Ayer, viernes 26 de abril, por la tarde, se celebró la boda de Borja Álvarez de Estrada y Carmen Gómez-Acebo en la iglesia de la Concepción Real de Calatrava, en Madrid. Un enlace que se llevó a cabo bajo la atenta mirada de personalidades de la alta sociedad como los marqueses de Cubas, Isabelle Junot y Álvaró Falcó. Uno de los momentos más memorables de la celebración fue, no podía ser de otra manera, la llegada de la novia, quien no dejó a ninguno de los presentes indiferente con la elección de su traje nupcial. ¡Analizamos el original look que abanderó la interiorista, hija de María de Aguilar Urquijo y Juan Gómez-Acebo Sáenz de Heredia, en su gran día!
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Al bajarse del coche negro de alta gama con el que llegó al templo, se desveló el diseño elegido para la ocasión. Hablamos de un vestido de novia firmado por Navascués, casa de moda encabezada por Cristina Martínez-Pardo Cobián. Una obra de inspiración griega con palabra de honor confeccionada en tul blanco, tela que se usó para cubrir los hombros y parte de la falda de la portadora, siendo esta segunda la parte protagonista del traje. Asimismo, la pieza con la que denotó tradición por doquier está elaborada, también, con tejido jacquard con estampado botánico y bañado en color crema. ¿El broche de oro? Los hilos dorados encargados de realzar la parte del escote.
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Una distinguida confección en la que se mezclaron texturas y se recurrió a la superposición de capas para dar con un resultado extremadamente exclusivo. Una propuesta escultórica que la novia quiso elevar con el velo semitransparente de tul con el que cubrió su rostro desde el primer instante en el que se dejó ver en las calles de la capital en el marco de una jornada de lo más especial. Dicho elemento se posó sobre un recogido bajo con el que irradió grandes dosis de comodidad y se extendió por el largo trasero de la prenda a modo de cola.
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Cabe mencionar, también, los salones plateados con puntera en pico y los pendientes de brillantes colgantes que lució. Y en lo que a ramo se refiere, prefirió un romántico bouquet de flores en rosa pálido y ramilletes silvestres que sujetó mediante una cinta granate.