Julia define su historia de amor con Fran como el ejemplo del poder del destino ya que, tras años en los que una amiga en común les decía que tenían que conocerse, lo hicieron ¡y ya nunca se separaron porque era cierto que estaban hechos el uno para el otro! A pesar de la lluvia, todo en su gran día salió redondo y pudieron celebrar su amor rodeados de sus seres queridos en su Granada natal. La novia eligió un vestido desmontable de Victoria y completó con joyas de lo más especiales.
Lo único que Julia tenía claro al comenzar la búsqueda de su vestido era que no quería corte princesa ni sirena, dos cortes con los que no se ve. "El resto, me probé todo tipo de vestidos, me gustaran más o menos. ¿Quién sabe? Hay que dejar lugar a las sorpresas en la vida. En mi caso, me encantaban los vestidos hippie-chic, pero la verdad es que, al verme con el vestido que finalmente llevé, no me cupo duda de que era ese. De hecho, estaba haciendo una videollamada con una amiga que me estaba ayudando a elegir modelo y, cuando me vio, lo único que dijo fue: ¡Ese, ese! Prefería que fuese un vestido sencillo porque no me gustan las cosas recargadas, pero tampoco muy simple…y básicamente me enamoré del abrigo" nos cuenta.
Una de las primeras dudas que surgen cuando te encuentras en el proceso de elección de vestido es si hacértelo a medida o comprarlo de colección. En su caso, esta novia se decantó por la segunda opción: "Barajé la posibilidad de una diseñadora, pero finalmente me decidí por un diseño ya hecho porque no quería mantener la incertidumbre del modelo hasta poco antes de la boda. Desconocía que Victoria tuviese una línea de novias, pero cuando vi el catálogo, me gustó un montón su estilo. Además, los tejidos que usa son geniales".
De esta forma, se decantó por el modelo Xivela de la firma creada por Vicky Martín Berrocal, un modelo recto en crepé con un abrigo desmontable de cola larga de bambula de seda embellecido con bordados florales. "Su efecto es muy bonito y, cuando lo quitas, el vestido es muy sencillo, pero cuenta con esas mangas que tienen el mismo bordado floral. Tiene también con un cinturón en crepé que, en teoría, sujeta el abrigo por la cintura. En mi caso, hicimos una pequeña modificación al modelo, ajustando el abrigo al vestido para poder llevarlo sin usar el cinturón y que de esta forma tuviera un efecto más fluido" nos explica.
Al incluir el citado abrigo, el diseño era convertible. "El corte de la manga del abrigo coincide justo con el inicio de la bambula de la manga del vestido, así que al quitarlo, sorprende, porque deja el recuerdo del abrigo como sello en las mangas del vestido" cuenta. Además de este cambio, en la fiesta también sustituyó sus tacones por unas alpargatas de Alhamas muy cómodas que le había regalado una amiga de su padre.
Julia no quiso hacer mucho caso a las tendencias, puesto que considera que lo importante es que tu vestido sea fiel a tu estilo. "Creo que es crucial estar a gusto con una misma y probablemente en todas las tendencias encontremos algo que sea compatible con ello, pero si no se diera el caso, priorizaría sentirme bien". En cuanto a las tradiciones, relata que lo único que le faltó fue algo prestado. "Cumplía el resto de requisitos de la tradición, pero nunca he sido una persona supersticiosa, así que no me importó. Otras tradiciones, como el baile nupcial, sí me hacía ilusión cumplirlas. ¡Al final es sentirte a gusto con lo que hagas o lleves!".
Los detalles de las joyas
Como joyas, lució su anillo de pedida, una pieza de zafiro y diamantes. "Me hacía ilusión llevarlo, y así además cumplía con una tradición que, por si acaso es real lo de la buena suerte, sumaba algún puntillo". Lo acompañó de un colgante de cruz: "Fue un regalo de mis tíos hace ya veinte años, para mi Primera Comunión. Ellos viven en Asturias y me trajeron esa preciosa cruz de la Reconquista, que aprecio mucho por el valor sentimental que tiene y siempre he llevado en momentos especiales. ¡Este no era menos importante, por supuesto!". Para rematar, se puso unos pendientes de la diseñadora española Marina García, un par dorado con hojas que encajaba a la perfección con las horquillas que coronaban su recogido.
En muchas ocasiones, los zapatos son el accesorio más complicado de elegir, porque no solo se trata de optar por uno que nos encante estéticamente y vaya bien con el resto del conjunto, sino que también hay que tener en cuenta la comodidad. A Julia, como ella misma nos confiesa, le costó mucho decantarse por unos, pero al final optó por estos en tono rosa empolvado de Pedro Mirallés adornados con delicadas plumas. "Pensé que le darían un toque divertido al vestido, y eran de un color que no llamaba mucho la atención, algo que tenía claro desde el principio. Además, he tenido varios zapatos de esa firma y sabía que iban a ser muy cómodos".
Un ramo silvestre
En cuanto al ramo, se trató de un bonito regalo de sus amigas del colegio, obra de Mónica Román Mantas, de Mónica Flores & Decoración. "Ellas me acompañaron a elegirlo. Mi idea era llevar un ramo de flores silvestres porque, a pesar de que me encantan las rosas, creo que las flores en medio de un campo son una representación visual de la poesía. El ramo estaba compuesto por astrantias, astilbe, peonías rosa palo, flor de cera y eucalipto y olivo para darle un toque de verde. Quedó muy bonito y me sorprendió mucho cuando lo vi. Mis amigas me regalaron una medalla dorada con las iniciales de Fran y las mías, además de la fecha de la boda".
