Laura y Kyle se conocieron en Edimburgo, mientras estudiaban en la universidad: “Él es muy alto, 1,95 m, y una noche, en una fiesta, no encontraba a mis amigos por ningún lado y de repente vi la cabeza de Kyle que sobresalía entre la multitud. ¡¡¡Fui ahí para bailar y charlar con él, y lo demás es historia!!!”, nos cuenta Laura. Se casaron en una preciosa boda en Cap sa Sal, Begur; los novios querían una boda junto al mar y el lugar les permitía disfrutar junto a sus familiares y amigos el fin de semana entero, ya que la mayoría venían de fuera –Laura es asturiana y Kyle, escocés–. “Durante la ceremonia, sorprendí a mi marido con un dúo de gaitero y tamborero (que eran gallegos, pero vinieron con traje escocés) para que tocaran mientras llegaban los invitados y durante la entrada del novio. Las gaitas son parte de nuestras culturas (escocesa y asturiana) y quería que fueran parte de nuestro día”. El resultado fueron unos días cargados de emoción, simbolismo y mucho amor.