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EXCLUSIVA

Descubrimos los tres vestidos de novia de Eugenia Gil Muñoz en su boda con Javier García-Obregón

Tres ‘looks’ nupciales de tres estilos diferentes que servirán de inspiración para las futuras novias


9 de mayo de 2024 - 9:01 CEST

Había pasado un año desde que se prometieron durante un viaje a las Maldivas, y otros nueve meses entre preparativos, nervios y mucha, mucha emoción. Pero finalmente, llegó el gran día. Después de siete años de noviazgo, el pasado 1 de mayo  Javier García-Obregón y Eugenia Gil Muñoz  se dijeron ‘sí, quiero’, en la iglesia de San Fermín de los Navarros, en pleno corazón del barrio de Salamanca, y ante la presencia de sus familiares y seres queridos. Fue un día muy especial, marcado en rojo en el calendario de la pareja y en el de sus familias, ya que ella es hija única y él, el primogénito de Javier García-Obregón y único hijo de Paloma Lago. Después de una emotiva  ceremonia cargada de sentimiento , lágrimas y alguna que otra anécdota, los recién casados y sus más de 200 invitados se trasladaron a las afueras de Madrid, a la finca el ‘Soto de Mónico’, donde continuaron celebrando el amor por todo lo alto hasta medianoche. 

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HO4163 BODA OBREGÓN© CordonPress

Y, como en todas las bodas, el secreto mejor guardado del gran día es cuál habrá sido el vestido escogido por la novia para recorrer el pasillo hacia el altar. En el caso de Eugenia Gil Muñoz, fueron tres los looks nupciales, cada cual más impresionante que el anterior, y adecuado para cada momento de la celebración. El pasado 1 de mayo, todos los asistentes estaban deseosos por ver la primera aparición de la novia. Y Javier, el que más.

Eugenia se hizo esperar, pero no decepcionó a nadie. Radiante, impecable y derrochando elegancia, la novia lució el que sería su primer vestido del día y cuyo diseño había tenido claro desde que comenzaron el proceso de creación. De estilo Hollywood, inspirándose en las divas del cine dorado, en aquel Givenchy icónico que Audrey Hepburn paseó por la acera de Nueva York frente a la joyería Tiffany’s en Desayuno con diamantes, pero con un gran lazo en la parte de atrás, formando una cola, que evocaba a la diosa rubia por excelencia, a Marilyn en Los caballeros las prefieren rubias. Realizado en gazar de seda natural con falda recta, escote halter y sin mangas, en el look se incluían unos guantes, confiriendo aún más aires de diva de la época dorada, y haciendo un guiño también a su suegra, Paloma, que también llevó unos en su boda, en 1990. Fue una novia clásica, que no se olvidó de la prenda más tradicional del universo nupcial, el velo, pero sin renunciar a los toques más tendencias como la gran lazada o la silueta recta de su vestido. Un look perfecto, que cumplía con todos lo que Eugenia había soñado.

© GTRES/DOSMASENLAMESA
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El elemento protagonista de su primer vestido fue la gran lazada que se convertía en cola, al más puro estilo Marilyn en ‘Los caballeros las prefieres rubias’.

Una vez llegaron a la finca y comenzaba la celebración del banquete, Eugenia se cambió e hizo su aparición estelar con su segundo vestido, acompañada por su marido Javier. La novia optó por un estilo muy diferente a su primer look y llevó un diseño muy actual, con escote en palabra de honor , en crepé, con un corpiño sobre una base de camisa en seda natural, de corte ‘midi’ y cola, y mangas largas con los puños abotonados. Acompañó el vestido con un sencillo semirecogido adornado con un lazo blanco, dándole un aire coquette al look. Con este vestido estuvo todo el tiempo que duró el banquete, hasta que llegó la fiesta.

© DOSMASENLAMESA
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Comenzaba el inicio del fin de aquel día inolvidable. Los recién casados daban paso a la fiesta con el tradicional primer baile de los novios con una espectacular iluminación de las lámparas de estilo imperial chandelier con cristales y unas luces led azules de las que caían pompoas de humo. Para el baile, Eugenia se cambió por tercera y última vez, y esta vez eligió un diseño de tul bordado con flores de organza en 3D y detalles de cristal, con una falda desmontable que podía transformarse en un ‘cuarto look’, un diseño  minivestido , que cada vez está ganando más adeptas dentro del universo nupcial entre las más atrevidas y rompedoras, con el que pudo disfrutar y moverse con plena libertad en la fiesta.

© Cristina Pérez Lago

 

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