La boda de Natalia se produjo en dos actos: por la mañana, los novios se dieron el ‘sí, quiero’, en una ceremonia íntima en la Iglesia de Santa Bárbara con los familiares más cercanos; y por la tarde en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa. Hicieron una misa de acción de gracias, donde se celebró la cena y la fiesta. Para ello, Natalia necesitó tres vestidos y Encinar Brand los hizo realidad: “Fue una locura, pero muy divertido todo el proceso con Fabio y disfruté mucho las tardes que pasamos mi madre, mi hermana, mi tía y mi prima hablando de los vestidos, recopilando ideas. A todas les encanta la moda y sabía que iban a disfrutar del proceso tanto como yo”. Natalia y Gonzalo se conocieron por casualidad, típica noche en la que, de primeras, a Natalia no le apetecía salir de fiesta. Tras coincidir dos noches seguidas, Gonzalo escribió a Natalia y el resto, como muestran estas imágenes, es historia. La pedida de mano la vivieron en Lanzarote, tras una escapada sorpresa: “Para mí no era nada raro en él porque siempre ha habido viajes, así improvisados, pero todas mis amigas sospechaban”. Tras el sí, llegaron los preparativos. Los novios tenían claro que querían casarse en el Monasterio, sin embargo, puesto que su Iglesia no está consagrada y algunos familiares no iban a poder asistir, decidieron dividir la celebración en dos espacios distintos. Así, Natalia y Gonzalo pudieron disfrutar de la suerte de celebrar una boda pequeña, por la mañana, y lo extraordinario que resulta juntar a todos tus seres queridos y bailar hasta el amanecer.
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DÍA INOLVIDABLE
Natalia y Gonzalo disfrutaron de su gran día como los que más y pudieron disfrutar de la elegancia que impregna las bodas de día y la sofisticación cuando cae la noche.
LA IGLESIA
La ceremonia religiosa fue en la céntrica y emblemática Iglesia de Madrid, Santa Bárbara.
LOS ZAPATOS
Natalia trabajó muchos años para Manolo Blahnik, así que optó por un modelo del mítico diseñador.
INVITADAS LLENAS DE COLOR
Las invitadas a la boda de Natalia y Gonzalo lucieron preciosos looks llenos de tendencia y elegancia.
LA NOCHE
Al caer el sol, la boda continuó en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa. Para los novios era un sueño poder casarse allí y, aunque no estaba consagrada, Natalia nos ha confesado que el Padre James hizo una misa de acción de gracias superamena.
COMIENZA LA AVENTURA
La salida de los novios después de haberse dado el ‘sí, quiero’ es uno de los momentos más especiales.
LA MADRE DE LA NOVIA
La moda le apasiona tanto como a Natalia. Por ello, disfrutó de este evento tan especial de su hija, sobre todo en el proceso de creación de los tres vestidos de la novia.
LAS FLORES
El ambiente mágico y floral estuvo a cargo de Floreale, donde, a excepción del ramo de novia, hubo mucho color.
LA ORGANIZACIÓN
Las chicas de Cashmere events fueron las encargadas de ayudar a Natalia y Gonzalo para recrear su boda perfecta. Se encargaron de la coordinación y decoración.
EL TERCER VESTIDO
Natalia hizo un tercer y último cambio de vestido, apostando por un moderno diseño mini de manga asimétrica y un maxilazo en el hombro. ¡Estaba lista para darlo todo en la pista de baile!
UN DÍA DE EMOCIONES A FLOR DE PIEL
LA FIESTA
El grupo Naked Family y el DJ Kike Verdeal fueron los encargados de poner ritmo a la noche.