La historia de María, la novia que se casó en Huelva con un vestido de escote barco y tiara familiar

Sintió un flechazo al probarse un diseño con la espalda al aire y sobrefalda de tres metros de Rosa Clará

13 de febrero de 2024 - 9:36 CET13 feb 2024 - 9:36 CET

Nuestros protagonistas del hoy viven en un pueblo onubense de no más de 3.000 habitantes, hace doce años el destino quiso que cruzaran sus miradas por primera vez, ¡y lo demás es historia! Así surgió la chispa entre María y José Manuel, que se prometieron amor eterno el 19 de agosto de 2023 en Paterna del Campo, el lugar que le ha visto crecer. El camino para dar con su traje de ensueño, ese con el que llevaba soñando desde pequeña, no estaba siendo nada fácil, pero un inesperado 31 de diciembre lo encontró. "Un vestido de novia tiene que ser, ante todo, la representación de la persona y su personalidad. Tienes que sentirte guapa y especial. En mi caso, me sentí como una princesa todo el tiempo" nos confiesa.

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Ante tantas ideas que nos encontramos sobre la pasarela y las redes sociales, esta novia estaba perdida y no sabía qué tipo de diseño quería llevar para el gran día. "Siempre que soñé con el día de mi boda, me imaginé entrando en la iglesia con una larga cola. Pero, sin embargo, en el momento en el que comencé la búsqueda del vestido de mi vida, fui consciente de que no lo tenía claro. Antes de encontrar el elegido, me probé alrededor de 20 vestidos de diferentes diseños, siluetas y escotes. Mi principal problema es que me veía muy guapa con muchísimos, pero no sentía esa cosilla que te cuentan las amigas que ya se casaron" explica.

"Cuando en redes buscaba algo de inspiración, aún me sentía más perdida, ya que los diseños que más me llamaban la atención, al verlos en persona, me decepcionaron bastante". Algo que suele suceder cuando nos dejamos llevar por las tendencias punteras y no nos dejamos aconsejar por los expertos en moda para saber qué es lo que realmente le favorece a cada una. Pero hay una señal que marca por completo la diferencia en las pruebas de vestuario, y es cuando te enfundas en una pieza que parece estar creada especialmente para ti, aquella con la que sientes un flechazo. María lo vivió en plenas vacaciones de Navidad, a unas horas de comerse las doce uvas en familia, ¡como si fuera un regalo caído del cielo!

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La elección de María aboga por el binomio perfecto entre la simplicidad y esa pincelada aristócrata que está tan de moda estas últimas temporada. Se trata de un vestido sencillo de corte A de Rosa Clará, con un sofisticado cuello barco que dejaba a la vista parte de los hombros y la clavícula, preciosas mangas afrancesadas y escote a la espalda que rozaba la altura de la cintura. "Siempre quise ir sencilla, creo que es la fiel representación de mi estilo, y las mangas del vestido me enamoraron. Como nuestra boda fue en verano, quería algo ligero, pero siempre me han gustado las mangas largas, creo que dan más elegancia, y las que elegí fueron perfectas".

Un toque de alto impacto

Uno de los detalles que nos han enamorado es su larguísima cola con la que protagoniza imágenes dignas de una película romántica de Hollywood recorriendo el recinto en el que celebraron por todo lo alto el amor. "Sobre el traje opté por añadir una sobrefalda de más de tres metros de largo de seda natural 100%, con un microgipur muy fino en la cintura" nos explica.

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Pero lo que sí tenía por seguro es no quería ir velada, una tendencia que poco a poco va cobrando más protagonismo y que seguiremos viendo a lo largo de las bodas de este 2024. "Uno de los momentos más especiales de ese día era bajarme del coche y ver los rostros de mis familiares y, sobre todo, recordar toda la vida la sensación de recorrer el pasillo hacia el altar para encontrarme con mi persona favorita". Un instante único e irrepetible que guardará para siempre en su memoria. "Elegí por ello, un velo de seda natural liso, y así poder darle todo el protagonismo a mi complemento principal, la tiara que llevé ese día, con un significado muy especial para mí". A pesar de lo que podamos imaginar, la elección de las joyas es una de las más complicadas y María supo encontrar el equilibrio perfecto añadiendo piezas únicas que no desentonaron y creando una imagen inolvidable.

En cuanto a los accesorios, como bien nos mencionaba, fue una de las elecciones más especiales para crear el vestido de sus sueños al completo. "Mis complementos fueron simbólicos. Llevé algo nuevo, mi vestido y zapatos; algo prestado y azul, que fueron los pendientes de mi abuela paterna y su pulsera; y el algo viejo, que fue el más especial de todos. El tocado trasero de porcelana con el que mi madre se casó 40 años antes, lo convertimos en una tiara". Piezas con una preciosa historia detrás con la que María brilló en su gran día.

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El accesorio que marcó el look

"El primer accesorio que elegí fue la corona. Conocí a Rocío Aguado by Garanza en Instagram, fui a una pequeña feria de bodas que organizan en Sevilla para conocerla y fue la que me convenció, al probarme diversos estilos y ver mi vestido, que el complemento que más me favorecía era la tiara y no un tocado trasero. Es la única opción que tenemos para ponernos este complemento tan especial. Por ello, concretamos una cita en su taller dos semanas después". Son bastantes las novias que últimamente la suman a su look, ¿será una microtendencia en alza?

