No era su sueño de infancia, pero ha terminado convirtiéndose en su trabajo y en su pasión. Eva Iglesias, la mujer detrás de Bodas Colorín y de numerosos enlaces de la alta sociedad como el de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, o Ana Sainz, la hija pequeña del expiloto Carlos Sainz, es una de las wedding planners españolas más cotizadas del universo nupcial. Hablamos con la organizadora de bodas de sus orígenes, las mejores anécdotas de su trabajo, y qué le inspira a la hora de planificar una boda.
-¿Cómo te definirías para alguien que no te conoce?
-A alguien que no me conoce le diría o más bien le prevendría: “ ¡Cuidado, es una maniática con los detalles!” Me importa mucho mi profesión, conseguir el mejor resultado, y es cierto que eso me convierte en una persona muy controladora. Me divierte mucho el trabajo en equipo y soy tremendamente familiar.
-¿Cómo nació Bodas Colorín?
-Podría decir que nací queriendo ser wedding planner, pero mentiría. Bodas Colorín nació después de años trabajando como creativa publicitaria en distintas agencias y después de haber vivido en muchos países en los que ésta figura era parte fundamental de una boda. Me di cuenta de que era un sector que quería probar. Recibí una petición y decidí dejar mi puesto como directora creativa para embarcarme en esta maravillosa aventura.
-Y esa experiencia previa en publicidad, ¿te sirvió de alguna forma a la hora de crear este nuevo negocio?
-Me sirvió muchísimo. He trabajado desde el lado de la creatividad mucho tiempo, creando eventos para muchas marcas. En mi última etapa en agencia, empecé a involucrarme más en la producción porque no quería perderme nada del proceso y ¡me enamoré de la adrenalina del montaje!
-Emprender siempre da cierto vértigo. ¿No tuviste miedo de dejar un trabajo seguro para emprender?
-Lo cierto es que nunca tuve miedo, quizá por desconocimiento y por edad. Comencé con Bodas Colorín cuando tenía 26 años, lo que hace que te plantees poco que algo pueda salir mal. Y por suerte (y muchísimo trabajo), así fue.
-¿Cuántas personas formáis el equipo de Bodas Colorín actualmente?
-Tenemos equipos distintos de trabajo. En el día a día, en la oficina somos 4 personas más una persona en Sevilla, que se ocupa de gestionar las bodas de Andalucía (¡nos encanta el sur!). Pero para los montajes y días de boda, el equipo se multiplica y somos más de 20 profesionales que forman parte de unas bodas u otras según el que mejor encaja por las características de la boda. ¡Un equipo increíble la verdad!
-¿Qué es para ti lo más bonito de tu trabajo?
-Las relaciones personales son sin duda lo mejor, y a veces lo peor, de este trabajo. Organizar la boda de alguien es muy gratificante porque compartes momentos muy personales, muy especiales con parejas y con familias. Te abren su vida por completo y confían en ti para un día que, hasta ese momento, es el más importante de su vida. En pocos trabajos te abrazan, te mandan flores y te llaman cuando tienen un hijo para contártelo, solo porque “ya te quieren”.
-Además de wedding planner también das clases, ¿qué es lo que más te gusta de enseñar?
-Enseñar me encanta porque amo esta profesión y creo que me enriquece ver generaciones nuevas que empiezan con energía, con ilusión y sabiendo muchísimo. Pero, sobre todo, porque defiendo mucho la figura del organizador de bodas profesional, formado, que entiende que esto no es un hobbie ni algo que puede hacer cualquiera. Somos organizadores de eventos, gestionamos potencias, planos, seguridad, protocolo... y creo que la formación es fundamental para conseguir salir del tópico de la wedding planner de las películas americanas.
-¿Cuál dirías que es la misión de un organizador de bodas?
-Creo que un wedding planner es la figura que debe convertir el caos de organizar una boda, en un proceso profesional con resultados profesionales. Una boda sin estrés, sin preocupaciones, en manos de personal cualificado, con presupuestos que no se disparan y plazos que se cumplen.
-¿En qué te inspiras a la hora de planificar una boda?
-Nos inspiramos siempre en la familia o parejas que tenemos delante. Lo importante de una boda es que hable de quien se casa. No solo que sea una boda bonita, sino la boda (bonita por supuesto) que cualquier invitado diría que es perfecta para la pareja.
“Una de las cosas más raras que me han pedido unos novios son masajistas en los pies para los invitados”
-¿Qué es lo más raro que te han pedido unos novios?
-Buff, la lista es interminable (ríe). Aunque reconozco que cada vez lo raro nos va pareciendo más normal. Nos han pedido desde acróbatas sobre las mesas, cantantes de ópera sirviendo helados, masajistas de pies para los invitados o sueltas de mariposas...
-¿Continúas poniéndote nerviosa cuando se acerca la fecha de una boda que organizas o después de los años ya te has acostumbrado?
-Me sigo poniendo nerviosa en la primera boda de cada temporada. Es curioso, porque los meses de descanso entre una boda y otra, hace que te vuelvan los nervios de la falta de práctica. Pero, en general, tengo que decir que controlo bastante bien los nervios.
