No puedo evitarlo, cuando un amigo me dice que se casa, una de mis primeras preguntas siempre es "¿y a dónde os vais de viaje de novios?". Evidentemente, dar el 'sí, quiero' a tu compañero de vida es lo principal a la hora de preparar una boda, pero, para mí, la luna de miel que viene tras ese gran día es quizás lo segundo más importante, ya que las sensaciones y los sentimientos a flor de piel que tienes en esa primera escapada como casados son incomparables. Hay que tener en cuenta que no se trata solo de conocer un destino y disfrutar junto a tu pareja, sino que, seguro, dedicarás gran parte del tiempo a comentar la boda y a liberarte de los nervios y el estrés que suponen las semanas previas al enlace. Por eso, me parece importante elegir un destino único y, a la vez, llevar todo planificado confiando en un proveedor de confianza, dos condiciones que se cumplen a la perfección en la isla de Ocean Cay, un destino ideal para enamorados, pero también para familias o grupos de amigos.
¿Habías imaginado alguna vez que visitarías una isla privada en las Bahamas? De primeras, suena a algo prohibitivo y reservado únicamente para celebrities, pero tú también puedes disfrutar de este planazo. Ocean Cay, ubicada en el distrito de Bimini, es un exclusivo y paraidisico rincón al que solo puedes acceder de la mano de MSC. Se trata de una impresionante isla que pertenece a esta compañía de cruceros, a la que se llega, como es lógico, mediante sus barcos. Para mí, es fundamental que la luna de miel refleje la personalidad de los novios, puesto que no a todas las parejas les gustan los mismos planes, y lo bueno de este enclave es que ofrece opciones para todo tipo de gustos.
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Planazos para todos los gustos
Ocean Cay fue creada con un fuerte compromiso con la restauración de los recursos naturales y la conservación de los arrecifes de coral, por lo que es ideal para bucear en sus aguas cristalinas y descubrir la vida marina que le rodea, ya sea por libre o mediante las excursiones que proponen desde la naviera. Sus más de 3 kilómetros de playas de arena blanca, en las que encuentras tumbonas, sombrillas y cabañas con todo tipo de comodidades, invitan a descansar y desconectar. Además, en una de estas playas se sitúa un fabuloso spa perfecto para una cita en pareja ¡con masaje incluido!.
Si sois más aventureros y -como a mí- se os atraganta un poco el hecho de estar tirados en la tumbona todo el día, seguro que os encantan los múltiples planes que ofrecen, como snorkel, paddle boarding, jet skiing... y, por supuesto, restaurantes y bares.
Un viaje muy completo
Aunque Ocean Cay es un destino más que apetecible de por sí, su visita forma parte de los cruceros que ofrece la naviera por la zona del Caribe, por lo que puedes elegir el que mejor se adapte a vuestros gustos. Para mí, los ideales son los que combinan "un poco de todo", como la ruta de MSC Seascape que parte desde Miami, capital mundial de los cruceros. ¿Un consejo? Volad un par de días antes de que zarpe el barco para conocer esta ciudad de Florida a fondo, merece mucho la pena pasear por South Beach, posar ante los murales de Wynwood, tomaros un daiquiri en Little Habana y, por qué no, daros el lujo de disfrutar de una jornada de desconexión y buena comida en Nikki Beach.
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Tras maravillaros con los impresionantes rascacielos de Miami y antes de llegar a la deseada islita de Bahamas, podréis viajar en el tiempo visitando las impresionantes ruinas de Chichén Itzá, una de las maravillas del mundo, a la que se accede desde Cozumel (México), uno de los puertos en los que para este grandisoso barco. Las impresionantes cascadas de Jamaica, la naturaleza fascinante de las Islas Caimán o el exotismo desconocido de Roatán son otras de las paradas que podréis descubrir si elegís esta ruta.
Por qué elegir un crucero como luna de miel
Cada vez son más las parejas que deciden embarcarse en un crucero como luna de miel, alentados, además de por los destinos variados que se ven en una misma escapada, por la comodidad que ofrece este tipo de viaje y por las experiencias exclusivas a bordo. Es un auténtico lujo que el desplazamiento entre puertos sea un destino en sí, ya que en estos barcos tan impresionantes, que son auténticas mini ciudades, puedes disfrutar de experiencias exclusivas mientras vas de un punto a otro, como masajes en pareja, cenas en restaurantes de especialidades o jornadas de compras.