La historia de Ana y Javi es la demostración de que, a veces, el destino tiene planes para nosotros que no podemos imaginar. Ellos se conocieron una noche de fin de año y tuvieron un auténtico flechazo, pero las circunstancias no eran las adecuadas y no llegó a pasar nada entre ellos. Sin embargo, años más tarde coincidieron en varias ocasiones y surgió lo inevitable.
Seis años después del inicio de su romance, se dieron el 'sí, quiero' en una preciosa ceremonia celebrada en Barcelona, y la novia llevó para su gran día un sencillo pero especial vestido de The Muse Collective que transformó a lo largo de la noche.
Cuando le preguntamos a Ana qué es, para ella, lo más importante a la hora de elegir vestido de novia, tiene claro lo que fue decisivo para ella: "El feeling con el atelier. Sentirme yo misma, cómoda con la diseñadora y la calidad de las telas es algo muy importante a la hora de escoger el vestido de novia" cuenta. Esta confianza ciega es especialmente necesaria cuando, como en su caso, no tenía nada definido el punto de partida y no sabía exactamente qué era lo que buscaba.
"No lo tenía nada claro. Me dejé llevar. El hecho de ir a una atelier multimarca me ayudó mucho ya que, me pude probar distintos estilos y de ahí hacer un mix y encontrar el diseño idóneo para mi. Lo único que sí tenía claro, era que quería llevar un vestido cómodo y que me sintiese yo misma" nos cuenta. Al final, dejó el diseño del vestido más importante de su vida en manos de The Muse Collective. "Escogí la firma porque ya en la primera visita tuve un feeling especial con Laura, que fue quien me atendió y luego, con todo el equipo. Siempre he escuchado decir que has de sentir un flechazo con el vestido de novia. En mi caso, el feeling no fue tanto con el vestido, sino más bien con las personas que me atendieron que me hicieron confiar en que con ellas encontraríamos el diseño perfecto para mí y que me harían disfrutar de todo el proceso".
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Sencillez, delicadeza, elegancia y feminidad se unieron en el vestido de novia de esta catalana. Estaba compuesto por una base muy minimalista, de tirantes y silueta recta con mucha caída sobre el que lucía un cuerpo de discreto escote Bardot y manga larga ligeramente abullonada confeccionado en un tejido precioso texturizado que incorporaba un estratégico drapeado a la cintura para realzar la figura.
Para Ana, el proceso de creación de su look fue mucho más que el hecho de diseñar un vestido, más bien fue un ritual que realizaba en compañía de algunas de las personas más importantes de su vida. "Soy de Barcelona pero vivo en Madrid" nos cuenta. "El proceso empezó un finde que me vinieron a visitar mi madre, hermana y mi suegra. Fuimos a varios sitios y me gustaron un par de ellos pero, mi suegra me recomendó The Muse Collective. La primera cita con The Muse fue muy divertida ya que, me acompañaron mi madre, mi hermana, mi suegra y la hermana de Javi". Ana, por lo tanto, decidió ignorar las recomendaciones habituales de diseñadores de llevar al menor número de acompañantes posible, pero fue una gran idea."Durante el proceso, siempre me ha acompañado mi madre y alguna vez, también me ha acompañado alguna prima. Mi madre me decía que era mejor no involucrar a muchas personas pero la verdad, es que compartirlo con mis primas fue muy divertido e hizo ese proceso aún más especial. Después de la cita, teníamos la rutina de ir a comer japo. Ahora seguiremos la tradición pero sin la excusa de la prueba del vestido" relata.
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En cuanto a si considera que las tradiciones típicas de las bodas son importantes, nos confiesa que, inicialmente, no lo consideraba algo importante, pero, al final, cambió de opinión con respecto a una de ellas porque tenía un significado muy especial. "Cuando me ofrecieron llevar las joyas de mis abuelas, no lo dudé y me pareció muy especial llevar algo prestado para un día tan único".
