Hay historias que están predestinadas a ser, y a pesar de vivir a escasos metros en el mismo pueblo de Badajoz y poder haber coincidido en cualquier instante e incluso fiesta veraniega, esta pareja no se conoció hasta la adolescencia, momento en el que saltó la chispa. Gema y Borja, tras doce años de relación (¡y muchos de ellos a distancia!) celebraron el gran día de su boda el pasado otoño rodeados de su familia en una ceremonia íntima y cargada de emoción en la que los pequeños detalles cobraron gran importancia. Con un precioso vestido de novia diseñado especialmente para ella por la sevillana Paloma Cerezal, nuestra protagonista cumplió uno de los sueños de la infancia casándose con el amor de su vida.
Hay quienes nunca se han imaginado vestidas de novia, pero en el caso de Gema fue muy diferente, "siempre había tenido la idea de elegir algo clásico y que cuando viera fotos dentro de 20 o 30 años siguiera gustándome" nos cuenta. El 4 de noviembre de 2023 esta extremeña licenciada en Farmacia caminó hacia el altar de la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles de su pueblo, Los Santos de Maimona, para prometer amor eterno a Borja ante los ojos de los familiares e invitados con quien ha compartido más de una década de noviazgo.
Le preguntamos si tenía en mente cómo sería el diseño blanco ideal, aquel con el que siempre había soñado, y nos cuenta que fue uno de lo momentos más divertidos de la preparación de la boda, su búsqueda fue sencilla, ¡y muy rápida! "Llegado el momento lo tuve bastante claro ¡y eso que tenía una carpeta con fotos de novias con estilos muy diferentes! Tengo que decir que todos me encantaban, pero a la hora de imaginarme a mí, ese día, lo tuve muy claro" explica sobre lo importancia que es dejarse inspirar por las tendencias pero saber qué es lo que realmente encaja con una misma.
Una novia clásica
¿Dónde se encuentra la inspiración? En el caso de nuestra protagonista nos cuenta que las redes sociales fueron la clave para dar con lo que ella quería. "Fui cogiendo ideas de diferentes trajes nupcial que había ido guardando, Instagram me ayudó muchísimo a la hora de encontrar inspiración. Junté eso con mi idea de algo clásico y atemporal, ¡y así surgió!" recuerda emocionada sobre las primeras visitas al atelier.
La sencillez y el 'menos es más' caracteriza muy bien la pieza que llevó para el gran día. ¿Quién lo creó desde cero? La diseñadora sevillana Paloma Cerezal, "me gustó su cercanía, enseguida captó mi idea y plasmó en el boceto exactamente lo que quería. Además, me sugirió algunos detalles que hicieron que mi vestido me encantara aún más" dice. Y he aquí un ejemplo más de la importancia de dar con el hada madrina experto en la aguja y el pincel que hará realidad aquello que lleva tiempo rondando por tu cabeza, y no solo para ello, sino para poder incorporar pinceladas que lo hacen aún más especial.
La aventura de ir de firma en firma en búsqueda de quien daría vida a su look fue muy fácil para Gemma, al igual que la creación del mismo. "El proceso fue bastante sencillo. Después de visitar algunos diseñadores, fui al atelier de Paloma y tras reunirnos y explicarle la idea que tenía, hizo un boceto que era exactamente lo que había imaginado. Ese mismo día estuvimos mirando opciones de tejidos, ella siempre me estuvo aconsejando con mucha sinceridad, y después de eso, hizo su magia".
Lo más importante para nuestra protagonista a la hora de decantarse por un diseño u otro era "sentirme cómoda con él, que fuera 100% fiel a mi estilo y que me pudiera sentir segura ese día y no tener la sensación de ir disfrazada o con algo que no estuviera del todo convencida". Un aspecto esencial que muchas novias olvidan y se dejan influenciar por las modas virales del momento que en tan solo un pestañeo se quedan en el pasado.
Un look convertible
Según nos cuenta, siguiendo la misma línea de sencillez y atemporalidad, aunque en sus planes sí encajó llevar un segundo look en la fiesta, prefirió dejar el protagonismo total al que crearon inicialmente. "Estuve dudando mucho sobre si llevar un segundo look o no. Al final decidí no llevarlo porque no quería perderme ni un segundo del día y no quería ir a cambiarme. El problema era que quería dos totalmente diferentes: uno de princesa para la ceremonia, con velo y cola larga, y para el momento fiesta algo que fuera muy cómodo, y a la vez darle un toque más atrevido. Por eso decidimos hacer una sobrefalda con cola de tres metros, que fuera fácil de quitar y que debajo me permitiera llevar un vestido recto con una abertura en la parte trasera y una botonadura que ocupaba desde el escote trasero hasta los pies, además de un drapeado en la parte trasera a la altura de la cintura, que hizo que consiguiera el efecto dos piezas en uno" describe.
