"Desde que empecé a salir con Alfon sabía que me quería casar con él, nunca tuve dudas y todo fue muy fácil porque los dos queríamos lo mismo. En nuestros planes estaba la idea de ser padres y, si Dios quiere, a finales de abril llegará nuestra primera hija, ¡estamos en una nube" nos cuenta Ana, la protagonista de nuestras líneas que dio el 'sí quiero' al amor de su vida en Galicia el pasado verano. Aunque se conocieron en Madrid por un amigo en común, un histórico rincón de Pontevedra fue el lugar que eligieron para dar este importante paso. Allí, a las puertas del Monasterio de Santa María de Armenteira, apareció del brazo de su padre luciendo un elegante vestido de novia de Nuôt Atelier.
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La temperatura y la estación del año en el que te casas es un dato esencial a tener en cuenta a la hora de crear el traje de tus sueños, y es algo que ella siempre tuvo presente en cuanto entró al taller y tuvo las primeras reuniones con su diseñadora, Lidia Reyes. "No tenía nada claro lo que quería... Me casé a finales de julio en Galicia y mi mayor preocupación fue el tiempo. Por un lado, quería arriesgar con un vestido sin mangas pero, por otra parte, me daba miedo que el tiempo no acompañase. Al final, decidí una estructura muy clásica con unas mangas un poco más especiales" explica.
Las redes sociales son un gran fuente de inspiración, no solo para dar con el posible look nupcial que llevarás en ese momento soñado, sino también para encontrar a quien dará vida a la idea que tienes en mente. En este caso, fue Lidia Reyes, de Nuôt Atelier. "Vi un vestido suyo en Instagram y me gustó. Fui a conocerla y sentí ese feeling que no había sentido antes con otras diseñadoras así que la decisión fue rápida" relata sobre aquella conexión que toda novia experimenta durante el proceso de búsqueda.
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Continuando con una de las tendencias más bonitas que han marcado estos últimos años entre las novias españolas más elegantes, Ana apostó por un modelo atemporal con cierto guiño aristocrático para el gran día. "Empezamos a diseñar el vestido en enero de 2023, pero hasta marzo no tuvimos claro cómo queríamos las mangas. Al principio íbamos a jugar con lino o con otro tejido como un plisado, finalmente decidimos hacer todo el crepe, tanto las mangas, los puños y la cola".
Una curiosidad totalmente inesperada
Aunque parecía que era de una única pieza, uno de los detalles más especiales que compone el modelo fue la cola desmontable. Como toda novia que ha vivido el proceso de creación desde cero, nos confiesa una curiosidad de su look que puede inspirar a las futuras novias: "el velo era menos ancho de lo normal pero el doble de largo, por eso jugamos con él para atarlo en la coleta", y así creó uno de los peinados más ideales y sencillos que hemos visto que seguramente triunfe en los próximos meses.
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Reunirte con la modista y guardar el secreto de cómo será tu vestido es algo mágico, y la historia de Ana lo resume a la perfección. Durante la creación del mismo pueden surgir dudas, pero, en manos de expertos, se consiguen soluciones preciosas con las que sentirte segura y feliz con el resultado. "Fue un proceso rápido porque quería algo sencillo, que me representase y marcase mi figura. El mayor dolor de cabeza fueron las mangas, pero entre Lidia y mi hermana Elena me convencieron, ¡y fue la decisión correcta! También dudé de si ponerme o no velo, sin embargo, pensé que nunca jamás me iba a volver a poner uno si no era el día de mi boda" dice.
"Para hacer el vestido más veraniego, hicimos unos puños mucho más anchos y subidos, no iban a la muñeca, iban más arriba. También elegimos un escote cuadrado bastante abierto para que acentuase la clavícula" describe. Cada novia (y cada boda) es totalmente diferente y única. En estae caso, a pesar de casarse en pleno mes de julio, las lluvias galleguiñas podían acechar a la vuelta de la esquina, ¡y así fue! Y como dicen por las tierras norteñas... 'se chove, ¡que chova!'
Es cierto que dar con un modista que sepa trasladar todo lo que quieres con tan solo unos trazo sobre el papel, y más tarde sobre la aguja y la tela, es principal. Pero también lo es saber con exactitud qué es lo más importante para ti a la hora de elegir el look, sin dejarte llevar por las modas virales del momento, y para Ana ser fiel a sí misma era lo primordial. "Desde mi punto de vista, lo más importante a la hora de elegir un vestido es sentirte 'tú' y estar cómoda. Es fundamental buscar un diseño que favorezca tu figura y con el que puedas disfrutar de ese día tan especial sin estar incómoda".
Hay quienes se dejan influenciar demasiado por las modas pasajeras que se suben a la pasarela, pero esto no entraba en los planes de nuestra protagonista, quien nos asegura que, salvo que una tendencia favorezca, no considera que haya que seguirla, ¡y menos el día de tu boda! Al igual que otras novias, coincide en este pensamiento tan esencial y cada vez más aplaudido, "quiero ver mis fotos dentro de 20 años y pensar que podría volver a llevar ese vestido".