Tras disfrutar de una tarde familiar viendo el ábum de fotografías de la boda de sus padres, se les ocurrió la gran idea: reconvertir el tocado de su madre para llevarlo a la actualidad. "Fueron las pruebas más bonitas, incluso más que las del vestido. Es difícil explicarlo, pero mi boda fue justo cuatro días después del 40º aniversario de mis padres. El saber que iba a llevar una pequeña parte de su boda y de mi madre era muy especial para mí" confiesa emocionada. La artesana logró darle una nueva vida a esta joya familiar y añadió un broche central de plata envejecida que daba protagonismo a la pieza. "Rocío tiene unas manos de oro, consiguió lo que nunca nos hubiésemos esperado".

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Además, lució otras piezas prestadas siguiendo las tradiciones. "Llevé las joyas de mi abuela paterna, con las que mi tía también se casó. Los pendientes constaban de un zafiro central rodeado de diamantes, conjunto a la pulsera. Fue un recuerdo muy bonito ya que ella falleció hace unos años y creo que le hubiese encantado".

El look de belleza

Dejando el foco principal en la tiara, María se decantó por un maquillaje muy natural de la mano de Marina Campos. "En mi día a día no me maquillo, ya que en la consulta (soy odontóloga) me lavo la cara cada 5 minutos. Los fines de semana sí que me maquillo un poco, pero me encanta que sea natural y poder ver mis pecas". Y, en cuanto al cabello se refiere, confió en su peluquero de hace mucho tiempo, Miguel de Cruz. "Tras las pruebas, vimos que lo que más favorecía a mi vestido era un recogido para poder tener la espalda libre, y al tener muchísima cantidad de pelo elegimos una trenza recogida que luego me soltaría para la fiesta, y así poder tener doble look".

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Entre todas las opciones que tenía a su alcance para decantarse por quien sería la marca o diseñadora que la vestiría para el día con el que soñaba desde que era pequeña, confió en el prestigio y la exquisitez de Rosa Clará. "Conocía la firma y siempre me ha gustado mucho. Sin embargo, tras ver los diseños que había en la web, no encontré ninguno que me llenara al completo. Visité la firma Rosa Clará porque mi madre insistió en que no perdiera la cita ni me desanimara. De hecho, estuvimos a punto de no ir, ya que la única que tenían disponible era el 31 de diciembre. Yo comencé a buscar atelier para la confección de un vestido a medida, pero mi madre insistió" nos cuenta divertida, y continúa relatándonos esta aventura. "Dejamos toda la cena de Nochevieja preparada el día antes para no agobiarnos y ¡fue todo un acierto!".

Su experiencia, al igual que la de la mayoría de las novias, guarda magia e ilusión, así nos lo explica emocionada la que fue una de las Navidades más memorables de su vida. "Mi asistenta Mari Ángeles, al ser un día festivo, cerró la tienda para mi familia. Fue el primer vestido que me probé, ¡sentí que era el mío! Me vi entrando en la iglesia con él, no necesitaba nada más, ni maquillaje, ni peluquería, con él me veía preciosa. Me acompañaron mi madre, mi hermana, mi tía y mi cuñada, estuvieron de acuerdo en el diseño, les encantó tanto como a mí, y para celebrarlo... ¡Empezamos la fiesta de Nochevieja un poco antes de tiempo!".

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Para esta odontóloga onubense que se ha convertido en una de nuestras novias clásicas más elegantes de la temporada, lo más importante a la hora de elegir el vestido fue verse guapísima y no escuchar opiniones ajenas al resto, escuchar a su instito y ser fiel a si misma. "Lo esencial es sentirte identificada con él y no disfrazada. No pretender agradar a todo el mundo, ya que ese día está hecho para disfrutarlo al máximo y pensar en ti misma, y no en los demás".

Más de una década de amor

La historia de José Manuel y María es de aquellas en la que el destino juega muy bien, ¡y todo comenzó en una iglesia! "Nos conocimos hace casi 12 años. Somos del mismo pueblo de Huelva, pero no habíamos coincidido, o al menos reparado el uno en el otro antes. Todo comenzó la primera vez que nos vimos en la misma parroquia donde nos hemos casado. Era el día en el que yo hacía mi confirmación, y también su hermano, que es de mi misma edad. Al principio nadie pensó que llegaría a buen puerto, ya que él es ocho años mayor que yo, pero en situaciones como esta te das cuenta que el amor no entiende de edad. Mi padre fue su profesor en el colegio ¡y nunca pensó que acabaría con su hija! Sus padres se llevaron las manos a la cabeza por la diferencia de edad; en casa yo no tuve tanto problema, mi padre es nueve años mayor que mi madre y sí que lo entendieron".

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Una historia de película

Cuando el amor habla, lo demás queda en un segundo plano y ellos son un buen ejemplo de ello. "Lo cierto es que somos súper parecidos y congeniamos muy bien a la primera. A día de hoy, puedo decir que es mi persona favorita, mi mejor amigo, el que me hace reír todos los días y me apoya hasta el infinito y más allá" declara emocionada.

La localización fue otro de los sueños cumplidos de nuestra novia, ya que estaba enamorada del lugar desde su infancia. Sellaron su amor etenerno en la Parroquia San Bartolomé, donde inició su romance hace más de una década mediante el rito Hispano-Mozárabe con velación y bendición nupcial.

Lo celebraron junto a la familia e invitados en la Hacienda los Parrales en Sanlúcar la Mayor, que se convirtió en el mejor escenario bajo una iluminación preciosa y un show de fuegos articiales con la entradas de los novios al banquete. Y otra de las decisiones más importantes es la canción de su primer baile, y la pareja se decantó por el tema Perfect del artista Ed Sheeran. "Fue otro momento muy emotivo, creo que fue la penúltima vez que lloré ese día, ya que la última fue al llegar a casa y pensar que viví el mejor día de mi vida y lo agradecida que estaba con todo el mundo por hacerlo posible".

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