Claudia tenía muy claro qué era lo fundamental para ella a la hora de elegir su look nupcial: "Conseguir un vestido con el que te sientas cien por cien tú, es el día más importante de tu vida. Elegir un diseño que, cuando veas las fotos dentro de unos años digas, 'me volvería a casar una y mil veces con él'. Ser fiel a tu estilo, no es el día para arriesgar". Al final, optó por una creación de Ze García para darle el 'sí, quiero' a Dan en una original y preciosa boda celebrada en Manlleu, un pequeño municipio de Barcelona.
Esta novia tenía claro que buscaba un diseño que transmitiera elegancia, minimalismo y comodidad. "Quería que los cortes de mi vestido fueran muy puros, rectos, formas perfectas, nada de volúmenes ni diferentes texturas. Un vestido que fuera simple, pero con mucha personalidad. Tenía algunas fotos de inspiración guardadas, de novias que había visto que me gustaban… formas del escote, textura del vestido, el corte…".
El diseñador elegido para hacer realidad este sueño fue Ze García, primer y último atelier al que fue porque lo tenía claro. "La conexión con Jose fue mágica. Para mí, lo más importante es conectar con el diseñador de tu vestido y yo lo conseguí al momento, fue increíble". De hecho, ya en la primera reunión consiguió enamorarla partiendo de una hoja en blanco y un lápiz. "Diseñó un vestido con todas las notas que buscaba, diseño joven, temporal, minimalista, elegante, muy yo".
El resultado fue un vestido con escote cuadrado, de manga larga con acabado de botones y espalda descubierta en forma de rombo. "Era completamente liso y confeccionado con una tela con mucho cuerpo. Optamos por añadir una apertura en la pierna para darle un punto más joven y atrevido al vestido" nos cuenta Claudia. "Con el boceto en mano y las medidas tomadas, empezó el proceso de confección… Nunca me había hecho un vestido a medida, por lo que al principio fue un poco difícil visualizarlo acabado, pero confié en todo el equipo de Ze García desde el minuto uno y el resultado fue mágico".
"Yo cumplí con las tres tradiciones, algo prestado, algo azul y algo nuevo, aunque fue un poco sin pensarlo mucho… Algo nuevo estaba claro que lo cumplía ya con mi vestido, y algo azul lo conseguí también con unos pendientes de aguamarina. El algo prestado lo cumplí de casualidad… con las prisas me dejé mi colonia en casa… por lo que mi madre me prestó la suya y pensé… '¡toma, ya cumplo con las tres tradiciones!'. Y así fue".
"Creé mi ramo conjuntamente con el equipo de La Puta Suegra. Tenía claro que quería un ramo grande, que predominara el color rosa, con diferentes tipos de flores y mucho verde. Busqué inspiración que me gustara y Aurora, del equipo de wedding planners, en una de las pruebas del vestido trajo distintas opciones de flores al atelier, lo que me ayudó a elegir el ramo, ¡quedó precioso!".
"Tenía claro que quería llevar velo, aunque no quería que fuera el clásico velo liso o con puntillas" nos explica Claudia. Finalmente, se decantó por uno de tul con pequeños lunares que aportaba un toque diferente al vestido.
En cuanto a los zapatos, también fueron un diseño de Ze García, un par de color nude en piel de charol con puntera afilada y detalle destalonado que no pasa de moda.
Joyas regaladas por sus personas más especiales
En cuanto a las joyas, como es tradición, llevó el anillo de brillantes que le regaló su pareja la noche que le pidió matrimonio. Además, sumó otro solitario precioso que le dio el día de su pedida, un mes antes de la boda. Completó con unos pendientes colgantes de brillantes con una aguamarina, obsequio de su abuela, y una pulsera de brillantes que le regaló su madre por sorpresa la noche de la preboda.
Al preguntarle por su look de belleza, Claudia nos explica que buscaba la total naturalidad: "No soy una chica que se maquille mucho y el día de mi boda quería ir con un maquillaje muy natural, nada recargado. Para ello confié en la gran maquilladora Paca Navarro, que consiguió que mi piel brillara como nunca". Para el peinado, confió en Arelys Sanhueza. "Es una historia muy curiosa, nuestra wedding planner me recomendó a Arelys, que casualmente había sido mi peluquera hacía muchos años. Mi hizo tremenda ilusión coincidir nuevamente con ella y juntas trabajamos en un sencillo y elegante semirrecogido, añadiéndole unas horquillas muy finitas para darle un toque más bridal. Para la fiesta y con el cambio de vestido me solté el recogido".
El significado del segundo look
Tras la ceremonia y el banquete, quiso cambiarse apostando por una imagen más moderna: "Llevé un segundo vestido para la fiesta, también diseño de Ze García. Para mi segundo vestido buscaba conseguir un aire más fresco y un look más cañero, porque así iba a ser la fiesta… mucho rock and roll".
