Es una de las novias más espectaculares que nos ha dejado la primavera. Mariel Salazar dio el ‘sí, quiero’ a Mauricio Espinosa, hijo de la diseñadora Silvia Tcherassi, el pasado 6 de abril. La suya fue una gran boda que reunió a personalidades del mundo de la moda y de la alta sociedad internacional en San Miguel de Allende, en México. Un enlace lleno de glamour, en el que la novia impactó al descubrir que su secreto mejor guardado, su vestido, era obra de su suegra.
© EFEGE“Todo fue muy natural, simplemente después del compromiso sin hablarlo las dos sabíamos qué era lo que queríamos”, cuenta la novia, en exclusiva, a ¡HOLA! “Creo que se puede decir que es un proceso único, no conozco a nadie a quien su suegra le haya hecho su vestido de novia, platicamos mucho sobre las visiones que cada una tenía y así fueron surgiendo algunas ideas“.
Lo primero, nos detalla, fue elegir la tela. “Silvia me mostró unos tejidos de alta costura increíbles y confié mucho en ella pues es quien tiene la visión de imaginarse cómo va a quedar un vestido. Seleccionamos algunas y una vez teniendo las muestras en su atelier de Miami, se eligió una que sirviera de base para crear algo original y único con bordados y apliques”.
© EFEGE“Un reto”
Silvia Tcherassi nos confiesa que crear el vestido de Mariel “fue un reto grande, crearle un vestido a una nuera es totalmente diferente. También fue una oportunidad de explorar algo nuevo, porque en este caso tenía que ser doblemente especial”.
Y, en efecto, lo consiguió. Acostumbrada a vestir a las mujeres más elegantes -Isabel Preysler o Tamara Falcó son algunas de las que han confiado en sus creaciones-, Silvia creó para la mujer de su hijo lo que define como “un diseñor romántico, pero con un twist”. También diseñó la tela, que después mandó a elaborar a Italia, en los talleres con los que trabaja desde hace años. “Es un encaje con bordados en hilos dorados y beige, realzados con apliques florales en 3D para crear una textura bellísima y que es el elemento más destacado del diseño. Con la figura estilizada y armoniosa de Mariel, buscaba resaltar sus hombros y no quería una silueta que distrajera, por eso es simple, sólo acentuada por el escote de la espalda y la amplia falda en movimiento. El vestido se elaboró en nuestros ateliers y tanto mi mamá (Vera de Tcherassi), como Sofía (su hija) participaron en el proceso. El resultado es un vestido timeless, hoy puede verse vintage y en 25 años, va a seguir siendo vigente”.
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© EFEGESiguiendo la tradición, Mariel llevó algo nuevo -su vestido-, algo prestado -las joyas de su amiga Patricia Robalino- y algo azul -las placas que llevaba en las suelas de sus zapatos, con la fecha de la boda, regalo de Mauricio.
En cuanto al peinado, se decantó por un elegante recogido, realizado por Gabriella Oca, y un maquillaje muy natural, que dejó en manos de Hanic Arias. Por último, completando su look nupcial, llevó un ramo de orquídeas blancas, que más tarde entregó, en ofrenda, a la Virgen de Guadalupe.
