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Inés, la novia murciana del abrigo bordado hecho con el vestido de su madre

Quiso adaptar el delicado look nupcial de su madre a su estilo personal, para lo que contó con la ayuda de la diseñadora Inés Lacasa


27 de febrero de 2024 - 9:57 CET
© Mateo López Foto

Inés y Martín se conocieron durante su etapa universitaria en Madrid, donde ambos estudiaban a pesar de que ninguno nació en la capital. Lo suyo, como nos cuenta ella, fue un auténtico flechazo que acabó en un 'sí, quiero' doce años después de aquella primera fiesta. Desde que comenzaron a preparar su enlace, esta murciana supo que quería llevar el vestido de novia de su madre en su gran día, aunque al final recurrió a la diseñadora Inés Lacasa para que creara un nuevo diseño aprovechando elementos muy reconocibles de aquel look nupcial.

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© Mateo López Foto

El caso de Inés no es el de esas mujeres que tienen muy claro desde el principio cómo les gustaría que fuera su vestido de novia. "No tenía una idea definida del diseño. Desde pequeña miraba el álbum de fotos de la boda de mis padres y me parecía que mi madre estaba radiante. Tengo la suerte de poder disponer de bonitas prendas, complementos y accesorios de ella, siempre me ha gustado su estilo. Me ilusionaba la idea de ponerme su vestido, la cuestión era cómo" nos cuenta. Para ella, era prioridad conservar las piezas originales, ya que se trata de un diseño exclusivo de Alta Costura con pedrería bordada a mano de los años 80, "una auténtica joya", como ella misma explica.

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Un proceso muy emocionante

Esta novia partía de la idea de utilizar el vestido de su madre sin realmente tener una idea clara de cómo iba a ser el proceso de adaptarlo a su propio estilo. Para ello, recurrió a la diseñadora Inés Lacasa. "Lo tuve claro desde el primer momento que supe que me casaba. Había seguido sus pasos por redes sociales y me encantaba su concepto de costura artesanal y consciente, por eso deposité mi confianza en ella. Sabía que era la diseñadora idónea para convertir y adaptar el vestido de mi madre a mi estilo conservando la parte superior intacta. La considero la mejor en la combinación y mezcla de telas y texturas. En mi vestido trabajó el satén, la gasa de seda, la organza y la pedrería".

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Si el proceso de creación de un vestido de novia es siempre algo precioso y emotivo, cuando el diseño cuenta con una historia personal tan bonita, los sentimientos se multiplican por mil. Como no podía ser de otra manera, la madre de Inés estuvo muy presente a lo largo de este camino, y, de hecho, fue ella la que insistió en que tuviera su propio vestido y no llevara el suyo tal cual. Una vez definido el concepto, Inés Lacasa realizó varios bocetos y modificaciones.

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Vestido 'dos en uno'

El resultado fue un look desmontable protagonizado por un vestido blanco satén con talle alto, escote en pico, cuerpo drapeado en gasa de seda con en formas romboidales y finas tiras de pedrería que se prolongaban haciendo las veces de tirantes, así como cierre con botonadura forrado del mismo tejido.

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Sobre este modelo de líneas clásicas y elegantes, llevó un abrigo ligero fabricado a base del tejido del vestido de su madre, decorado con delicados motivos de paisley con pequeños cristales bordados. Se trataba de una pieza en organza de seda de doble capa con casi tres metros de cola, manga francesa y puño abullonado.  

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Accesorios con historia

El vestido no fue el único homenaje de Inés hacia su madre, sino que también quiso llevar unos pendientes suyos. Se trata de un par alargado en forma oval en oro blanco y joyeros. Además, el manto que llevó a modo de velo guarda asimismo una historia muy especial: “Cuando supo que estaba embarazada de mí allá por 1989 quiso hacerme un regalo, el manto. Fue muy emocionante cuando le dije que quería ponérmelo el día de mi boda. Está bordado a mano en seda natural con diseño floral, acabado en ondas de 4 metros de largo”.

En cuanto a los zapatos, llevó uno par destalonado con tacón a media altura en color blanco roto de Mascaró.

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Para Inés, este look cumplía a la perfección con lo que buscaba, sentirse identificada con las prendas y complementos que iba a llevar y que, con el paso de los años "sintiera que le gustaba más que incluso cuando los eligió". Como nos cuenta, le gustan las tendencias en el mundo de la moda, pero, en cuanto a su vestido de novia, no quería seguirlas, sino apostar por una línea atemporal.

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Un ramo delicado de tendencia

Como ramo, eligió un bouquet en tonos verdes y blancos, tendencia en auge entre las novias más elegantes. Estaba compuesto por lisianthus y con un toque de astilbe como preámbulo otoñal, como nos explica, y forrado con tela de organza de su vestido. Para rematar, llevaba prendida la medalla de la Virgen de la Fuensanta, patrona de Murcia, de donde es Inés. Para que todo tuviera conexión, unificó el resto de la decoración floral del evento -iglesia, celebración, seating y salón de la fiesta- en estos mismos tonos.

