Hace diez años, Olivia Palermo y Johannes Huebl decidieron darse el 'sí, quiero' en una ceremonia íntima y algo improvisada con la intención de celebrar un enlace por todo lo alto posteriormente. Ha tenido que pasar nada menos que una década para que llegara ese ansiado momento, pero la espera ha merecido la pena. La polifacética pareja de moda ha elegido el municipio de Baden-Baden, situado en la Selva negra, al suroeste de Alemania -país natal del novio-, para esta fiesta que ha reunido a sus amigos y familiares en una velada inolvidable. En cuanto hemos conocido la inesperada y feliz noticia, la expectación por el look nupcial de Olivia, una de las figuras más reconocidas en la industria de la moda, ha sido máxima, y no ha decepcionado con sus tres estilismos de Alta Costura firmados por su gran amigo Giambattista Valli.
Para su boda hace diez años, Olivia eligió un original look que marcó un antes y un después en la moda nupcial, un tres piezas obra de otra de las grandes firmas del sector: Carolina Herrera. Estaba compuesto por un jersey de cachemir, shorts y sobrefalda de tul, y remató con unos icónicos salones de Manolo Blahnik que toda amante de la moda tiene más que fichados: los mismos zapatos de raso con taconazo fino y detalle de hebilla-joya con los que Mr. Big le propone matrimonio a Carrie Bradshaw, quien se los pone también para completar su conjunto nupcial.
Para esta espectacular nueva celebración dos lustros después, la cual podemos considerar una reboda, una celebración de las nupcias de aluminio o la fiesta de aquel primer enlace que nunca se llegó a hacer, Olivia ha recurrido a su gran amigo Giambattista Valli, uno de sus diseñadores de referencia para las grandes ocasiones. El pasado abril, la neoyorkina se desplazó hasta nuestro país para descubrir de primera mano la línea nupcial del modisto, que fue presentada en el marco de Barcelona Bridal Week. Sin embargo, no fue en esa colección en la que encontró sus vestidos nupciales, sino en la que se mostró en julio de 2023 en la Alta Costura de París, desfile en el que, por supuesto, también estuvo presente.
El primer vestido elegido para este gran día ha sido un impresionante diseño blanco de corte Bardot, manga abullonada, cuerpo entallado y maxifalda voluminosa con enagua de encaje vista. Es una pieza muy fiel a la estética hiperfemenina y el amor por los volúmenes tan característicos del creador, y agrega toques cañeros ideales para una novia atrevida, como el doble escote de pedrería o el remate negro sobre el pecho.
Posteriormente, se cambió y eligió un modelo con el mismo estilo romántico pero con toques cañeros y de tendencia, en este caso un seductor vestido blanco de encaje decorado con sutiles lentejuelas, una pieza que incorpora una abertura en el abdomen y otra frontal en la falda, además de lazadas bajo el pecho y en los tirantes. Para dar una dosis extra de teatralidad, cuenta con una impresionante capa que hace las veces de cola, confeccionada a base de capas de una gasa muy ligera que conforma volantes y aporta mucho movimiento. En cuanto al look de belleza, mantuvo la melenita suelta con efecto wet que llevaba con el primer vestido, pero, eso sí, cambió la raya del medio a un lado para aportar un toque diferente.
Para finalizar, quiso poner una nota de color a su fin de semana de celebraciones y escogió un look verde perteneciente a la misma colección que los dos anteriores. Se trata de un fabuloso diseño compuesto por un minivestido que deja las piernas al aire pero incorpora una sobrefalda voluminosa que hace las veces de cola. Posee cuerpo drapeado para potenciar la figura y está decorado con un gran volante sobre el escote palabra de honor, así como un lazo negro a la cintura.