Para cualquier novia debería ser un éxito que, el día de su boda (y en los meses posteriores), todos sus familiares y amigos le digan que no la imaginaban con otro vestido, que ese diseño es "muy ella" y que representa totalmente su estilo. Y es que esas frases son sinónimo de éxito. Eso es lo que le sucedió a Teresa, que para su gran día se decantó por un vestido sencillo y atemporal firmado por Lorena Merino con el que no se pudo sentir más cómoda.
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Un vestido de novia clásico y atemporal
Teresa nos cuenta que desde el primer momento tuvo bastante claro el tipo de diseño que buscaba. "Sabía que quería un vestido clásico, de líneas rectas y manga larga, con escote delantero cuadrado y que le diera protagonismo a la espalda. También me hacía ilusión llevar velo y cola. Siempre me han gustado los diseños minimalistas, elegantes, sin grandes adornos, que el protagonismo fundamental lo tuviera la novia". Por eso, cuando descubrió los diseños de Lorena se quedó encantada.
La novia nos cuenta que su primer contacto con los trajes de novia de Lorena Merino se produjo tras visitar a María y Cristina, de Maison Portocale, una boutique murciana multimarca con colecciones de diseñadores en exclusiva. "Lo tuve claro. Ellas supieron captar desde el primer momento lo que quería y plasmarle a la diseñadora mis ideas. Estoy muy contenta de mi elección, el vestido fue tal cual lo había imaginado".
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El vestido de Teresa era sencillo, clásico y atemporal. Se trataba de una prenda con escote cuadrado tanto en la zona del pecho como en la espalda, aunque mucho más pronunciado en esta zona. Tenía manga larga, falda de silueta A modificada y una bonita cola desmontable de la que la novia prescindió durante la celebración para estar más cómoda.
Su madre, en la imagen, lleva un vestido del diseñador murciano Javier Mármol y unas perlas barrocas creación de José Luis Joyeros.
Un look tan sencillo y clásico pedía a gritos un complemento que la novia no dudó en llevar: el velo. Teresa lució un diseño de tul que, en el momento de entrar a la iglesia, colocó sobre su rostro.
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Aunque su intención no era llevar un segundo vestido, la novia nos explica que un día, buceando en internet, dio con un diseño del que se enamoró rápidamente. "Encontré un vestido de Max Mara estilo cuello halter y una espalda muy bonita. Pensé que era un look diferente y cómodo para la fiesta, después de llevar todo el día el vestido de manga larga. Me alegro de haberlo elegido pues me sentí muy favorecida y disfruté muchísimo el baile. El segundo vestido gustó y sorprendió mucho entre mis amigas, a la mayoría no les había dicho nada pues no tenía claro que fuera a cambiarme hasta el último momento".
Accesorios sencillos para un vestido minimalista
Hay novias que llevan un vestido sencillo y, para romper un poco con esa tendencia, incluyen complementos llamativos o de gran tamaño. Ese no fue el caso de Teresa, que mantuvo la línea clásica en todo su look. La novia nos cuenta que solo llevó dos joyas: unos pendientes de diamantes diseñados por la Joyería Jose Luis que le regalaron sus familiares y amigos por su 30 cumpleaños y su anillo de pedida. "Las alianzas nos las regaló mi tío; el día de la boda también era su cumpleaños y le pareció muy bonita la idea de que siempre recordáramos ambas fechas. Los zapatos me los regalaron mis mejores amigas, unas sandalias preciosas de Jimmy Choo", nos cuenta.
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Teresa nos explica que uno de los detalles de su look nupcial que más ilusión le hizo fue la elección de su ramo. "Quería que fuera monocolor y que llevara olivo para hacerle un guiño a la familia de Jose, que son de Jaén. Junto con Mari Carmen de Fernando Hijo, pensamos que al vestido le iría muy bien un ramo de rosas blancas, la flor favorita de mi madre. Tanto la decoración de la iglesia (con un gran arco en la puerta), como del banquete, siguieron la misma línea, con hortensias blancas y caídas irregulares de verdes. Esa mañana, mis amigas también me enviaron flores y hortensias a casa, el salón estaba precioso".
Maquillaje sencillo y moño de bailarina
A la hora de seleccionar la persona encargada de maquillar y peinar a la novia no solo es importante tener en cuenta que su trabajo le emocione, también que haya un feeling especial. Ese día hay muchos nervios y si los preparativos son en casa de la novia es importante que se respire un ambiente cómodo y agradable. Teresa confió en Manuel, su peluquero de toda la vida, para el peinado. "Me gustaba la idea de un moño sencillo pero bonito, con la cara despejada. Me hizo un moño trenzado de bailarina. Me sentí tan cómoda con él que, aunque mi idea era soltarme la melena en el baile, finalmente lo llevé toda la noche". Del maquillaje se encargó Alicia, de Estée Lauder, una amiga de la familia. "Desde el principio supo captar mi idea: un maquillaje muy natural, en tonos neutros, con protagonismo de la mirada con el ojo enmarcado y algo difuminado. Confiaría en ellos mil veces más".
