Teresa tenía claro que, para su boda con Alfonso, quería un vestido de novia con el que estuviera cómoda, se sintiera ella misma y se pudiera transformar a lo largo del día para dar la sensación de llevar dos looks diferentes. Para conseguirlo confió en Iñunez, una de las firmas nupciales más buscadas en nuestro país, y el resultado fue un precioso, romántico y delicado diseño que nos ha enamorado por completo.
La pareja se dio el 'sí, quiero' el pasado 13 de marzo en la iglesia de Santa María de Caná (Pozuelo de Alarcón, Madrid), tras lo que se desplazaron hasta la finca Los Cuadros para celebrar su amor rodeados de amigos y familiares.
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Teresa tenía muy claro cual era el gran objetivo de su vestido de novia: quería ser ella misma, que fuera de su estilo y que estuviera cómoda. Para hacer sus sueños realidad, se decantó por Inuñez, la firma de Isabel Nuñez, una de las firmas nupciales de referencia en nuestro país. "La seguía desde hace tiempo y la verdad es que, desde que me prometí, sabía que iba a ser ella. Me aconsejaron ver a varios diseñadoras. Para quitarme las dudas fui a ver a otra, pero tenía grabado en la cabeza la primera visita con Isabel y cómo supo encajar todo lo que quería". Al final, no hubo duda, lo suyo había sido un auténtico flechazo con la diseñadora.
Como primer paso, le enseñó a Isabel unas fotos inspiracionales. "De ahí que mi vestido tenga un efecto pareo con abertura. Isabel me dio el impulso por arriesgarme más, como que el vestido fuera de tiro bajo, la mezcla de distintos tipos de tejidos, el escote asimétrico… Sabe, con tus ideas, sacar el máximo partido y añadir nuevas".
Al recordar el proceso creativo de su vestido, Teresa lo recuerda con gran cariño. "Fue genial, de hecho, cambiamos varias veces algunas partes del vestido por mis dudas e íbamos justos de tiempo, pero a Isabel eso le daba igual, quería que estuviese contenta y todos los cambios eran bienvenidos. Cambiamos a última hora el tiro poniéndolo más bajo aún, los tejidos del vestido y las mangas. Recuerdo que nos quedaba poco tiempo y decidimos modificar absolutamente todas las telas del vestido a un blanco más roto con seda rústica y muselina de lana".
Joyas muy especiales
Como muchas otras novias, Teresa quiso lucir en su gran día joyas con significado, recurriendo a preciosas piezas familiares. "En la Iglesia, llevé unos pendientes de mi madre" nos cuenta. Además, coronó su peinado con la tiara de su abuela que usaron tanto ella como la madre de Teresa para casarse, pero le dio un toque más moderno: "Yo me la puse detrás y al revés en lugar de delante a modo clásico".
Tras la ceremonia, con la transformación de su vestido quiso también cambiar de pendientes, optando por unos más grandes que acaparaban todas las miradas: "Los segundos pendientes me los regalaron desde Coolook (trabajé con ellas un tiempo). Son pendientes intercambiables de madreperla blanca y me hicieron el diseño únicamente para mí, me encantan porque son unos pendientes que puedo añadir más piezas y combinarlo de distinta forma para poder llevarlos más veces".
Un ramo silvestre
Teresa tenía claro que quería un ramo muy silvestre, estilo que encaja a la perfección con la estética del vestido. "Estuve pensando en llevarlo todo de color verde pero al final quería un ramo donde predominara el verde con un toque de color con el cardo en color azul y alguna flor blanca. El ramo tiene flores a distintas alturas, me gustaba que fuese desigual" explica.
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En cuanto al proceso de elección de maquillaje y peluquería, lo primero que dejó reservado fue la maquilladora, Bibi Redondo, quien realizó el look con productos de Bobbi Brown. "Mi hemana (@quinoaplanet) es embajadora de la marca y siempre me la ha recomendado. Hice una prueba con Bibi y me encantó" nos cuenta.
El peinado fue obra de Raúl Cora, a quien no conocía hasta unos meses antes de su enlace. "Me lo recomendó Bibi, hice varias pruebas y me encantó, me peinó también en mi pedida". Eso sí, hubo un cambio de opinión con respecto al peinado que tenía en mente en un principio: "Iba a llevar moño, pero cuando vi el traje terminado, me sugería semirecogido y me veía mucho más favorecida. Raúl me hizo el semirecogido sin prueba el mismo día de la boda y fue mejor imposible".
Aunque hace unos años triunfaba entre las novias la tendencia de llevar dos (o más) vestidos en su gran día, cada vez son más las que prefieren lucir un único diseño que se transforme a lo largo del día, y eso fue lo que hizo Teresa. "Era convertible, me encantaba la idea de que pareciese otro vestido. Desde el primer momento le comenté que me encantaría que hubiese alguna parte del vestido que se quitase. En este caso, fue la blusa, y me cambié los pendientes" nos cuenta.