Joyas con historia
En muchas ocasiones, el toque sentimental del look de una novia viene de parte de las joyas, y así fue en el caso de Ana, que quiso tener presentes a varias de las mujeres más importantes de su vida en su gran día. "Los pendientes que llevé eran unos colgantes de perla gris de mi abuela paterna y la pulsera era de mi abuela materna. Fallecieron hace un par deaños y llevar algo de ellas me hizo sentirlas muy cerca" nos cuenta, emocionada.
"Las otras dos joyas importantes que llevé fueron el anillo de compromiso que me regaló Javi y el solitario que me regalaron mis suegros en la pedida" concluye.
Y, aunque fuera sin quererlo, Ana cumplió otra tradición gracias a sus sandalias de terciopelo azul hielo. Se trataba de un par de pura tendencia con detalle cruzado en el empeine, tacón ancho para total comodidad en su gran día y pulsera al tobillo.
Los detalles del ramo
Sin duda, uno de los puntos más originales del estilismo de Ana fue su ramo, cuyo concepto dejó en manos de la florista. "Fue arte de Tere Mone, la florista que se encargó de todo el tema flores y decoración de las mesas. Un día pensando con ella y Adriana Recoder (wedding planner) sobre el ramo, les enseñé una foto del vestido para que se hiciesen a la idea de mi look y Tere dio con esta idea que me encantó". Sin embargo, para estar totalmente segura de que esto era lo que quería, le llevaron tres ramos diferentes a la última prueba del vestido. Eligió este, muy poco convencional, porque se sintió muy cómoda ¡era como llevar un bolso!
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La mayoría de novias con las que hablamos tienen claro que, frente a las tendencias beauty recargadas de décadas anteriores, ahora buscan la naturalidad absoluta mediante looks que realcen su belleza de una forma muy sutil, algo con lo que coincidía Ana. En su caso, escogió a la estilista María Boix. "Me la recomendó la mejor amiga de mi hermana que se había casado unos meses antes que yo. Quería un maquillaje muy natural y con ella me entendí superbien" nos explica.
En cuanto al cabello, lució su melena oscura peinada en una trenza baja con raya al medio, de acabado muy delicado y discreto.
Aunque hasta hace unos años se popularizó mucho el hecho de lucir dos (o más) vestidos de novia, cada vez se tiende más a elegir un único diseño, pero que sea convertible. De esta manera, puedes sorprender a tus invitados y estar más cómoda en la celebración sin renunciar a ese modelo en el que tanto cariño has puesto. "Preferí la opción de un diseño convertible. Para la iglesia iba con un cuerpecito de manga larga y para la comida, me saqué la capa y quedaba el vestido de tirantes con escote en pico tanto en la parte delantera como en la espalda" nos cuenta Ana.
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El inicio de su romance
Ana y Javi se conocieron en una noche de fin de año en la Cerdaña, en casa de una amiga en común, y tuvieron un flechazo. Sin embargo, como cuenta ella, las circunstancias del momento eran difíciles porque él se iba de intercambio a Holanda al cabo de unos meses y, a su vuelta, Ana se iba a Japón para terminar sus estudios. Sin embargo, la vida a veces te sorprende. "Durante casi 3 años fuimos coincidiendo en varias ocasiones y ambos sabíamos que había algo especial. El destino quiso juntarnos a finales del 2017 cuando estábamos ya de vuelta en Barcelona y surgió el momento para empezar a salir en serio".
Tras empezar a salir, volvieron a complicarse las cosas, porque Javi encontró trabajo en Madrid y tuvieron que estar dos años a distancia, hasta que decidieron mudarse juntos y a Ana le surgió un puesto en la capital… pero, entonces, les pilló el Covid. "Fue encontrar piso y literalmente unas horas después de firmarlo, se declaraba el estado de alarma. Pasamos de relación a distancia a vivir confinados durante casi 3 meses. Una prueba de fuego que, lejos de convertirse en una pesadilla, acabó siendo una experiencia inolvidable".
