Casarse en invierno ya no es sinónimo de boda económica. Antes, los novios que no querían/podían hipotecarse al darse el ‘sí, quiero’ buscaban celebrar su matrimonio entre los meses de diciembre y marzo. Aunque no es la época más popular, ya que la temporada alta se sigue llevando la palma, cada vez son más las parejas que optan por celebrar su boda en los meses más fríos, que también están llenos de magia y encanto.
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En primavera y finales de verano no es extraño que coincidan varios enlaces relevantes en el mismo día. Ahora también se puede dar esta circunstancia, puesto que contraer matrimonio en invierno se está poniendo de moda. Así ocurrió hace unos días, concretamente el último fin de semana de febrero, cuando se celebraron tres bodas muy aristocráticas en Madrid: las de Felipe Matossian Falcó, marqués de Pons y primo de Tamara Falcó, con Ina Morenés Allendesalazar ; Marta Urquijo Barreiros, bisnieta de la marquesa de Mondéjar, con Joaquín Marcos, y, por último, Blanca Zurita, sobrina de los duques de Soria, y Carlos Fernández-Rubíes.
Al igual que existen múltiples opciones para que las invitadas puedan combatir las bajas temperaturas sin renunciar a la elegancia, los diseñadores de moda nupcial ofrecen diseños y tejidos adecuados —lana, crepe, tweed— para las novias de esta época.
Marta Urquijo, prima de Teresa Urquijo, la prometida del alcalde de Madrid —se casa con José Luis Martínez Almeida el 6 de abril—, se decantó por una creación de Teresa Helbig, la diseñadora catañana que viste a “novias diferentes, reivindicativas y estilosísimas”, en sus propias palabras. El traje, de color blanco roto, manga larga, ceñido a la cintura y con falda de estilo princesa, tenía escote a la caja con efecto lágrima. Realizado en varias capas, la exterior estaba confeccionada en tul de seda con aplicaciones horizontales de raso, la misma textura que se empleó en las mangas, semitransparentes. La novia completó su look con una tiara floral de diamantes de su bisabuela la marquesa de Mondéjar, que llevaba prendida sobre el largo velo.
Ina Morenés Allendesalazar se sumó a la corriente actual del ‘lujo silencioso’, con un traje blanco, sencillo y atemporal, pero que sigue una de las tendencias más destacadas de la moda nupcial: el diseño desmontable . Se trata de una creación de Navascués, con un vestido de tejido ligero como base, con falda, sin cola, de línea ‘A’ y y manga francesa con botones en el puño. El toque invernal lo aportaba un chaleco de tweed con cuello camisero, cierre de cremallera y detalles desflecados, del que partía una sobrefalda en el mismo tejido, con gran abertura central. El detalle más personal del look de Ina estaba en el chaleco, en cuya parte trasea llevaba bordado un rayo, como guiño al rock, del que la novia es una apasionada.
Para darle el ‘sí, quiero’ a Carlos Fernández-Rubíes, hermano de la conocida influencer María Fernández-Rubíes, Blanca Zurita —que es ahijada de María Zurita, la hija de los duques de Soria— se puso en manos de Flor Fuertes, una de las diseñadoras de novias que se ha convertido en todo un referente entre las millennials . Su vestido, realizado en diferentes tipos de crepe de lana, un tejido muy adecuado para la época invernal, estaba formado por un cuerpo fruncido a mano, con cuello alto y volante en la cintura, manga larga en voile de lana, y falda de capa, de la que partía una sobrecola desmontable de cuatro metros de largo. Sobre su cabello, recogido en una coleta baja y pulida, llevó un velo de seda rústica.