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El inicio de su historia de amor
Teresa y Alfonso se conocieron en la universidad, él se cambió de carrera y el destino quiso que coincidieran en clase. "Al principio no nos hablábamos mucho pero ¡alguna mirada había! Empezamos nuestra historia desde la boda de mi hermana, que invité a unos amigos de la universidad y el vino". Teresa nos confiesa que tuvieron muchas idas y venidas porque a ella le asaltaban las dudas, pero hace tres años y medio se dio cuenta de que era el hombre de su vida. "Lo que llevaba buscando durante mucho tiempo lo he tenía delante todo el tiempo y no me había dado cuenta. Comenzamos a salir y ya nunca más nos hemos separado, somos muy parecidos y eso me encanta" explica.
Después de dos años y medio de relación, llegó la gran pregunta. "Me lo pidió en Cabo de Palos, solía veranear ahí con mi familia, mis primos y mis abuelos de pequeña, tengo muy buenos recuerdos, ahora mismo estamos más desperdigados y ya nadie va. Alfonso me dijo que quería conocer la zona y nos fuimos de viaje de finde exprés, le enseñé donde veraneaba de pequeña, las calas a donde iba, el puerto y el faro. Me lo pidió en el faro de Cabo de Palos, del cual tengo muy buenos recuerdos ya que en las noches de verano solía ver el faro con mi padre desde la terraza" cuenta, emocionada, reconociendo que le pareció muy especial que su chico quisiera que aquel lugar tan especial para ella se convierta también en un recuerdo de ambos.
Contaron con la wedding planner Ana Cano para que todo saliese perfecto en su gran día. "La verdad que da mucha tranquilidad, están muy pendientes y sientes que tienen todo controlado. Tuvieron la genial idea de meter en bolsitas todas las flores y dárselas a los invitados para que no tirasen las flores de la boda y se llevaran un recuerdo".
El día elegido fue el 23 de marzo de 2024 en Santa María de Caná (Pozuelo de Alarcón, Madrid). "Tengo muy buen recuerdo de esa Iglesia ya que solía llevar a mi abuelo a misa, también fue donde se casó mi hermana" nos cuenta la novia. "El coro era Laraland, del que forman parte mis primas, que cantan como ángeles y me hacía especial ilusión que lo hicieran en mi boda". La ropa de los pajecitos, que fueron sus sobrinos, eran obra de su madre, diseñadora de la marca de niños Coconut.
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La celebración posterior tuvo lugar en la Finca Los Cuadros, de la cual les enamoró su jardín. "Tuvimos la suerte que hizo un día de primavera increíble. En el cóctel pusimos un saxofonista que hizo mucho ambiente, también contamos con un grupo de música que vino desde Bilbao para tocar. La gente mayor estaba encantada porque muchas de las canciones eran más de su época. Pusimos un puesto de anchoas, quesos, cervezas y mojitos" explica.
Como meseros, utilizaron fotos que realiza su suegro (@ignacio_medem) a la naturaleza, por lo que tenían un significado muy bonito. Los menús de la boda los hizo la propia novia: "es algo que me entretiene y me apetecía hacer" señala. En cuanto al coche que utilizaron para llegar a la finca, se trataba de un espectacular Rolls Royce de su tío, que colecciona coches antiguos y se lo prestó.
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En un día tan repleto de emociones y felicidad, resulta complicado elegir un solo momento, pero Teresa y Alfonso lo tienen claro, los dos coinciden que lo más destacado fue la entrada a la iglesia. "Creo que es una mezcla de sensaciones entre nerviosismo, entusiasmo y felicidad... Para Alfonso, su momento favorito fue mi entrada a la Iglesia, el coro cantó la canción de Now we are free, de Gladiator".
Al preguntarle por su consejo para futuros novios, lo tienen claro y coinciden con la mayoría de parejas que acaban de pasar por el altar: "Que disfruten al máximo el día, porque pasa en un abrir y cerrar de ojos, y que hay que centrarse en las cosas importantes que luego hay muchos detalles que no importan".
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Teresa quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Traje novia: Inuñez
- Pendientes: Joyería Coolook
- Zapatos novia: Flor de Asoka
- Maquillaje y peluquería: Bibi Redondo y Raúl Cora
- Traje y zapatos Alfonso: Bon Vivant
- Ropa de los pajes: Coconut
- Anillos: Saukoko
- Wedding Planner: Ana Cano Eventos
- Flores: Barbarea Flores
- Vídeo: The Bright Side Weddings