Durante los preparativos llevó una bata y camisón de Intimissimi, regalo de sus amigas de Granada.
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Su historia de amor
Teresa y Jose se conocieron hace nueve años, cuando estudiaban medicina en Murcia. "Empezamos a salir en un viaje a la Rivera Maya con amigos y desde entonces no nos hemos separado. Al terminar la carrera, tuvimos la suerte de poder hacer la residencia juntos en Granada y vivimos allí cinco años. Aunque por periodos de formación de nuestras especialidades (yo soy dermatóloga y Jose es traumatólogo) hemos vivido temporadas en diferentes ciudades y países, siempre hemos sabido compaginar nuestra vida personal y profesional y que la distancia no supusiera ningún problema, al contrario".
Ella es de Murcia, él de Alcalá la Real, un pueblo de Jaén muy cercano a Granada, pero cuando terminaron su formación decidieron fijar su lugar de residencia en Murcia. Fue entonces cuando surgió la idea de dar el paso. "Sabíamos que queríamos formar una familia y a ambos nos hacía ilusión la idea de casarnos rodeados de nuestra gente. Somos afortunados de contar con familias grandes y muchos amigos. Tuvimos la suerte de que prácticamente todos nuestros invitados pudiesen acompañarnos ese día y contar con nuestros ocho abuelos, que estaban felices y disfrutaron muchísimo", nos cuenta la novia.
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Y llegó el gran día. El 14 de octubre Teresa y Juan se dieron el 'sí, quiero' en la Iglesia de Las Anas. "Es un convento situado en el centro de Murcia y en el que las monjas tienen cercanía con mi familia", nos cuenta. Después, ellos y sus casi 300 invitados se trasladaron a la Finca Buenavista, de Pablo González, con dos estrellas Michelin.
La novia nos cuenta que, pese a tratarse de una boda bastante grande, no contaron con la ayuda de ninguna wedding planner para la organización. "Hubo momentos de estrés, sobre todo porque al empezar con los preparativos no vivíamos en la ciudad donde nos casamos. Por suerte, contamos con la ayuda de nuestras familias y amigos que estuvieron siempre muy pendientes para que ese día fuera perfecto".
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La música tuvo un papel muy especial en el enlace. Teresa nos cuenta que para el cóctel contaron con un grupo cubano que animó mucho el ambiente y, después, con otro de rumba que encantó a los invitados. "Al entrar al banquete con la canción Someone to you todos nuestros amigos se unieron a nosotros y se formó un gran círculo de baile en el centro del salón. Ya en la discoteca, Carlos, el mejor amigo de Jose, se arrancó a cantar Carolina en la tarima con Pablo, el Dj, fue un momento muy divertido".
Los momentos más especiales
Aunque toda la boda en sí es especial, siempre hay instantes que se recuerdan con más cariño. "Uno de los momentos más especiales de ese día fue con mi padre, justo antes de entrar a la iglesia. Estaba tan feliz y emocionado que siempre lo recordaré como uno de los instantes más felices de mi vida".
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Teresa nos explica que ver a Jose esperándola al final del pasillo de la iglesia fue muy emocionante, "ojalá volver a vivirlo. Otro momento increíble fue la salida de la iglesia. Empezó a llover, ¡y eso que en Murcia nunca llueve! Y creíamos que no habría invitados fuera. Nos emocionamos mucho al ver que estaban todos esperando para felicitarnos".
Tal vez por eso, porque en realidad todo el día está plagado de momentos importantes, Teresa tiene claro el consejo que daría a otras parejas. "Que disfruten mucho los preparativos, elijan lo que a ellos les guste de verdad y que ese día se relajen e intenten aprovechar cada minuto".
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Teresa quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
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Fotógrafo: Pepe Bernal Olivares. Velvia Estudio.
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Primer vestido: Lorena Merino. Maison Portocale.
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Segundo vestido: Max Mara
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Joyas: José Luis Joyerías
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Flores: Fernando Hijo
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Finca: Finca Buenavista-Pablo González.
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Grupo cubano: La Cremaband
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Grupo rumba: Almayson
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Fotomatón: Esfering Photocall
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DJ: Pablo García
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Luces y ambientación: Manuel Sala.