La aristocracia británica está hoy de celebración. Hugh Grosvenor, duque de Westminster y ahijado del rey Carlos III, pasa por el altar junto a Olivia Henson para poner el broche de oro a su historia de amor. La ceremonia, que ha reunido a más de 400 personas, tiene lugar en la catedral de Chester, en el condado de Cheshire, al noroeste de Inglaterra. Con la puntualidad que se preveía, la novia llegaba al templo en un Bentley vintage junto al padrino, y pocos segundos después descubríamos el secreto mejor guardado de toda boda: su vestido.
Como era de esperar, Olivia ha apostado por un look nupcial elegante, romántico y atemporal, muy apropiado para el tipo de celebración. Se trata de una obra de la diseñadora británica Emma Victoria Payne, quien lleva desde 2010 creando exquisitos y personalizados diseños nupciales para las mujeres más elegantes y atemporales. Como explican desde la propia firma, su objetivo es que la novia se sienta acompañada y parte del proceso desde los primeros bocetos hasta el resultado final.
Los detalles del vestido
Olivia ha llevado un precioso vestido confeccionado en satén crepé de seda color marfil y organza de seda en el mismo tono, un diseño con escote de borde festoneado, cintura plisada, manga larga fruncida, puños anchos de organza de seda bordados y falda cortada al bies. En la espalda presenta cintura caída, elegante abertura y adornos bordados con bordes festoneados que se cierran con presillas rouleau. Siguiendo la tendencia más buscada por las novias hoy en día, se trata de una creación transformable, un tipo de modelo conocido también como '2 en 1', ya que cuenta con una cola desmontable y panelada de 2 metros que se puede quitar para mayor comodidad, algo que, seguro, hará para poder bailar y disfrutar de la fiesta hasta altas horas.
Un velo con mensaje
La novia ha querido completar su look con uno de los accesorios nupciales más tradicionales y distintivos, el velo. Se trata de una pieza creada por la misma diseñadora británica, con silueta en forma de cascada y adornado con un intrincado bordado personalizado y a medida. Tanto el velo como el vestido están embellecidos con detalles bordados a mano de motivos florales y botánicos creados a partir de unos dibujos que realizó la propia diseñadora incorporando motivos del velo de la tatarabuela de Olivia, que data de la década de 1880. Emma Victoria Payne reinterpretó estos bordados para unir la herencia familiar con otros detalles muy especiales para la novia, como las formas ovaladas que evocan el engaste de su anillo de compromiso, así como las iniciales personalizadas y la fecha de la boda que se encuentran bordadas en el velo.
Su elección de tiara
Una de las grandes incógnitas en toda boda real o aristocrática es siempre si la novia optará por culminar su look más especial con una tiara. En este caso, la respuesta es afirmativa. Olivia ha elegido la conocida como Fabergé Mytrle Leaf, creada en 1906 con el objetivo de que las novias de Grosvenor la usen el día de su boda. Para cederle el protagonismo, ha recogido su melena en un pulido y elegante moño bajo con raya al lado, el cual nos ha permitido apreciar a la perfección también los pendientes, unas joyas colgantes de perlas.
En cuanto al ramo, ha seguido la tradición de otras novias como Kate Middleton o Meghan Markle llevando un bouquet de flores recogidas en unos jardines cercanos apenas unas horas antes del enlace. En su caso, ha elegido uno que combina hierba de pradera, margaritas ojo de buey, iris, rosas, clemátides, naranjas, escabiosas, guisantes de olor, astrantias y 'amor en la niebla'.
Zapatos de firma española
Siguiendo la tradición de llevar 'algo azul', ha sorprendido con unos originales zapatos de terciopelo en este color, un par de puntera afilada, lazada en el empeine y tacón ancho que han captado nuestras miradas a la entrada a la iglesia. Se trataban del modelo Valentina 8 riviera (395 euros), de la firma española Silvia Lago.