La historia de Cristina, la novia que se casó en Córdoba con un vestido diseñado por su suegra y mantilla

Un look elegante a la par que atemporal que reflejó su personalidad

Actualizado 2 de mayo de 2024 - 19:50 CEST2 may 2024 - 19:50 CEST

La historia de Cristina y Antonio es digna de un guión de una novela romántica con final feliz. "Él es íntimo amigo de mi primo desde que eran pequeños, nos conocíamos de siempre pero respectivamente como prima y amigo 'de', hasta que empezamos a coincidir más saliendo y… ¡hasta hoy!" nos cuenta la protagonista emocionada. Tras más de 15 años de un largo y precioso noviazgo, la pareja decidió dar un paso más y prometerse amor eterno en la ciudad que les vio crecer, Córdoba, el pasado 7 de octubre de 2023. Fecha en la que el vestido de novia de sus sueños que creó su suegra, la diseñadora de la marca Alba del Brillante, por fin pudo ver la luz.

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A diferencia de las que andan perdidas en la búsqueda del traje nupcial, esta cordobesa es de las afortunadas que sí estaba segura de qué es lo que quería. "Me gustan las líneas rectas y sencillas. Teniendo en cuenta esto último, sabiendo lo que más me favorecía y me hacía sentir cómoda, la forma base del vestido la teníamos clara. Los detalles fueron surgiendo en cada prueba" explica sobre el bonito y especial proceso de creación con el que casi todas hemos soñado en algún momento.

El por qué de la elección de la diseñadora

En su caso, acudió a quienes más podían conocerla para dar vida a lo que tenía en mente, y casualmente con la firma Alba del Brillante, asentada en la ciudad sultana, tiene una estrecha relación que hizo de esta etapa una mucho más sencilla y cercana. "Dulce, la diseñadora, es mi suegra y ella conoce mi estilo a la perfección. Además, teniendo en cuenta su larga trayectoria profesional y que fue también la diseñadora de los vestidos de novia de mis hermanas, sabía que no podía estar en mejores manos. Tanto ella como su equipo se han volcado en mi vestido y en el de mi madre y hermanas" dice.

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Hablando sobre el proceso de la creación de la pieza que vivió en el atelier meses antes de prometerse amor eterno, Cristina confiesa que fue muy fácil gracias a la sintonía que tienen. "Tengo un estilo claro, sencillo y mi suegra me conoce muy bien". Al empezar desde cero la prenda más importante que colgará de tu armario, nos cuenta su experiencia: "partimos de un vestido básico con una silueta que me favoreciera, manga larga y escote de pico. A partir de ahí ya fueron surgiendo los detalles como el detalle de los puños, el pecho, la espalda y la cola".

A diferencia de otras novias que siguen las tendencias punteras, ella no quiso ir velada hasta el altar, pero sí optó por llevar una larga cola que caía con gran elegancia de la espalda y la mantilla brocada familiar que nacía de su melena recogida, ¡resultó ser la pieza más bonita y delicada del gran día! Gracias a ella consiguió transmitir la imagen de un auténtico cuento de princesas a la entrada a la iglesia del Santuario de los Dolores, de la que la familia de su ya marido es muy devota.

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Al estar en buenas y conocidas manos, le preguntamos que a pesar de todas las tendencias y modas que llevan las novias virales que triunfan en las redes sociales, qué es lo que ella tuvo en cuenta para decantarse por el traje que finalmente lució, uno de los más elegantes y bonitos que hemos visto esta temporada. "En mi opinión lo más importante es que sea un fiel reflejo de tu estilo y personalidad. Es un día muy importante y tienes que estar cómoda y sentirte tu misma con el diseño elegido".

El segundo vestido de novia

Pero a lo que sí se sumó fue a la decisión de cambiarse de look durante la celebración con el que bailó hasta el amanecer con el amor de su vida y rodeada de amigos. "¡Sí lleve un segundo vestido! Al igual que el primero, también tenía corte y líneas rectas, pero con escote tipo Bardot. Este diseño me encantó desde el primer momento, era muy yo, y dudé si ponérmelo también para la ceremonia, pero sinceramente lo consensuamos y pensamos que era mejor reservarlo para la fiesta" dice.

