Bea, la novia del vestido sencillo con chaleco desmontable que se casó en Barcelona

Esta catalana eligió un elegante y original diseño de Navascués para su gran día

27 de abril de 2024 - 12:15 CEST27 abr 2024 - 12:15 CEST

Alberto y Bea son de Barcelona, pero se conocieron en la Feria de Abril de Sevilla y, desde entonces, no se han separado. En noviembre de 2023 pusieron el broche de oro perfecto a su historia de amor con una preciosa boda otoñal en la que la novia conquistó con su sencillez y elegancia.

"Creo que es súper importante que te sientas muy cómoda con el vestido, tanto por el estilo como por poder tener libertad de movimiento" nos cuenta esta novia al preguntarle por el punto de partida al diseñar su look nupcial. Se trataba de un vestido desmontable con chaleco y gran cola firmado por la icónica firma española Navascués que incorporaba mangas acampanadas y detalles de tejido en nido de abeja.

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"Soy una persona bastante indecisa en tema ropa y moda y me temía que el tema vestido iba a ser toda una odisea, pero, para mi sorpresa (y la de toda mi familia), fue de lo más rápido que decidí de toda la boda" nos cuenta Bea.

En su caso, se decantó por Navascués porque, aunque no sabía muy bien lo que buscaba, fueron los que más confianza le dieron. "Captaron mi forma de vestir enseguida y ya en la primera visita salí con una idea de diseño que me entusiasmaba. Además, el saber que cuentan con las mejores telas y profesionales, te da muchísima tranquilidad que se hará todo lo posible para que el vestido te quede lo mejor posible. Era alucinante como bordaban detalle a detalle, la entrega que ponen a cada costura, a cada arreglo".

Para Bea, sus hermanas y su madre fueron las mejores acompañantes posibles en la aventura de creación de su vestido. "Mis hermanas también se hicieron sus vestidos de invitada en Navascués por lo que las visitas al taller las recordaré siempre como unos de los mejores momentos de la preparación de la boda" se sincera, nostálgica.

De hecho, las mujeres de su familia se convirtieron en fuente de inspiración de esta novia a la hora de elegir el look para su gran día: "Tuvieron muy claro desde el primer momento el tipo de vestido que más me encajaría, siempre han sido mi referente de estilo y elegancia por lo que confié al 100% y sinceramente, creo que lo bordaron".

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Un diseño desmontable muy práctico

El resultado fue un vestido desmontable con el que Bea consiguió cumplir los requisitos que tenía en mente. "Al empezar el proceso de creación solo sabía que quería sentirme 'muy novia', que me casaba en ciudad, en noviembre y en una Iglesia grande y que, por tanto, ¡contaba con todas las condiciones para poder llevar la gran cola!". Eso sí, a la vez, quería estar cómoda para bailar y darlo todo, por lo que necesitaba una idea que aunara ambas peticiones.

Para resolver este dilema, a su madre y hermanas se les ocurrió agregar un chaleco que incorporara esa gran cola que quería y que, posteriormente, podría quitarse para la fiesta. "El proceso de creación fue muy rápido y sencillo, me encajó al 100% el concepto del chaleco y me permitía poder quitármelo para poder bailar sin parar luego".

"Me saqué el chaleco en el momento del banquete ya que a pesar de que considero era lo más espectacular del vestido, me limitaba bastante y tenía claro que en mi boda quería darlo todo" nos confiesa. Bajo él, se encontraba un precioso vestido con cuerpo de nido de abeja, mangas acampanadas y gran escote en la espalda. Para rematar, optó por un velo de tul clásico que prendió de la coleta con la que recogió su melena.

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Y, al igual que le ayudó con el proceso creativo de vestido, la madre de Bea también tuvo un papel decisivo en la elección del ramo. "La verdad es que el ramo lo escogió mi madre, le chiflan las flores y sabía que escogería el más adecuado. Cuando lo vi, me convenció al acto y no se habló más, cuando ves algo claro es mejor no darle más vueltas de las necesarias" nos cuenta acerca de este bouquet de hortensias verdes con toques burdeos que llevó atado con una lazada de raso en ese color vino.

Joyas con mensaje

Para la mayoría de novias, las joyas son una de las partes más emotivas de su estilismo, pues suelen estar ligadas a emociones, y en el caso de Bea no fue diferente. Ella llevó el anillo de compromiso que le dio Alberto el día que le pidió matrimonio -una alianza catalana-, así como el solitario que le regalaron sus padres el día de la pedida y los pendientes que le regalaron sus padres por su 30 cumpleaños unos meses antes de la boda. "Son joyas preciosas y todas con un valor sentimental enorme" nos explica.

