Se cumplen 13 años desde aquel 29 de abril de 2011 que quedó sellado en el calendario histórico de la Casa Real británica. En la abadía de Westminster, contrajeron matrimonio el príncipe Guillermo y Kate Middleton bajo la atenta mirada de invitados presentes y millones de telespectadores, poniendo así el broche de oro a su romántica historia de amor Una ceremonia que, como no podría haber sido de otra forma, también dejó momentos memorables en términos de indumentaria, con un traje nupcial presentado de la mano de la duquesa de Cambridge que, a día de hoy, sigue manteniendo en vilo a todo un globo terráqueo. Incluso, a estas alturas, sabemos que se trata de un diseño que ha servido de inspiración para novias que han venido después que la absoluta protagonista de aquella señalada jornada. Pero, ¿cuáles son los elementos que hicieron icónico su look? ¡Los repasamos!
El vestido de novia, de aires románticos e inspiración victoriana
Kate Middleton llegó al templo en un Rolls-Royce Phantom VI de 1978 acompañada de su padre, Michael, con un vestido firmado por Alexander McQueen. Hasta la misma mañana de la boda no se desveló su autoría, algo que provocó que la expectativa generada en torno al traje nupcial aumentara a niveles estratosféricos. Sarah Burton fue quien diseñó, para la firma inglesa, una creación confeccionada en seda, organza y encaje en tono marfil. ¿Los tres focos de atención principales de la obra? El corpiño, inspirado en la era victoriana, la voluminosa falda y la espectacular cola.
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El cuerpo del vestido estaba compuesto por un lado, de un corsé de escote en forma de corazón y, por otro, de un cuerpo de manga larga con escote en pico en encaje francés, bordado a mano por la Royal School of Needlework. En él, se dibujaron las flores que más representan al Reino Unido: la rosa, el cardo, el narciso y el trébol. La falda contaba con silueta en línea 'A' y una cola de casi tres metros adornada también con motivos florales. Asimismo, la pieza contaba con 58 botones cubiertos en seda y organza en la zona de la espalda, sujetos por bucles rouleau.
Semanas más tarde de la boda, como dicta la tradición, el vestido fue exhibido en el salón del Palacio de Buckingham durante 4 meses, así como las joyas, el calzado, una réplica del ramo de novia y una tarta nupcial similar.
Objeto de culto
Se dice que el diseño que eligió Kate Middleton en su gran día recordaba al de la inolvidable Grace Kelly en su boda con el príncipe Raniero III de Mónaco en 1956. Corsé, escote de corazón, manga larga, encajes, delicados bordados… Denominadores comunes que, años después, continúan siendo recursos infalibles para novias que quieren hacer historia con su traje nupcial.
Calzado, el gran misterio resuelto
El calzado fue un detalle del look de novia que tardó en conocerse, puesto que el largo del vestido no permitió que se viera durante el gran día. Se acabó sabiendo que la misma se subió a unos zapatos de tacón pertenecientes, también, a Alexander McQueen. Un modelo en satén, de color marfil, con puntera ligeramente redondeada y detalles de encaje.
La tiara, una reliquia familiar prestada
En lo que a reliquias familiares se refiere, la duquesa de Cambridge desempolvó la tiara Halo de Cartier, también conocida como tiara Cartier Scroll, del joyero real. Una pieza, compuesta por 739 diamantes de talla brillante y 149 diamantes baguette, adquirida por el rey Jorge VI, padre de la, por aquel entonces, princesa Isabel, en 1936, que aterrizaría en sus manos tras alcanzar la mayoría de edad. Aunque la reina Isabel II nunca la utilizó en público, sí lo hicieron en ciertas ocasiones su hermana Margarita y la princesa Ana.
Joyería con valor sentimental
Además de dicho tocado de diamantes, Kate Middleton llevó en su boda unos pendientes de diamantes en forma de gota de Robinson Pelham, siendo estos un regalo de sus padres, Carole y Michael Middleton.
El velo, en tul marfil
Middleton llevó un sencillo velo de tul en color marfil bordado con puntilla con el que adornó el semirrecogido con el que deslumbró. Siguiendo la estética más tradicional, llegó velada a la iglesia, es decir, fue con el rostro cubierto hasta que llegó al altar.
'Algo azul
En cuanto a ese 'algo azul' que, tradicionalmente, deben llevar las novias en su gran día, se dice que las modistas que confeccionaron el traje de la duquesa se encargaron de coser una pequeña cinta azul por debajo del mismo para que hiciera dicha función histórica.
El ramo, con homenaje al príncipe Guillermo
Kate Middleton se decantó por un ramo sumamente romántico diseñado por Shane Coonnolly. Un bouquet en tono níveo, color que simboliza la paz y la pureza, compuesto por lirios del valle, jacintos, mirtos y flores Sweet William, como homenaje a su marido. Además, también se pensó en Diana de Gales a la hora de su elaboración. Para Middleton se llevó a cabo uno más pequeño y sencillo en comparación con el que lució Lady Di como una muestra de respeto.
El segundo vestido
La duquesa también vistió un segundo diseño de novia. Un modelo, firmado por la misma casa de moda, de palabra de honor, en satén y con cinturón de diamantes. Una propuesta mucho más sencilla y discreta que la primera que combinó con un cárdigan a tono. En términos de cabellera, para este segundo look, dejó su melena suelta, ofreciendo un toque más relajado.