Celebrar una boda siempre es una mezcla de nervios, emoción y, la primera prueba de fuego, en la que las dos familias colaboran en conjunto para crear la celebración que los novios siempre han soñado. En el caso de Patricia y Guillermo se casaron en Segovia, en una ceremonia campestre llena de culturas. Ya que, según nos cuenta Patricia: “Mi marido es Colombiano, por lo que las costumbres difieren… poder hacer una boda que integre ambas culturas fue lo más bonito.”
Esta entrañable pareja se conoció en Boston, mientras ambos estudiaban un MBA, el amor surgió y sellaron su noviazgo con una bonita pedida en Nueva York. El vestido de Patricia lo realizó Navascues y estaba cargado de detalles. Ella quería un diseño de inspiración bucólica y la firma española realizó este mágico resultado. Con cuerpo de nido de abeja, flores bordadas y escote bardot, puro romanticismo.
Para los zapatos, Patricia hizo un guiño al país de su marido, Colombia, se los hizo a medida allí y, como algo prestado, el espectacular choker de su abuela, una preciosa gargatilla de perlas con una abeja central como broche. Todos ellos, ingredientes de éxito para una vivir esta boda cargada de estilo y amor.