"Nos decantamos por un top de plumas asimétrico y una falda con un tejido más fluido, que permitiera un poco más de movimiento para el momento baile. Además, me gustó mucho la idea de poder aprovechar el top más allá del día de la boda" nos explica. "Mi madre y mi hermana también eligieron Ze García, ambos diseños tenían un acabado con plumas, lo que hacía que los tres diseños tuvieran una conexión especial, un guiño que nos pareció precioso y muy divertido".
El inicio de su historia de amor
Claudia y Dan se conocieron una noche de verano en una fiesta de verano en el Empordà. "Esa misma mañana, Dan, en una salida en barca con amigos por la Costa Brava, decidió manifestar un sueño y le dijo a sus amigos que estaba completamente seguro de que esa noche conocería a la mujer de su vida. Y así fue, nos presentaron, cruzamos nuestras miradas y nos enamoramos perdidamente el uno del otro" nos cuenta ella, emocionada.
Desde aquel día no se han separado, a los tres meses vivían juntos y, después de tres años de relación, el día en el que Dan cumplía 30 años, decidió hacer la gran pregunta y el resto, como se suele decir, es historia. Hoy tienen a su primera hija, Olympia, en brazos.
Para su gran día, esta pareja contó con el equipo de La Puta Suegra como wedding planners, una elección de la que no pueden estar más contentos: "Nos casaríamos una y mil veces otra vez, y una y mil veces les elegiríamos como compañeros de aventura. Una vez nos prometimos sabíamos que teníamos que intentar organizar nuestra boda con ellos. La tranquilidad de saber que todo está bajo control cuando estás organizando tu boda no tiene precio. Siempre quisimos una celebración muy cañera y salvaje, pero sin olvidarnos de que era una boda, y como tal, no podía faltar el punto romántico y delicado. Trabajamos diferentes ideas y moodboards iniciales hasta que dimos con el tipo de boda que queríamos. Y pudimos disfrutar del proceso, que es mucho decir".
La finca elegida fue la Colonia Rusiñol, una antigua colonia textil situada en Manlleu (Cataluña). "Teníamos prácticamente toda la boda organizada en un sitio que cerró indefinidamente por el Covid y La Puta Suegra nos llevó a conocer el lugar en el que realmente estábamos destinados a casarnos" nos cuenta Claudia. "La ceremonia fue una misa muy divertida al aire libre. El camino al altar era una alfombra infinita color fucsia, flanqueada por hortensias, plumeros y herbáceas preciosas, a juego con bancos, cojines y atrezzo muy boho. Como la música es muy importante para nosotros, pusimos un piano de cola blanco que dotó de una magia especial toda la ceremonia, de principio a fin".
El aperitivo se celebró en un almacén industrial, iluminado y ambientado con mucho misterio. "Decidimos ser muy cañeros con la música, y la gente lo agradeció dándolo todo desde el primer momento. ¡Tanto, que muchos invitados querían pasar directamente a la fiesta!" La cena también fue algo totalmente diferente a lo que la gente está acostumbrada a ver en las bodas: "No exageramos cuando afirmamos que literalmente entrabas a otro mundo. Se eligió acompañar con ópera la entrada a un espacio místico, lleno de bruma y con unos juegos de luces que aún hoy nos ponen la piel de gallina. Cada cambio de plato era una fiesta en sí misma, todo el mundo de pie, encima de las sillas, abrazándose, llorando, riendo…conseguimos generar una atmósfera que no sé si volveremos a vivir alguna vez en nuestra vida".
"Como la energía era inagotable, la fiesta final fue en otro espacio abuhardillado que hacía las veces de almacén, pero que conseguimos convertir en una auténtica rave. Comenzamos el baile y a mitad de canción Dan agarró la guitarra eléctrica y todo se convirtió en un éxtasis de música en directo inolvidable" concluye.
Su consejo para futuros novios
"Que se lean El Poder del Ahora antes de casarse" nos dice, convencida, Claudia como consejo para futuros novios. "El tópico de que la boda pasa muy rápido es un tópico porque es absolutamente verdad. Es muy importante prepararse mental y emocionalmente para no caer en la preocupación o en querer tenerlo todo bajo control. Todo estará bien. Y lo que no, también, ¿qué más da? Seguramente solo te des cuenta tú si algo falla. Como tip, nosotros nos apartábamos durante unos segundos de vez en cuando para mirarnos a los ojos y recordarnos que teníamos que vivir cada segundo intensamente, que teníamos que exprimir el momento porque rápidamente llegaría a su fin. Y eso nos permitió poder recordar instantes de la boda a día de hoy con una claridad cristalina".
Claudia quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Wedding planner: La Puta Suegra
- Finca: Colonia Rusiñol
- Fotografía: Joy Zamora y Celia Alma
- Catering: Jubany Events
- Peluquería: Arelys Sanhueza
- Maquillaje: Paca Navarro
- Música fiesta: Gamberrock
- Vestido de novia: Ze García
- Traje de novio: Toni Barceló