Tras darse el ‘sí, quiero’, en la iglesia de los Santos Mártires de Marrakech, Mónica de Tomásy Laurent De Greef, acompañados de sus 150 invitados, se dirigieron al Royal Golf Marrakech, donde tuvo lugar la espectacular celebración.
Tras disfrutar del cóctel y la cena, llegó el momento de la fiesta y de la música que ‘pincharon’ dos Dj. Pero antes, como es tradición, los novios tenían que abrir el baile. Para ese momento, Mónica volvió a deslumbrar a todos los presentes con una sorpresa: un segundo vestido.
La modelo confió de nuevo en Atelier Pronovias, que creó para ella un diseño en exclusiva, confeccionado en chantilly color marfil y velado por un tejido de encaje, bordado a mano en cristales checos.
Mónica decidió dejar de nuevo sus hombros al descubierto, luciendo un favorecedor escote halter, que termina en un tirante extrafino y deja la espalda al aire. La pieza, entallada a la escultural figura de la novia, se desliza sobre la silueta en una ligera falda en forma tubular, que incluye una delicada abertura sobre la pierna.
De acuerdo con los responsables de la firma de moda nupcial, para realizar este vestido fueron necesarias un total de 35 horas de modelaje y 60 de confección, de manera artesanal por las patronistas y expertas de Pronovias en su atelier de Barcelona.