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Un look de belleza sobre seguro

Aunque elegir al estilista encargado del peinado y maquillaje de tu gran día puede parecer complicado, Bea lo tuvo claro, y fue al mismo sitio al que había acudido cuando se casaron sus hermanas, Bo Barcelona. "siempre había acabado feliz con el resultado. Tenía muy claro que quería un maquillaje natural pero que me disimulase las ojeras (tengo muchísimas a pesar de dormir bien por lo que era mi obsesión) y el pelo recogido ya que me parece muy elegante ir con la cara 'limpia'. Ya en la primera prueba clavaron lo que tenía en mente y tanto el maquillaje como el peinado (coleta baja, hice antes búsqueda para inspiración) me encantaron".

El complemento perfecto

Al preguntarle por la importancia que tuvieron las tradiciones para ella en su gran día, nos explica su punto de vista: "Creo que es importante cumplir con aquello que te haga ilusión, por ejemplo yo llevé prestadas las joyas del pelo de mi cuñada que se puso el día de su boda. Además de que evidentemente me parecen una locura de bonitas, me hacía especial ilusión llevar algo que alguien tan cercano hubiese llevado en su gran día. En cierta forma une los 2 días de forma especial".

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A pesar de que ambos son de Barcelona, Alberto y Bea se conocieron en la Feria de Sevilla por amigos en común y, curiosamente, volvieron a coincidir en la Feria de Jerez, por lo que bromean con que las ferias son clave en su historia -de hecho, les hicieron varios guiños en su boda a modo de homenaje-. "El noviazgo empezó algunos meses después, pasamos una temporada a distancia ya que yo vivía en Madrid y él en Barcelona, pero llego la pandemia y me volví a trasladar a Barcelona" nos cuenta ella.

Estos barceloneses llevaban tres años juntos cuando él hizo la gran pregunta en un lugar muy especial para ambos, los Pirineos catalanes. "Ambos hemos ido toda la en Navidad o verano y es un sitio al que nos gusta mucha escaparnos los fines de semana, por lo que el fin de semana que cumplíamos tres años juntos, hicimos una excursión a una montaña preciosa y al llegar a la cima me lo pidió". Para ella, la idea de pasar por el altar era "un paso natural cuando sientes que la otra persona es la indicada para acompañarte el resto de tu vida y crear una familia y vida en común".

Al final, el 18 de noviembre de 2023 decidieron darse el 'sí, quiero' en una preciosa ceremonia otoñal en Barcelona, rodeados de sus seres queridos. "Volvería a escoger esa fecha sin duda! Nos hizo tiempazo y los proveedores no estaban tan hasta arriba como en época más intensa de boda".

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Los retos de la organización

A la hora de organizar su gran día, contaron con Gemma González y su equipo como wedding planers, algo muy necesario teniendo en cuenta que se trataba de un enlace de casi 400 personas. "Gracias a ellas logré contar con los mejores proveedores, con los que me sentía más cómoda y contenta, hicieron posible que la decoración fuese un auténtico sueño, imposible mejorarla y gracias a sus millones de horas dedicadas, pudimos hacer todos los detalles personales que queríamos incluir". Sin duda, fue un enlace repleto de estos detalles, como notas personalizadas invitado a invitado, servilletas bordadas, detalles para los prometidos o embarazadas, etc.

La ceremonia tuvo lugar en la Basílica de La Concepción, donde se ha casado toda la familia de la novia, y celebraron posteriormente el banquete en Cavas Codorníu. "Al ser una boda invernal (a pesar de que hizo solazo), jugamos muchos con los colores granates, velas, iluminación cálida, hortensias de otoño…y creo que el resultado fue espectacular". En cuanto al entretenimiento, los dos tenían claro que querían comenzar con un buen grupo de música que animase el ambiente y un juego de luces para la discoteca que incitase a bailar sin parar.

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El recuerdo de un día inolvidable

Al hacer balance de su gran día, nos confiesa que le resulta imposible escoger un solo momento. "En mi caso, me emocioné mucho en la entrada con mi padre en la Iglesia, justo en el último tramo cuando estaba ya casi en brazos de Alberto, la emoción pudo conmigo y sentía que no lo controlaba pero fue entonces justo cuando Alberto me abrazó con muchísima fuerza y me hizo centrarme otra vez en lo que de verdad era importante y no tanto en los nervios de toda la gente mirando. Los discursos de familia y amigas también los recuerdo con especial emotividad, así como el momento en el que le dimos el ramo a nuestras madres".

Por eso, su principal consejo para futuros novios es que sean conscientes de cada minuto del día, ya que se pasa volando. "Es importante valorar y ser conscientes de la enorme suerte que tienes de poder tener un día así rodeado de la gente que más quieres y dando un paso tan importante y tan feliz. También les diría que no pierdan tiempo y energía discutiendo en los preparivos de la boda, nada de eso luego importa, es importante no perder el foco a lo que de verdad importa, que es el hecho de casarse" añade.

Beatriz quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda: