Si te gustan las bodas (y si estás leyendo este artículo es más que probable que sea así) y sueles consumir este tipo de contenido en redes sociales, seguro que desde hace unas semanas los enlaces de inspiración navideña se han apoderado de tu feed. Cada vez es más frecuente que las parejas elijan el mes de diciembre para su 'sí, quiero'; un mes que, aunque frío, está lleno de magia. Sin embargo, no hace tanto tiempo que se empezaron a celebrar este tipo de bodas de forma más habitual. Laura, una de las wedding planners de Fit for weddings fue una de las "pioneras". Se casó en diciembre de 2019, poco antes de que estallara la pandemia y dentro de poco hará cuatro años de casada. Luego está Cristina Reyes, que el pasado año contrajo matrimonio con Jorge (el 17 de diciembre, ayer fue su aniversario) y su boda no tardó en hacerse viral. Hablamos con ambas sobre cómo es esto de casarse rodeadas de la magia de la Navidad.
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Por qué casarse en diciembre
Como decíamos al principio del artículo, diciembre no es (o no ha sido) el mes preferido por la mayoría para celebrar su enlace. Hasta hace algún tiempo, la temporada alta de bodas comenzaba en primavera y terminaba a mediados de octubre. Sin embargo, como nos explica Laura, esa estacionalidad se ha roto. "Ahora prácticamente ya celebramos bodas durante todo el año. Es cierto que la pandemia impulsó un poco que se tuvieran que celebrar bodas a lo largo de todo el año, básicamente porque se iban aplazando poco a poco y no había alternativas. A partir de 2019, empezaron a gustar las bodas inspiradas en la Navidad y para nosotras ya son un must, de hecho este año hemos tenido tres bodas en diciembre, cada una muy diferente de la otra, pero todas todas con esa magia que transmiten estas fechas. Por nuestra experiencia son bodas muy emotivas y entrañables".
En su caso, nos confiesa, la elección de la fecha fue un poco casualidad. "Hace cuatro años era algo bastante atípico. No había casi bodas en Navidad y fue una decisión rápida, aunque siendo muy conscientes de ello. Mi actual marido justo tenía varios días de descanso de entrenamientos y me propuso celebrarlo. Hablamos con Emi & Antonino del Grupo Peñalen y nos dijeron que tenían la fecha libre en la Huerta de Peñalen, así que les confirmamos y ahí empezó la cuenta atrás".
Mucho más meditada fue la decisión de Cristina. La estilista, íntima amiga de Tamara Falcó, nos cuenta que siempre había querido casarse en pleno invierno. "Teniendo en cuenta que mis padres y mis suegros se casaron en el mes de diciembre, a nosotros nos pareció maravilloso hacerlo tradición", asegura.
Bodas llenas de magia y con una decoración preciosa
La boda de Cristian se celebró apenas una semana antes de Nochebuena, por eso tuvo claro que quería que toda la decoración tuviera un guiño a estas fiestas. "Tenía muy claro que para la iglesia quería una decoración que fuera muy navideña, con guirnaldas en los bancos, que mis damitas y pajecitos también llevaran guirnaldas en las manos, que hubiera un gran arco de verdes de invierno con toques de frutos como ilex, granadas y piñas, y muchas flores de pascua tanto en el altar como en la entrada, todo maravillosamente creado por Naranjas de la China".
Muy especial fue también la decoración que eligieron para La Borda del Mentidero, el espacio en el que tuvo lugar la celebración. "Aquí quería que fuera más sutil el toque Navidad, jugar con el rojo como único protagonista", nos cuenta. Para ello crearon un gran camino de paniculata roja que recorría de extremo a extremo, desbordándose hasta el suelo, las tres mesas imperiales de espejo que eligieron. "La paniculata es mi flor favorita y me representa muchísimo, pero estamos acostumbradas a verlas en blanco y yo quería que fueran rojas. No sabía si iba a ser posible y cuando Laura, de Naranjas de la China, me dijo sí, me hizo la más feliz", asegura Cristina.
La boda de Laura fue el día de los Santos Inocentes, el 28 de diciembre, y tenía muy claro que quería "una boda inspirada en Navidad, que no navideña". La wedding planner nos explica que había imaginado todas las mesas con manteles de cuadros escoceses, pero los proveedores no tenían ese tipo de diseños. "Nos reunimos en el showroom de La Guinda de Tu Fiesta con sus socias y decidimos confeccionarlos expresamente para la boda. Nos gustó también la idea de confeccionar unos mandiles para los camareros del mismo tejido y así lo hicimos. Nos cosieron 200 servilletas en tejido tartán y verde y todos los manteles de la boda. Todo a contrarreloj claro, pero en realidad fue un proceso bastante tranquilo".
De la decoración floral, tanto de la iglesia como de la finca, se encargaron desde Flores la Tartana. La selección floral fue una combinación de ilex, tulipanes, alstroemeria, safari sunset, malus, grevillea, roble, hipericum, rosas, pino y tuya que permitió unificar los tonos de los centros florales para crear esa esencia cálida y acogedora de la Navidad.
Pero si algo caracterizó este enlace es que estuvo plagado de rincones especiales. En el aperitivo había un enorme trineo de madera y renos y un gran bodegón floral con velas y candelabros. Como antesala al almuerzo, y para que los invitados encontrarán su ubicación en las mesas, un seating plan de coronas navideñas. Un enorme árbol de Navidad presidía el salón principal y, durante la entrada de todos los convidados, sonaban clásicos navideños. "Uno de los rincones más especiales fue el coche decorado con regalos donde todos los invitados querían hacerse fotos", añade Laura.
Dos bodas muy observadas
Si algo tienen en común ambos enlaces, además de la época en la que se celebraron, es que fueron muy observadas por las profesiones de las novias y eso a veces suma cierta presión. "la verdad es que aunque sabía que mi boda, especialmente mis looks —recordemos que llevó un maravilloso diseño de Jorge Vázquez para la iglesia y un vestido smoking de Pronovias para la fiesta— se iban a mirar con lupa, por mi trabajo. Con la decoración, y todo lo demás, sentí la misma presión que todas las novias que quieren que todo salga perfecto ni más ni menos", se sincera Cristina. Tal vez por eso, la estilista se sigue alegrando especialmente cuando a Jorge y a ella los invitados les sigue recordando lo bien que lo pasaron, lo bien que comieron y lo mucho que bailaron ese día.
Laura nos cuenta que ella también sintió cierta presión. "Generalmente se cree que cuando llega tu momento ya sabes exactamente qué hacer, pero la realidad es que no fue así. A muchas compañeras del sector con planes de boda les ha pasado exactamente lo mismo. En nuestro caso teníamos mucho más claro todo lo que no queríamos que todo aquello que íbamos a planificar. Nosotras siempre decimos que lo más importante en una boda es que los invitados coman fenomenal y se lo pasen muy bien. Que esté bonito siempre no damos por hecho, cada boda en su estilo claro", asegura la wedding planner. Y eso fue lo que hicieron, centrarse en disfrutar.