El truco para dar con ese aspecto diferente que tan ansieba ya en el banquete, fue el genial cambio de complementos, una elección que promete inspirar a las futuras novias. "Para separar más aún los dos looks, llevé un tocado de Charo Agruña, formado por dos flores blancas grandes de organza colocadas en los laterales del recogido, que para mí fue el complemento perfecto".
Un regalo muy en tendencia
En cuanto a joyas la sencillez volvió a caracterizarla, porque tan solo lució unos pendientes eran desmontables compuestos de brillantes y una perla australiana, una de las tendencias estrella que llegan pisando fuerte entre las novias clásicas. "Fueron un regalo de sus abuelos para ese día, querían que tuviera ese recuerdo de ellos para siempre y creo que es el regalo que más ilusión me hace".
Nos cuenta que es muy fan de cumplir con las tradiciones, y fue imprescindible para completar su traje nupcial. Para el 'algo viejo y prestado', tuvo la gran suerte de lucir una joya maravillosa que pertenece a la colección personal de su abuela "me prestó un anillo con un rosetón de brillantes, y lo llevaba a conjunto del anillo de pedida con diamantes y una esmeralda, de la casa Suárez" explica. Además nos confiesa que el 'algo azul' estaba escondido en el interior de su vestido con un pequeño lazo.
A pesar de que desde el primer instante sí sabía cómo se veía vestida de novia, en términos de belleza nunca lo había tenido en cuenta. "El peinado no lo tenía nada claro, pero sí sabía que ese día iba a ponerme en manos de mi hermana Estrella que es peluquera y confiaba totalmente en ella para un día tan importante" relata sobre cómo es sentirte en manos conocidas en las que confiar ciegamente. Y al llevar un largo velo de tul, se decantaron poir un recogido con moño de bailarina muy pulido y bajito. En cuanto la maquillaje Gema eligió uno muy natural porque "normalmente no suelo ir muy maquillada" comenta.
Otra de las tendencias más vistosas que fichamos en la historia de esta novia reside en su ramo compuesto únicamente de una flor en un color atrevido. "Mi ramo era solo de claveles burdeos, con una cinta de terciopelo burdeos y llevaba dos medallitas, la Virgen de la Estrella (patrona de nuestro pueblo) y otra en la que ponía 'Un trocito de cielo me acompaña hoy', que fue un regalo de mi hermana, por nuestro padre".
La historia de amor
Como si fuera una historia de amor de antaño, así es el guió de Gema y Borja que tras más de 12 años de relación y muchos de ellos a distancia (ella viviendo en Sevilla y él en Extremadura) por fin dieron el paso de casarse. "¡Nos conocimos hace mucho! Aunque somos del mismo pueblo y vivimos casi casi en la misma calle, no nos encontramos hasta que no estuvimos en el instituto, porque tenemos amigos en común. Un verano, cuando ya estábamos estudiando en la facultad, celebramos una fiesta de despedida del verano y ese día surgió la magia" recuerda sobre cómo comenzó este idilio. Y nos continúa relatando cómo nació la idea de prometerse "Hace varios años que intentamos hacer un viaje en el puente de diciembre porque coleccionamos bolas para el árbol de Navidad de los lugares a los que vamos en esa fecha. En 2022 nos fuimos a Viena, y después de un concierto de música clásica, ¡me lo pidió! Reconozco que llevaba un tiempo esperándolo, pero justo en ese momento fue toda una sorpresa".
Entre las anécdotas más bonitas de su boda que celebraron en la finca Salones Tele situado en la sierra, y además de la lluvia que les cayó, nos cuenta que la elección de la música fue la más íntima y especial. "Elegimos un dúo de violín y piano, seleccionamos canciones que significan mucho para nosotros. Entré en la iglesia con I will always love you de Whitney Houston, porque tiene historia. Era una de las canciones favoritas de mi padre, y recuerdo perfectamente como un día de verano de 2012 él estaba escuchando música con los cascos y cuando le pregunté qué escuchaba, me pasó un casco y escuchamos juntos esa canción. En octubre de ese año falleció. Cuando me imaginaba desde que era pequeña el día de mi boda, era entrando en la iglesia con mi padre, supongo que como la gran mayoría. En mi caso eso no fue posible, y aunque mi acompañante fue mi hermano (creo que este fue otro de los momentos más especiales de ese día para mí), de alguna manera, al entrar con esa melodía, mi padre también me acompañaba".
Gemma quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Vestido: Paloma Cerezal
- Tocado: Charo Agruña
- Zapatos: Aquazzura y Castañer
- Joyas: Joyería Román
- Peluquería: Estrella Castilla
- Maquillaje: Mc Peluqueria
- Traje novio: Azabache
- Fotografía: Boda y arte
- Video: Diego Muñoz
- Música en la iglesia: Apiacere extremadura
- Música en directo: Grupo ajetreo
- Dj: Taka animación
- Fotomatón: Grand Experian Eventos
- Catering: Salones Tele
- Papelería: Patricia Ramirez