"¡Este domingo viví un atardecer en Malibú difícil de olvidar! Nunca imaginé que podría estar tan segura de algo así, hasta que empezó nuestra historia. Con todo lo bueno y todo lo malo, siempre fue un SÍ. Queda mucho por vivir" escribía en octubre de 2022 Blanca Padilla en sus redes junto a una foto presumiendo de su anillo de pedida. Poco más de un año y medio después, la modelo, que triunfa en las pasarelas de todo el mundo y ha llegado a desfilar para Victoria's Secret, le ha dado el 'sí, quiero' a Alejandro García España, su pareja desde hace nueve años. La ceremonia ha sido íntima y ha tenido lugar en un idílico enclave natural situado en la preciosa isla de Menorca.
Para su gran día, Blanca, que, sin duda, posee un gran conocimiento en el mundo de la moda gracias a su trabajo, ha elegido un original diseño de T.ba. Se trata de una casa española que nació, como explican desde la firma, con el concepto cosmopolita de ropa de campo, aunque fue evolucionando hacia el mundo de la moda sin perder su identidad, creando diseños más allá de las tendencias del mercado con colecciones basadas en la naturaleza, utilizando tintes vegetales y tejidos naturales. Y precisamente ese es el espíritu que respira el look nupcial de la top, que es, sin duda, muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver últimamente.
Blanca se ha decantado por un delicado diseño que encajaba a la perfección con el estilo de la boda y el idílico enclave natural de la misma. Ha lucido un vestido que contaba con un cuerpo estilo corsé de escote media luna y tejido de microplisados irregulares con cierre de lazos en la espalda, bajo el que llevaba una falda etérea confeccionada a base de varias capas de gasa que finalizaban en sutiles volantes y una discreta cola. Sobre el cuerpo, ha lucido un tejido asimétrico semitransparente que cubría parte del escote y conformaba unos manguitos que posteriormente se ha quitado.
En lugar de llevar un segundo vestido, Blanca ha seguido la tendencia cada vez más puntera entre las novias de optar por modelos convertibles para alargar la vida de su look más especial y aprovechar a lucirlo hasta después de la fiesta. Además de desprenderse de las mangas, también ha jugado con un chal de estética rústica para resguardarse del frío en momentos puntuales de la velada. A sus pies, ha lucido unos originales zapatos blancos de piel con puntera cuadrada, y ha completado el estilismo con impresionantes joyas de Messika.
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En cuanto al peinado, ha optado por el más buscado actualmente, el moñito de bailarina. En su caso, en versión ultrapulida, muy brillante y con raya al medio, despejando por completo su rostro, el cual ha lucido con un maquillaje muy elegante, sutil y natural totalmente fiel a su estilo.
Otro de los puntos que ha sorprendido es el ramo, ya que ha optado por uno en clave maxi que se sale por completo de las tendencias actuales pero que resulta totalmente acertado y estiloso.