Un vestido de novia 'champagne' para Carmen, la novia que se casó en Alicante con el velo de su madre

La diseñadora Flor Fuentes consiguió dar luz a la romántica y elegante idea que nuestra protagonista, amante de la moda, tenía en mente

13 de agosto de 2024 - 0:20 CEST13 ago 2024 - 0:20 CEST

La distancia entre Londres, Madrid y Alicante marcó el noviazgo de Carmen y Rober durante casi siete años, pero todo cambió cuando por fin ambos comenzaron a vivir en la misma ciudad y surgió la gran pregunta. Meses después, se daban el 'sí quiero' en la Basílica de Santa María de Alicante el pasado 29 de junio, "desde siempre tenía claro que me quería casar una noche de verano, pues la luz de la ciudad y del mediterráneo, al atardecer, es muy bonita en los meses de junio y julio". Una atmósfera que encajó a la perfección con su espectacular y original vestido de novia, creado por Flor Fuertes.

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Nuestra protagonista coincide con aquel pensamiento que toda novia tiene cuando se ponen manos a la obra para dar con su diseño nupcial, ¿qué es lo más importante? A lo que nos cuenta, "elegir un vestido de novia es que te identifique a ti, que se adapte al estilo que sueles llevas normalmente y no innovar demasiado. Si te lo confeccionan a medida sin haberlo visto antes, puedes sentir que estas disfraza y no haber vuelta atrás" explica, ya que ella apostó por una creación que nació a raíz de un boceto de la mano de la mencionada diseñadora.

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Un vestido inspirado en la pasarela

A Carmen le apasiona la moda y su look lo refleja a la perfección. "Siempre he tenido muy claro cómo quería que fuera mi vestido. Me gustan mucho los cortes asimétricos y las diferentes texturas, partiendo de esto, me inspiré principalmente en desfiles de moda Alta Costura, combinando un estilo más minimalista como el de Victoria Beckham (¡tenía mucha inspiración de su desfile en la Paris Fashion Week de 2022!) y de Jacquemus, con uno más romántico y veraniego como Silvia Tcherassi, Johanna Ortiz y Zimmerman" explica.

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Nos cuenta que tenía que encontrar un equilibrio entre lo que buscaba y un vestido de novia para casarse por la Iglesia, "quizás esto fue lo más complicado" confiesa. Con la ayuda de las expertas en la aguja y el hilo, se logró dar con la tecla exacta y así aparecer de la mano de su padre camino al altar enfundada en el que es uno de los diseños más bonitos y elegantes de la temporada, del que todo el mundo hablaba maravillas.

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Llevó el velo de novia de su madre

El momento de la búsqueda es el más especial de los meses previos a la boda, y en su caso tanteó varias opciones hasta dar con su hada madrina. "Acudí a cuatro diseñadoras y les conté cómo me gustaría que fuera mi vestido. A estas citas llevé el velo de mi madre, el cual utilizó cuando se casó con mi padre hace 32 años y tenía muy claro que quería llevarlo también el día de mi boda (¡y me encantaría que en un futuro si tengo una hija, también lo hiciera!)". A lo que nos sigue contando, "semanas más tarde acudí para que me mostraran los bocetos que habían realizado y finalmente me decanté por Flor Fuertes, pues combinaba a la perfección ese estilo de cortes asimétricos y románticos con el toque moderno y sofisticado que buscaba".

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"Con Flor y su equipo todo fue muy fácil" adelanta sobre cómo vivió la experiencia de trabajar mano a mano con el atelier donde dio vida al traje de sus sueños. "Una vez decidido el boceto, comenzamos con la elección de las distintas texturas. El cuerpo, más minimalista, era de seda rústica cortado a 'sangre' cubierto de una muselina de seda muy especial. Además, la utilizamos también para la manga asimétrica cortada a tijera sin hilvanar".

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Aunque el cuerpo llame la atención y no ha llevado cola porque nunca ha entrado en sus planes, la parte inferior está cargada de detalles especiales que no pasan desapercibidos. "La falda de quillas cortadas al bies y sin cola, en un principio, iba a ser toda de gasa. Si bien, cuando me probé la toilé de satén nos pareció que quedaba impresionante la falda en satén color champagne combinada con las quillas de color blanco roto en seda plisada sobresaliendo. Estas quillas también asimétricas unas salían de la cadera, otras más abajo e incluso una salía desde la rodilla" describe.

