La boda de Estefanía y Jose fue el claro ejemplo de que el tiempo no es un impedimento. “Organicé la boda yo misma en apenas dos meses. Y diría que me sobró tiempo. Es cierto que queríamos algo sencillo y pequeño, fuimos unos 65, pero teníamos claro que no íbamos a volvernos locos con una superproducción”. Su día soñado amaneció soleado en su pueblo en Asturias: “Yo quería celebrar la ceremonia y aperitivo en el Bosque Jardín Fonte Baxa, un lugar increíble en el que no me explico cómo, pero aún no se ha celebrado ninguna boda… Aunque a pesar de que ese día hizo un tiempo increíble, de ‘veroño’ total, los previos había estado lloviendo mucho y los jardines estaban encharcados, así que tuvimos que hacerlo todo en el casino”, nos cuenta Estefanía, radiante en su gran día. Y es que no hubo contratiempo que borrara su sonrisa.