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La historia de amor de estos novios se cocinó a fuego lento. “Cuando en una situación así de extrema ves que la convivencia es tan fácil y fluida, sabes que la cosa va a ir bien, pero tampoco nos precipitamos y no nos prometimos hasta pasados 5 años desde que empezamos a salir”. Por lo tanto, la idea de prometerse no surgió de un día para otro. Tenían claro que querían casarse, pero no querían entrar en detalles por no estropear la sorpresa de la pedida. “Es un momento muy emocionante que si sale de forma más espontánea creo que le da un toque aún más especial.” nos cuenta Ana.
"Finalmente, nos casamos el 30 de septiembre de 2023 en Barcelona" nos dice. "Ambos somos de allí, por lo que no hubo ninguna duda, y decidimos la Iglesia de Sarrià, en el mismo barrio donde ambos nacimos y crecimos. Curiosamente vivimos toda nuestra infancia a solo dos bloques de distancia y nuestras madres fueron a la misma clase en el colegio, pero no lo supimos hasta después de conocernos. ¡Toda una coincidencia!". Decidieron hacer un enlace de ciudad para evitar buses y desplazamientos, por lo que celebraron el banquete y la fiesta en la Finca Agustí Pedro i Pons, a apenas cinco minutos del templo.
"Fue una apuesta arriesgada porque nunca antes se había hecho una boda en la finca, pero cuando fuimos a visitarla nos enamoramos del sitio y de la localización privilegiada. La ceremonia fue religiosa y al terminar, preparamos una sorpresa a los jóvenes: en el kiosko Good News de la misma plaza Sarrià, les esperaba una edición especial (fake) de ¡Hola! con un reportaje donde aparecían todos los solteros de oro de la boda".
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En cuanto a la organización, contaron con Adriana 'Didi' Recoder, de ARC Eventos como wedding planner. "Mención mega especial también a nuestras madres que pusieron una ilusión y dedicación que no nos merecimos. Sin ellas la boda habría sido un desastre" señala Ana. Y no es de extrañar, puesto que, además, su suegra tiene una dilatada experiencia en el sector nupcial.
"La madre de Javi es Laura Pi, fundadora y directora de Le Chef Catering, por lo que no había ni media duda de que la comida la iba a servir Le Chef. El equipo se volcó y todo salió a la perfección. Además fue la primera boda donde se estrenó la propuesta del nuevo chef creativo, Antonio Saez" explica la novia. "Para rematar, del resopón se encargó Nora Real Food, con sus irresistibles focaccias dules y saladas entre otros manjares".
El consejo que da esta novia a parejas que están inmersos en pleno proceso de planificación de su enlace es "que planifiquen muy bien y con tiempo toda la boda para poder llegar a la semana antes lo más tranquilos posible. El día de la boda, que se dejen llevar y que disfruten de cada momento" Eso sí, como ella misma confiesa, es fácil decirlo pero no tan fácil de hacer, y, la clave, es apoyarse en buenos proveedores y confiar en todo el equipo que hay detrás. "En nuestro caso, los días previos la gente de BC Carpas y nuestra florista Tere Molné trabajaron a destajo para dejarlo todo perfecto. El día de la boda el equipo de Didi Recoder y Le Chef Catering ejecutaron a la perfección. Les estamos infinitamente agradecidos por ello".
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Ana quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Catering: Le Chef
- Resopón: Nora Real Food
- Wedding planer: Adriana Recoder de ARC Eventos
- Flores: Tere Molné de Baobab
- Menaje y decoración: Options
- Carpas: BC Carpas
- Barra de cóctails: Saporeando
- Iluminación y Sonido: Artífice Events
- Video: Brutus Media (Edgar Pinyol)
- Fotografía: Berta de la Presa
- DJ: Janse
- Cantante: Audrey Enne
- Vestido de novia: The Muse Collective
- Maquillaje: Maria Boix de Naturamaq