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Cambios de última hora en el taller

Como suele ocurrir, durante el procedimiento el boceto inicial va evolucionando, y en el caso de Carmen, dio lugar a un resultado único. "En un principio el vestido contaba únicamente con el cuerpo de una manga y la falda, si bien, en la última prueba decidimos que de la manga asimétrica salieran con un nudo y desde el hombro, dos tiras en seda que llegaban hasta el suelo y arrastraban, dándole el toque de sofisticación. A su vez, esa misma seda envolvía el hombro contrario a la manga".

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Tal flechazo sintió al verse por primera vez enfundada en el que sería el traje con el que llegaría al altar, que no quiso cambiarse durante la celebración. "¡No llevé segundo look! Mi vestido me gustaba mucho y me parecía muy difícil tener que elegir otro, Flor logró totalmente el look de mis sueños" asegura. Pero sí que hubo un sutil cambio de vestuario cuando se escondió el sol, "antes de abrir el baile con mi marido y, posteriormente con mi padre, las tiras de seda que salían del hombro izquierdo hasta el suelo y que, su vez envolvían el hombro derecho, estaban hilvanadas para poder cortarlas y que el vestido se quedara tal y como lo habíamos diseñado desde el principio". Además, incorporó un detalle que cambió un poco la imagen nupcial, "me puse en el pelo una flor de crochet beige, del mismo tono que el atuendo, que me hizo una amiga de la familia".

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Le preguntamos como gran amante de la moda, si considera importante seguir las tendencias para el gran día, a lo que nos responde. "No lo considero, lo principal es llevar un vestido dentro de tu estilo y que se adapte a tu cuerpo, con el que te sientas muy cómoda. En mi opinión, hoy en día, Instagram marca mucha tendencia en bodas y, en especial en looks nupciales, pero cada uno es muy distinto del otro, creo que cada vez más vemos novias muy distintas combinando toques más antiguos, con modernos, cortes y formas, tejidos, texturas. ¡Las novias empiezan a ser fieles a su estilo sin seguir tendencias!" razona.

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Apostó por el oro amarillo

Como bien nos asegura, el vestido combinaba varias texturas y no quería sobrecargarse de joyas, simplemente añadió un pequeño toque que diera un push al look pero que quedara fino. "Los pendientes de M de Paulet fueron regalo de mi hermana" explica, que completó con el solitario de compromiso, una sortija de oro con diamantes pequeñitos, que le regaló una tía abuela de Rober unos días antes de fallecer y una sortija de diamantes que le regalaron sus abuelos a su madre cuando era joven. Toda las piezas elegidas tenían un hilo en común, "excepto el solitario, eran en oro amarillo. Al llevar la falda de satén en color champagne quería que fueran en color dorado y no en oro blanco".

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En cuanto a los zapatos, Carmen se decantó por una sandalia básica en color crudo de Saint Laurent, "quería que el vestido se llevara todo el protagonismo, no quería poner el foco en mis pies. Me costó mucho encontrar una sandalia discreta, sin logos y con los 9 centímetros de tacón que quería" explica.

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Tanto para la pareja como para sus familias las tradiciones en cuanto a la ceremonia y posterior celebración eran importantes, "teníamos muy claro que queríamos hacer una boda tradicional con toques modernos, pero no saltarnos casi ninguna tradición. En lo que respecta a otras, como la de llevar algo prestado, es un día muy especial y creo que siempre te pueden prestar alguna cosita como una joya familiar (yo llevaba anillos de mi madre y un bolso blanco de mi cuñada Paula Cremades con mis pintalabios que me dejaron en mi salita de la finca), ¡pero creo que no es necesario! Si no te encaja nada de lo que te pueden dejar, no pasa nada" dice.

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Un maquillaje muy veraniego

La inspiración tras su beauty look fue muy sencilla, "es como yo me suelo pintar en verano" nos explica. "Un maquillaje fresco con toques de sol después de un día de playa. ¡El equipo de Dior Beauty se encargó de todo! Para la tez optamos por un maquillaje con mucha luz y jugoso, con ese efecto glow veraniego potenciando al máximo el pómulo con coloretes potentes en tonos rosas y anaranjados y mucho iluminador. Para los ojos fueron tonos claros, rosados y dorados".

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Al llevar un escote que dejaba a la vista los hombros y el juego de las texturas, Carmen sabía qué es lo que quería hacer con su melena rubia para encontrar el equilibrio y la elegancia. Se decantó por un moño clásico de ballet muy alto y con la raya en medio, totalmente pegado y limpio, "me lo hicieron las chicas de mi peluquería habitual, Have Estilistas".