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Últimamente estamos siendo testigos de un sustancial cambio en el que ya no quieren llevar un segundo estilismo, más bien uno transformable con el que poder jugar a lo largo de la celebración y darle más de una vida, ¡incluso después de la boda! "No quise optar por un segundo vestido, le pedí a la diseñadora que la cola me la pudiera quitar, que no fuera enganchada y así hice" cuenta sobre el que es ahora el traje más importante que cuelga de su armario. Y, otro detalle que no ha pasado para nada desapercibido por su gran belleza, es la doble elección de zapatos "opté por unas sandalias de rafia de Figara y luego me cambié a unas cuñas de Alhamas, ¡las más altas que encontré!".
Un peinado muy original
Siguiendo el estilo de su vestido, el maquillaje por el que se decantó fue natural "optamos por los tonos marrones, dándole importancia a la piel para que me durase toda la noche" asegura, porque, aunque la boda se celebrase en Pontevedra, ¡era verano!
En cuanto a su recogido, se trata de uno de los más sencillos a la par que originales que hemos visto últimamente, "no tenía claro hasta el día de mi boda lo que quería hacerme porque llevaba velo. Después de buscar mucha inspiración, decidimos hacer una coleta alta con ondas y anudar el velo sobre ella, para que no fuera tan clásico. Elegí a las chicas de MundoRossa, me habían hablado bien de ellas y tenían un gran equipo para atender a mi madre, a mis dos hermanas y a mí".
"Siempre estuvo en nuestros planes la idea de casarnos y poder formar una familia. Hay relaciones que son complicadas, pero la nuestra fue muy fácil" nos confiesa emocionada. Y seguir las tradiciones es un aspecto que la pareja tenía en mente, ella lo hizo cumpliendo con ese 'algo prestado' para aquel 28 de julio. "Llevé unos pendientes de oro blanco, brillantes y esmeraldas que son muy especiales, son una joya familiar" cuenta. Pero no fue la única pieza, lo completó con una media alianza de brillantes que le regaló, su ahora marido, cuando le pidió matrimonio tras dos años de noviazgo.
El ramo, un regalo muy especial
Hay quienes perservan su ramo de novia para tenerlo en casa toda la vida, otras que lo lanzan al aire hacia sus invitadas, pero también hay quienes se lo entregan a alguien especial, como hizo Ana. "El ramo fue un regalo de una de mis mejores amigas y se lo entregué a mi hermana melliza. Combinaba margaritas, hojas de eucalipto y alguna flor naranja que hacía juego con las flores de la Iglesia. Para ello confíe en el proveedor del Pazo de Señorans, Colín Floristería, ¡todo estaba mucho más bonito de lo que me podía haber imaginado!" confiesa.
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Una historia de amor entre videollamadas
Sus miradas se encontraron por primera vez por las calles de la capital madrileña, y desde ese instante todo cambió, aunque existía un gran reto entre ellos, ¡la pandemia estuvo de por medio! "Nos conocimos por un amigo en común, nos veíamos de vez en cuando porque solíamos salir por la misma zona en Madrid pero no fue hasta un año más tarde cuando empezamos a salir. Las videollamadas en el confinamiento hicieron que tuviéramos el tiempo suficiente para conocernos y después de quedar varias veces, ya no nos volvimos a separar" cuenta. Tras prometerse amor y fidelidad ante los ojos de Dios y sus amigos y familiares en el Monasterio de Santa María de Armenteira aquella lluviosa tarde de julio, se desplazaron hasta el Pazo de Señorans para seguir con la fiesta.
Ana es de Vigo y Alfonso de La Coruña, así que casarse en Galicia era la única opción que contemplaban, según nos cuenta. "Aunque vivimos desde hace muchos años en Madrid, y es donde pensamos seguir haciéndolo, para nosotros fue muy importante poder enseñarles a nuestros amigos madrileños un poco de nuestra tierra, ¡se quedaron enamorados de la zona y de la gastronomía! La comida fue clave en nuestra boda, todo el mundo nos lo recuerda" afirma riéndose.
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Vestidos, besos, música, flores, lágrimas, lluvia, amigos, familia... Un largo etcétera que ya marca la preciosa aventura de amor de esta pareja gallega afincada en Madrid. Y algunos de los recuerdos más especiales de aquel día fue "contar con la presencia de mi abuela y que nos casara un amigo del colegio de mi marido. Creo que todos los invitados también disfrutaron mucho de la ceremonia porque fue emotiva, divertida y cercana" nos afirma Ana.
Para hacer realidad la boda de sus sueños no necesitaron la ayuda de ninguna wedding planner, "contamos con la experiencia de las chicas del Pazo de Señorans y el catering Casa Román. Nos facilitaron mucho el proceso dándonos recomendaciones, proporcionándonos proveedores… Fue todo muy fácil". Pero lo más importante, el consejo que quieren trasladar a los futuros novios que están viviendo en este proceso tan intenso y bonito al mismo tiempo es "que nada les preocupe porque, como dice todo el mundo, ¡ese día pasa volando".
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Ana quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Vestido: Nuôt Atelier
- Zapatos: Figara y Alhamas
- Maquillaje: Mundo Rossa
- Flores: Colín Floristería
- Fotos: Petit de la Crème
- Catering: Casa Román
- Celebración: Pazo de Señorans
- DJ: R Música Djs
- Grupo de música: Insieme