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Un look de belleza muy sofisticado

Tan importante como el vestido es el look de belleza, y el objetivo de toda novia es verse más guapa que nunca pero sin disfrazarme, algo que comparte Inés. "Llevé un maquillaje muy acorde a mi forma de maquillarme. Era un día muy especial y quería que se me viera natural, que me resalta la mirada y no tuviera que estar retocando continuamente. La maquilladora me preparó muy bien la base de la piel, me aplicó los tonos que me favorecen y consiguió satisfacer mis deseos. Con respecto al peinado, opté por un recogido a media altura donde habría que prender el manto y me diera seguridad al caminar".

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Segundo look para la fiesta

Tanto el peinado como el vestido se transformaron justo antes de cortar la tarta. "Se convirtió en segundo look tras quitarme el abrigo y el manto antes de cortar la tarta; me solté el recogido y me quedó la melena con ondas de agua, me puse unas peinetas de nácar blancas, unos guantes de tul blancos realizados por la diseñadora, y unos botines blancos cómodos para la fiesta complementado con un bolso de perlas blancas para mi labial favorito".

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Inés y Martín llevaban media vida juntos cuando se prometieron. Se conocieron durante su época universitaria, cuando ambos vivían en Madrid (a pesar de que él es de Córdoba y, ella, de Murcia). "Nos presentaron y hablamos durante toda la velada, conectamos desde el primer momento, podríamos decir que fue un flechazo. Empezamos a quedar, seguir conociéndonos y después vino formalizar la relación. Al finalizar los estudios, el trabajo de Martín durante varios años fue en el extranjero, así que nos veíamos una vez al mes, y cada despedida era emocionante planificando nuestro siguiente encuentro. Por las circunstancias de mi trabajo en Murcia, dimos un pasito más, contemplar establecernos en la misma ciudad para seguir con nuestro proyecto de vida" nos cuenta, emocionada.

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Después de doce años de amor, había dado tiempo a hablar de boda en muchas ocasiones, pero, aún así, para Inés fue una sorpresa que Martín se arrodillara. "Mi sueño era casarme llegado el momento, y el momento llegó porque los dos pensábamos de la misma manera. Hablamos del tema en algunas ocasiones y ahí quedaba sin saber muy bien del mejor momento. En un viaje a París pensé que era el día en que me lo pediría y resultó que no. Posteriormente hicimos un viaje improvisado a Lanzarote, y para mi sorpresa, durante una cena muy romántica y tranquila me hace la pregunta de si quiero casarme con él, desde entonces ese día es uno de los momentos más felices de mi vida".

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Lugares emblemáticos de su ciudad

Después de unos meses de preparativos junto a sus padres y María M. Zamora wedding planner del Real Casino de Murcia, época que esta novia recuerda como "un proceso intento pero precioso", la pareja se dio el 'sí, quiero' el 30 de septiembre de 2023. Para ellos, el reto era "que los invitados se llevaran recuerdos muy positivos". Eligieron el Monasterio de Santa Clara la Real para la ceremonia religiosa, y el Real Casino de Murcia -edificio ecléctico declarado Bien de Interés Cultural (BIC)- para la celebración posterior.

"Elegí una decoración floral elegante y femenina: con verdes, hortensias y lisianthus blancos, astilbe con toques en rosa y granate dispuestos en jarrones antiguos repletos de flores en la entrada elevadas sobre peanas sencillas que vestían el camino de acceso con la alfombra roja" nos cuenta acerca de la ceremonia. "El sacerdote hizo inolvidable el sacramento del matrimonio junto con el repertorio de música clásica que elegimos".

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Tras el 'sí, quiero' ofrecieron un cóctel amenizado por un grupo de jazz y un prestidigitador, un toque sin duda especial para sorprender a los invitados.

Siguiendo la misma tónica floral de la iglesia, idearon la decoración de la celebración, minimalista y cálida.  "Teníamos mesas alargadas vestidas con tela beis adamascada con candelabros plateados y centro de flores elevados que no obstaculizan la vista y facilitan la comunicación en la mesa entre los invitados, minuta y regalos para ellos y ellas" relata. Para el protocolo de mesas, se decantaron por asignarles nombres de los países que habían visitado durante su noviazgo.

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"Me gustan las tradiciones" nos confiesa Inés. Por lo tanto, no sorprende que no quisiera prescindir del momento de cortar la tarta junto a su ya marido. Después de ese momento, abrieron el baile y llegó la barra libre y la fiesta "hasta que el cuerpo aguantó" cuenta. No faltó detalle: flores, velas, candy bar, glitter station, fotomatón, luces, disfraces, máscaras, diademas, coronas, bailarines ¡y recena!

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Cuando le preguntamos por los consejos para futuros novios, lo tiene claro: "Que disfruten de los preparativos y que tomen, lo que mi marido y llamamos 'fotos visuales' de cada momento. En momentos puntuales cogidos de la mano, comentábamos 'qué felices estamos, qué contenta se le ve a la gente, qué bonito esta todo'. Mi consejo es que intenten tomar conciencia de cada momento porque es un día mágico y ese día pasa volando".

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Inés quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:

  • Diseñadora: Inés Lacasa
  • Zapatos: Mascaró
  • Fotógrafo: Mateo López Foto
  • Celebración: Casino Real Murcia

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