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Un ramo largo de flores y frutas

Nos cuenta que su ramo, una auténtica fantasía, fue otro de las grandes protagonistas del enlace, que adornó con un cordón de seda azul, un escapulario de plata de la Virgen del Carmen que le regaló su suegra por Navidad. "Quería que fuera un ramo largo, que arrastrara, que sustituyera a la cola del vestido que no iba a llevar. Asimismo, quería que llevara frutas y no flores". A lo que nos sigue comentando, "la florista de Chitina lo consiguió con peras de San Juan y moras verdes sin madurar, pues no queríamos color, únicamente el verde de las hojas del ruscus y de las frutas combinado toques de flor blanca, paniculata en este caso".

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Sus camino se cruzaron hace siete años, en la calle de moda de Alicante para salir a tomar algo. "Él iba con su grupo de amigos y yo con mis amigas, estaban sentados en la mesa de al lado cuando empezaron a cantar el Padre Nuestro y nos unimos a ellos. Desde ese día comenzamos a hablar y unas semanas más tarde tuvimos la primera cita". En cuanto a anécdota, nos cuenta "el día que nos conocimos, mis amigas y yo nos retiramos prontito, únicamente habíamos salido a tomar algo, ya que teníamos que estudiar para un examen. ¡Rober se pasó la noche buscándome creyendo que iba a estar en alguna discoteca de la ciudad!".

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La gran pregunta llegó la pasada Navidad, "fue una víspera de navidad, sábado por la mañana muy tranquilo, de rutina, ir al gimnasio y salir a desayunar. Cuando volvimos a casa, tras unas palabras muy bonitas me pidió matrimonio" recuerda. "Me pilló totalmente de sorpresa, nunca me lo hubiera imaginado, creía que esperaría un par de años. Unos meses antes, le había pedido la mano a mi padre, momento que mi padre recuerda con gran cariño e incluso se emociona al pensarlo". "Él sabía que me quería casar una noche de verano, y tenía la pedida planeada, para que pudiera ser el verano del año siguiente".

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El 29 de junio dieron el paso que tanto esperaban para comenzar a formar una familia, "nos casó Don Rubén, el párroco de la Iglesia de la Playa de San Juan, a la cual asistimos todos los domingos y que se ha convertido en un gran amigo nuestro. Un sacerdote joven que entiende a todo el mundo dentro de la Iglesia. Queríamos que fuera una misa solemne, pues era el momento más importante del día y de la música, instrumental y tenor, se encargó Toccata y Fuga" relata.

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La celebración tuvo lugar en la finca Jardines de Abril, "es una finca preciosa con unos jardines exuberantes, los principales protagonistas son unos ficus centenarios que giran en torno a la casona del siglo XVIII. Queríamos que tuviera los espacios separados de manera que los invitados fueran pasando de zona a zona, sin ver la siguiente zona y así fuera sorpresa". Nos asegura que tanto le gustan las bodas, que desde que se comprometió sabía que ellos se encargarían de todo el proceso, "teníamos muy claro qué queríamos en nuestra boda y a los proveedores con los que queríamos contar, por lo que decidimos prescindir de wedding planner que nos ayudara. Contábamos con los mejores profesionales y en ningún momento estuvimos preocupados por nada. Ahora bien, tanto la semana previa como el propio día de la boda contratamos a una wedding planner y su equipo".

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La decoración

El montage de la decoración, ¡también ha sido pura inspiración! "Debajo del ficus pusimos mesas de madera todas rectangulares formando líneas largas con pequeños espacios para que pudiera pasar el personal del catering, sin mantelar, no queríamos mantel. Le dimos mucho protagonismo a la decoración de las mesas, a cargo de Michelle de Candles by Angelina. Más de 500 velas, combinadas con yedra y esparraguera que crearon ese efecto wow que buscábamos. Además, dejamos un cartelito a los invitados que ponía: 'El amor es lo único que crece cuando se reparte'".

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Este es el consejo que quieren transmitir a los futuros novios, "lo más importante sois vosotros y, nunca se puede olvidar que una boda es la celebración de vuestro amor con vuestros seres más queridos, y en nuestro caso ante Dios, y todo lo demás es secundario. Si algo no puede ser o no sale como esperabas, es secundario".

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