Cayetana ha vivido tres años en París, pero, durante una visita a Madrid, el destino quiso que Adrián se cruzara en su camino: “Me lo pidió, o mejor dicho, ‘me dio anillo’, como dicen en México –Adrián es mexicano– en una de nuestras visitas a París. Estábamos descansando en la explanada de los Inválidos, uno de mis lugares favoritos de la ciudad”. Adrián se declaró con una joya familiar, unos pendientes de su madre, y esperó a la pedida para regalar a Cayetana su anillo soñado, un cinquillo de oro blanco y diamantes. La boda de Adrián y Cayetana se celebró en Madrid, en la parroquia del Perpetuo Socorro, iglesia a la que están muy unidos, y allí familiares y amigos fueron testigos de un “sí” para siempre.
“Llevaba un broche de mi bisabuela materna, que luego heredó mi abuela y luego mi madre. Con mi abuela tenía un trato superespecial y era una forma de llevarla conmigo”.
Cayetana llevaba un vestido de Fátima González Atelier: “Conectamos muchísimo desde el principio. Fue todo fácil, bonito y lo pasamos genial en cada prueba. ¡La recomendaría mil veces!”.
La boda de Adrián y Cayetana se celebró en Madrid, en la parroquia del Perpetuo Socorro, iglesia a la que están muy unidos, y allí familiares y amigos fueron testigos de un “sí” para siempre.