizá para el bautizo…" reflexiona.
"El consejo que les doy a futuros novios es que se centren en ellos y en lo que a ellos les hace ilusión, que disfruten cada momento e intenten relajarse. Por muy larga que sea la boda, se acaba en un abrir y cerrar de ojos. Es increíble con que rapidez pasa todo…".
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