Una boda en el norte, dos vestidos de novia y un día para recordar siempre. Así fue el enlace de Erika y Alejandro, que reunió a sus familiares y amigos en Zarauz. Erika y Alejandro se conocieron en la fiesta de empresa donde ambos trabajaban y, tras un viaje de kitesurf a Portugal, la vida de ambos cambiaría para siempre: “Cenamos en un viñedo, allí había unos invernaderos y nos colamos para verlos por dentro. Fue allí donde me lo pidió”, Tras el “sí” de Erika comenzaron a pensar dónde sería su boda. La novia es del País Vasco y sus padres se casaron en Zarauz, de ahí que eligieran este lugar mágico del mar Cantábrico.
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Erika confió en Oh Qué Luna! para su gran día y llevó dos vestidos para los distintos momentos de su boda. En la ceremonia, apostó por un vestido recto, con detalles de pedrería en el cuerpo y volante en el lateral: “Tenía claro que quería algo diferente, que reflejara mi personalidad y con lo que me sintiera cómoda”. Tras la comida, se cambio a un diseño más ligero, pero cargado de detalles: “Una falda verde de tul con body de crepé con espalda al aire, y pedrería bordada”. Un resultado espectacular que, tal y como nos cuenta Erika: “Quedó genial ¡gracias a María, Montse y Karina!”.
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EL VESTIDO
Erika no tenía claro cómo sería su vestido de novia, pero lo que sí sabía es que quería un diseño que reflejara su personalidad, y Oh Qué Luna! lo hizo posible.
LOS NERVIOS ANTES DE LA BODA
DETALLES DE DIVA DE HOLLYWOOD
Erika apostó con unos guantes largos blancos que le daban aires de glamour propio de una diva de Hollywood.
LA IMPORTANCIA DE LOS DETALLES
JOYAS
Menos es más y, para el gran día, nuestra protagonista eligió unos pendientes de su madre y su anillo de pedida, que Alejandro compró en la joyería familiar de la mejor amiga de Erika.
LA IGLESIA
La ceremonia se ofició en la parroquia Santa María la Real, de Zarauz. A los novios les encantó el estilo gótico del templo, que cuenta con un retablo y una acústica para el coro espectacular.
SIEMPRE DE TU MANO
El novio y la madrina entraron, como manda la tradición, minutos antes a la entrada triunfal de la novia. En esta bella imagen, los invitados son testigos de la complicidad y el cariño entre Alejandro y su madre, que fue una de las más elegantes de la celebración.
UN DISEÑO ÚNICO
Lo crucial a la hora de elegir un vestido de novia es que la novia se identifique con él y sienta que transmite su esencia. La novia llevó un vestido recto lleno de detalles que lo convertían en un diseño único: pedrería en el cuerpo y un volante en el lateral.
UN SÍ AL AMOR
EL LUGAR
La novia es del País Vasco, por ello le hacía especial ilusión casarse en su lugar de nacimiento. Zarauz fue la elección final, ya que sus padres se casaron allí y a Erika le pareció un bonito homenaje que recordará siempre.
LA DECORACIÓN
A los novios les enamoró el hotel Iturregi y no quisieron que la decoración rompiera el entorno: “El Iturregi es un caserío reformado, entre viñedos y con vistas al mar, en el espectacular emplazamiento de Getaria. ¡Tiene hasta su propia huerta!”.
EL SEGUNDO VESTIDO
También de Oh qué Luna!, cargado de romanticismo y con el toque especial gracias al color verde botella de la falda.
UN MOMENTO ESPECIAL
Y llegó uno de los momentos más especiales y emotivos de la celebración. Los esposos salieron a bailar, el novio con la madrina, y la novia con su padre.
QUE EMPIECE LA FIESTA
Una fiesta por todo lo alto para celebrar el amor, bailando sin parar toda la noche, con bengalas, disfraces y buena música.