El maquillaje y peinado
Aunque muchas veces las novias tienen incluso más claro el look de belleza que el propio vestido, no era el caso de Julia: "Sinceramente, no tenía ni idea de cómo iba a ir peinada y maquillada hasta una semana antes de la boda, que fue cuando pude ir a hacer la prueba. Confiaba plenamente en Emilio Carrillo y Yolanda, ya que es la peluquería a la que voy y son geniales. Así que les enseñé el vestido y dejé que ellos hicieran su trabajo, con un resultado que me encantó" nos cuenta. Al final, llevó un recogido con ondas decorado con cuatro horquillas en la zona posterior hechas a mano por Julieta & Co. para ella. En el maquillaje, sorprendió con una elección poco habitual en novias, el labio rojo, algo que, sin embargo, define a Julia y le hizo sentir muy fiel a su estilo.
El inicio de su historia
Julia define su historia de amor con Fran como un ejemplo del poder del destino. "Fran era amigo de una de mis mejores amigas del colegio, Ana. Ellos se conocieron en la Universidad y mi amiga estuvo tres años intentando presentármelo. A esta tarea de celestina también se sumó otra de mis amigas, que había conocido a Fran y coincidía en que estábamos hechos el uno para el otro, pero yo vivía fuera y no mostré mucho interés. Un año, Ana celebró su cumpleaños y dio la coincidencia de que yo estaba en Granada, así que ahí pude conocer al famoso Fran. Los dos sabíamos perfectamente que ese momento era ansiado por unas cuantas personas. Volvimos a coincidir durante ese verano un par de veces más y la verdad es que, o bien por sugestión o bien por el destino, supimos que teníamos que darle una oportunidad a esa teoría de mis amigas y decidimos quedar a solas. Nos fuimos conociendo y aquí estamos" recuerda, feliz.
Después de tres años y medio de relación -y una pandemia de por medio-, Fran hizo por fin la gran pregunta. "Los dos sabíamos que casarse era un proyecto común, pero yo no sabía cuándo. Fue sorpresa. ¡De repente una noche salí a cenar y volví con un anillo a casa!". "De pequeña por supuesto que pensaba en que algún día me casaría, quizás con un príncipe y esas historias tan bonitas que pasaban en las películas. Cuando fui creciendo, esa idea desapareció y conocí a Fran en un momento de mi vida en el que jamás hubiera pensado que acabaría en un altar" confiesa esta novia.
El broche de oro
Finalmente, se casaron el pasado 27 de abril de 2024 en una preciosa boda primaveral que organizaron ellos mismos. "No teníamos wedding planner como tal, pero tampoco nos hizo falta porque el Cortijo de Enmedio nos proporcionó contacto directo con la que sería la organizadora de nuestra boda, que nos iba orientando sobre las cosas que debíamos elegir. Estuvo coordinando la celebración en todo momento y nosotros nos despreocupamos en ese sentido. Ellos se encargaban de la decoración, la música, el catering, los meseros y las minutas. La imprenta que trabaja con ellos también fue la que imprimió nuestras invitaciones de boda, así que fue todo muy bien".
Eligieron, como no podía ser de otra manera, Granada, ciudad de donde son ambos, para su gran día. Se dieron el 'sí, quiero' en la iglesia de Santa Cruz la Real (más conocida como iglesia de Santo Domingo), un templo muy bonito situado en el barrio del Realejo de Granada. Posteriormente, se desplazaron junto a sus seres queridos hasta el Cortijo de En medio para celebrar el banquete y posterior fiesta.
Aunque llovió a cántaros, tal y como estaba previsto, a Julia le dio igual. "La verdad es que apenas las miraba porque realmente me daba igual que lloviera o no…la boda se iba a celebrar igualmente". Eso sí, a la hora de salir hacia la iglesia, las carreteras estaban más colapsadas y a algunos invitados les resultó complicado coger taxis, lo que provocó que el novio tuviera que esperar unos minutos en el altar.
Al preguntarle a Julia qué fue lo más especial de su gran día, nos confiesa que le resulta muy difícil elegir un momento, pero quizás destaca el instante en el que, al entrar a la iglesia, vio a Fran al fondo "porque ya no veía a nadie más que a él. Es una imagen que recuerdo con mucha nitidez. La ceremonia en sí fue muy importante para mí". "También el poder compartir ese momento con la gente a la que quieres y recibir ese cariño de forma recíproca. Fue un día muy feliz" añade.
Además, quiere aconsejar a futuras parejas que disfruten al máximo ese día. "Que bailen, que rían, que abracen. Que celebren ese nuevo inicio disfrutando el momento con sus seres queridos, sin prestar atención a otras cosas, creo, menos importantes".
Julia quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Fotografía: Isabel Molina
- Vídeo: Tcvideobodas
- Peluquería y maquillaje: Emilio Carrillo Wave
- Floristería iglesia: Flores Mari
- Ramo de novia: Mónica Román Mantas
- Tocado: Julieta & Co
- Celebración: Cortijo de En medio con Alameda Catering (@alameda_catering)
- Sonorización: José Antonio
- Imprenta: Eloy Sánchez
- Música: Música a la carta, Los Bigardos
- Vestido: Chantú Novias, Victoria
- Zapatos: Pedro Miralles, Alhamas