La primera colección de vestidos de cóctel que lanzaron Paloma Cuevas y Rosa Clará a principios de 2022 fue un éxito. Tanto que la empresaria andaluza y la diseñadora catalana han vuelto a unirse para una nueva propuesta pensada para "ilusionar y disfrutar de la vida". Diseños muy femeninos, elegantes y sofisticados que buscan realzar la belleza natural de la mujer porque, como explican desde el departamento de comunicación de la firma, esta colección está dirigida a una mujer "que quiera gustar y que busca diseños con los que dejar huella".
Crepés y muselinas para el día
El crepé, por su versatilidad y el poder de favorecer la figura, se ha convertido durante años en uno de los tejidos emblemáticos de Rosa Clará. Por eso no sorprende que esté también presente en esta propuesta. Paloma Cuevas lo reinterpreta para dar forma a diseños de fiesta de silueta recta, en los que los colores vibrantes como el rojo o el fucsia son los protagonistas. La elección de estos tonos no es casual. Andalucía y, más concretamente, Córdoba, han inspirado esta colección y eso se deja entrever en el colorido y también en los detalles que hacen único cada vestido. Y es que, además de mangas-capa de georgette, que dan un aire etéreo a las creaciones, cinturones metálicos, espectaculares broches y collares de pedrería aportan magia y luz a los diseños.
Junto a estos vestidos conviven otros, más románticos y ligeros, confeccionados en muselina de seda. Un tejido de gran calidad que, por sus atributos, es especialmente femenino y delicado. Eso sí, Paloma no se conforma con dejarlo caer sin más sobre el cuerpo. Ha apostado por plisados que ayudan a realzar la figura, escotes de tendencia, como el deep plunge, de barco o asimétrico, que aportan sensualidad a las prendas, e incluso ha añadido mangas-capa que dan como resultado prendas tan especiales como la que ella misma llevó en la boda de Daniel Clará y Anne-Marie Colling el pasado junio y con la que se convirtió en una de las invitadas más elegantes.
Pedrería y lúrex para la noche
Esta colección cuenta también con diseños más sofisticados, pensados para eventos de noche. En esas ocasiones el lúrex, en colores como azul marino, verde o petróleo, se convierte en el tejido preferido que gana sofisticación gracias a la pedrería bordada. En cuanto a los patrones, los cuerpos se entallan y aparecen detalles como hombreras marcadas, nudos o favorecedores drapeados siempre ubicados en zonas estratégicas.
También hay un vestido en raso satén, un tejido muy especial que, gracias a su espléndida caída y a que está realzado por un drapeado lateral y un escote asimétrico, es el gran representante del espíritu de esta colección pensada para ilusionar y disfrutar de la vida.