-¿De todas las bodas que habéis organizado hay alguna que te haya marcado de una forma especial?
-Hay bodas que nos han marcado mucho porque hemos conocido a personas que nos enseñan, que nos aportan y que nos tocan en nuestra propia vida. Pero por encima de todas las bodas de mi vida, no voy a poder olvidar nunca la boda de Regina Mendialdúa y Gonzalo León, que se casaron el día 14 de marzo de 2020. El mismo día en que nos pidieron encerrarnos en casa por la pandemia. Una boda que pasó de 500 invitados a 50 a medida que avanzaba la semana, que daban noticias nuevas, que salían restricciones. En la que no sabíamos qué pasaba. Veíamos el miedo en proveedores, en invitados...Y convertimos su boda en algo tan íntimo y especial que solo recordarlo me produce un cosquilleo. Cuando Regina apareció en la iglesia creo que lloramos todos.
Otra anécdota: “el sacerdote que casaba al novio con su ex”
-En la organización de una boda siempre surgen mil anécdotas, puedes contarnos alguna divertida que os haya ocurrido?
-La verdad es que las anécdotas son infinitas y más divertidas al recordarlas, porque en el momento son el terror de un wedding planner. Tuvimos una boda en la que el sacerdote conocía al novio de toda la vida y durante toda la ceremonia, decía el nombre de su novia de pequeños en lugar del de nuestra novia. Tuvimos que subir al altar y prácticamente arrastrarle a la sacristía para contarle su error, porque veíamos que llegaba el momento del matrimonio, y le iban a casar con su ex.
-¿Es más fácil para tu labor como organizadora que la celebración de una boda sea en un lugar destinado a la celebración de eventos que en una finca o casa privada?
-Es más fácil siempre en una finca ya preparada para eventos, pero nos resulta más divertido que sea una casa privada ya que partimos de cero en todos los sentidos: distribución, parking, zona de camareros... Poder diseñar e imaginar cada detalle, nos gusta mucho más.
-Una de las últimas bodas que has organizado es la boda de Teresa Urquijo y José Luis Martínez-Almeida, ¿os llegó a agobiar la presión mediática?
-Lo cierto es que nos ha pasado todo lo contrario. Nos hemos sentido muy bien tratados por la prensa y nos ha parecido una suerte tener un reconocimiento tan increíble a nuestro trabajo. Las abuelas de nuestro equipo ¡han estado encantadas!
“Recuerdo a José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo bailando el día antes de su boda durante las pruebas, con los planos de las mesas en la mano, ya disfrutaron de ese momento”
-¿Nos puedes desvelar alguna anécdota de esa boda?
-De su boda, voy a recordar siempre con cariño los días de montaje y la prueba de sonido del día anterior. Al ser una boda en casa, tenían amigos y familia de visita. Cuando empezamos a probar el sonido, de forma natural empezaron a bailar y a disfrutar ya desde ese momento, vestidos de calle, con sus planos de mesa en la mano... Recuerdo mirarles y pensar que casarte en casa desde luego te da momentos muy especiales.
-Habéis organizado los enlaces de bastante gente famosa, ¿con ellos firmáis contratos de confidencialidad o la discreción se sobrentiende?
-Lo cierto es que depende de cada caso, pero nos gusta firmarlos casi más a nosotros que porque nos lo pidan. Después de muchos años, y gracias al boca a boca, nuestros clientes saben que nada de lo que vemos u oímos lo compartimos con nadie. Al final, sus vidas solo les pertenecen a ellos y compartimos fotos de aquellos que nos dicen que les parece bien.
-¿Podrías nombrar alguno de esos famosos?
-Hemos trabajado para familias maravillosas, conocidas por su trabajo, ya sea por ser empresarios, deportistas, actores, políticos... de las que sinceramente hemos aprendido muchísimo. Apellidos que son parte de la historia de España como Osborne, Corsini, Thyssen, Osorio, Sainz, Villalonga... ¡Tenemos mucha suerte! Aunque tengo que reconocer que cuando se sientan en nuestra mesa, se convierten en un padre, una madre y dos personas que se casan. Famosos o no, a nosotros no nos cambia nada.
-¿Qué boda de un personaje conocido te gustaría organizar?
-Me divertiría muchísimo organizar la boda de Victoria Federica. Lo que he podido conocerla me parece divertida y encantadora. Creo que me reiría mucho trabajando con ella.
-Tu trabajo exige mucha dedicación y eres madre de una niña de corta edad, ¿cómo haces para llegar a todo?
-Intento ser tan planificada en mi vida como lo soy en mis bodas. Paso con ella todo el tiempo que puedo, pero lo exprimo de verdad. Jugamos, nos reímos, la escucho y le cuento mis cosas. Creo que es importante que aprenda que en la vida hay que trabajar mucho para conseguir lo que quieres. Y por supuesto, porque tengo un marido que es un padrazo que hace que mi hija tenga la vida más feliz del mundo.