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Arraigada en su tierra cordobesa, las tradiciones fueron un punto principal en su boda con Antonio, y en su caso, ¡casi las continuaron de manera natural y para nada premeditada! "Personalmente sí me gusta seguir las tradiciones, pero es algo muy personal. Yo por ejemplo, ¡las cumplí casi sin darme cuenta! El 'algo nuevo' era el vestido, y el 'algo prestado' y el 'algo azul' fueron los pendientes de aguamarinas que me dejó la madre de mi marido.

Son muchas las que quieren arriesgar en este día memorable, pero es cierto que hay modas que no encajan con todas, e incluso pueden arruinar el estilismo final. En relación a esta cuestión, Cristina afirma "en mi opinión, la principal tendencia que hay que seguir es ser fiel a tu propio estilo y a lo que te haga sentirte cómoda".

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"No soy de maquillarme mucho por lo que sabía que quería algo muy natural para no verme rara. Elegí a Wedding Make Up, Fany y su equipo me conocen muy bien, con ellas me siento como en casa. Además, sé lo bien que trabajan y no me planteé en ningún momento que no formaran parte de este día" aseguro. Porque al igual que la decisión del traje es esencial para triunfar de camino al altar, los términos de belleza también cobran gran peso. En cuanto al peinado destaca el tocado de pequeñas cuentas nacaradas, y contó con la ayuda de Pastorini. "Sabía que Jose y su equipo trabajaban muy bien y me transmitieron muchísima confianza y tranquilidad. Quería llevar el pelo recogido en una trenza abierta y algo deshecha, ¡hizo justo lo que buscaba!" relata.

Joyas familiares

Siguiendo con la estética de la sencillez y el buen gusto que caracteriza a nuestra protagonista, se decantó por dos importantes joyas que completaron el look a la perfección. "Llevé mi anillo de pedida, que me encanta, y unos pendientes de mi suegra espectaculares de brillantes y aguamarinas. Además, también lucí una mantilla familiar hecha a mano que me prestó mi suegra, ¡igualmente es una joya!" relata emocionada sobre una de las piezas más importantes del vestido.

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A diferencia de otras, para ella sí que era esencial la elección del ramo por una sencilla y bonita razón que la diferencia de las demás. "En casa tenemos una pequeña tradición, a mis hermanas les hice yo sus ramos de novia el día de la boda. Lógicamente para mi boda no iba a romperla, y por eso me lo hice a mí misma, con eucalipto y unas hortensias preservadas de color burdeos" explica sobre cómo creó esta combinación otoñal tan ideal que seguramente inspire a las futuras novias.

"Ambos venimos de familias muy tradicionales y la idea de casarnos siempre estaba presente. Solo tuvimos que esperar a que llegara el momento adecuado y fue entonces cuando decidimos dar el paso" cuenta Cristina. Un 'sí quiero' que pronunciaron tras más de 15 años de relación y que celebraron por todo lo alto en la Torre de la Barca, a varios kilómetros de la ciudad de Córdoba. Y entre las anécdotas que vivieron aquel 7 de octubre, nos confiesan "a dos días de la boda, el sacerdote que nos iba a casar se puso enfermo y tuvieron que hospitalizarlo. Por suerte, acudimos a nuestra parroquia de toda la vida y su párroco nos hizo el favor y nos casó".

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Le preguntamos qué fue lo más especial de aquella fecha que han marcado para siempre en sus calendarios, y coincidiendo con otros matrimonios se sinceran... "Suena típico, pero con total sinceridad lo más especial fue compartir con nuestros familiares y amigos que nos acompañaban lo felices que estábamos. Es muy bonito ver que las personas que te rodean comparten contigo y sienten igualmente esa felicidad".

Cristina quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda: