Hay vestidos de novia que llaman la atención por todo el trabajo que presentan en el empleo de encajes, bordados o pedrerías, como sucedió con el look nupcial de Victoria de Hohenlohe. Y otros que, por el contrario, reclaman miradas por su sencillez. Ese fue el caso de Gina, una novia de Premia, un pueblo de las afueras de Barcelona, que eligió para su boda un diseño de The Muse Collective minimalista, pero muy especial.
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Un vestido sencillo, pero muy especial
Gina nos cuenta que cuando llegó el momento de elegir el vestido para su enlace no tenía nada claro lo que buscaba. Tenía la típica carpeta en la que guardaba todos los diseños que veía en redes y le llamaban la atención. Pero la mezcla de ideas era tan grande que nos asegura que ni siquiera la enseñó a las chicas de The Muse Collective. Lo que sí tenía claro es que ellas firmarían su look nupcial. "Mi prima se casó el año anterior y se hizo el vestido con ellas. Yo la acompañé a varias de sus pruebas y siempre que salía me decía a mi misma que el día que me casara, seguro que sería el primer sitio donde miraría. El trato era inmejorable, y me pasaba el rato cotilleando sus diseños".
La novia nos explica que a Laura, de la tienda de novias multimarca y atelier (lanzaron su primera colección propia hace un año), necesitó tan solo unos diez o quince minutos para averiguar con qué tipo de diseño se sentiría más cómoda Gina. "No sé cómo lo hizo que sin ni yo saber lo que quería consiguió que a la primera me enamorara del vestido. Me probé tres modelos de su colección de los cuales me costó unas semanas decidirme entre dos de ellos, porque me enamoré de ambos, ¡me gustaban mucho!", nos cuenta la novia, que acudió acompañada por su madre y su prima a aquella primera toma de contacto.
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Finalmente Gina se decantó por un vestido de corte lencero, tirante ancho, escote de pico delantero y en la espalda y corte a la cintura. La parte superior de la prenda, de un tono más beis, estaba decorada con pequeños bordados florales en blanco; la falda, de silueta A, confeccionada en crepe, era completamente lisa. A lo largo de las cuatro o cinco pruebas que hicieron, fueron definiendo el resto del look y decidieron que la novia llevaría una capa de seda, sobria y muy elegante, que ocultaba el detalle de la parte superior que solo quedó a la vista durante el baile.
Y es que Gina nos explica que, en un momento en el que muchas novias apuestan por prendas convertibles o eligen dos vestidos para su gran día, ella no quiso cambiarse de traje. "Me gustaba tanto mi vestido y era tan cómodo, que no quise quitármelo en toda la noche. Para el momento de la fiesta, tan solo con un ganchito y un botón, me até la poca cola que tenía el vestido para poder bailar cómodamente sin arrástralo", nos cuenta.
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El poder de los complementos
Gina no llevó muchas joyas el día de su boda, pero eligió piezas que no solo estaban llenas de significado, sino que le ayudaron a dar el toque final a su look. La capa que lució estaba fruncida en uno de sus hombros y fue ahí precisamente donde colocó un broche de su abuela que había pertenecido a su bisabuela. "El mismo broche lo llevo mi prima el año pasado para su boda. Sin quererlo ni saberlo, puede que sea la nueva tradición familiar", nos cuenta divertida. Su prima se hizo para su enlace unos pendientes a juego que no dudó en prestarle.
En cuanto al maquillaje y al peinado, Gina quería algo muy natural. "En mi día a día no me maquillo nunca, así que quería algo muy sutil y ligero, pero que a la vez me diera un poco de luz. Como peinado lleve un semi recogido y algunas ondas. Tanto del peinado como del maquillaje se encargó Vicky Brea, ¡no pude elegir a nadie mejor!", asegura.
Un ramo de una sola flor
Hay novias que apuestan por un ramo en tonos blancos y otras que eligen composiciones con las que aportar una nota de color a su estilismo. Gina fue de estas últimas y se decantó por un diseño compuesto únicamente por un tipo de flor. Aunque en estos casos las hortensias suelen gustar mucho, ella prefirió llevar tres peonías de color coral. El resultado sencillo, pero elegante y muy especial, encajaba perfectamente con su vestido.
Su historia de amor
Gina bromea cuando le preguntamos cómo se conocieron Edgar y ella y nos cuenta que la suya no es la típica historia de amor que comienza de una forma especial, casi de película. Fue una noche de fiesta cuando se vieron por primera vez, pero su historia de amor, porque claro que la hay, la que fueron construyendo desde ese momento.
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Tanto es así que cuando se comprometieron decidieron que se casarían el 13 mayo de 2023 una fecha que coincidía, curiosamente, con doceavo aniversario como novios. "Yo siempre había soñado en casarme y Edgar sabía que era importante para mi, nunca nos sentamos a hablar de cuando sería el momento ni el año ideal, eso ya lo dejamos en sus manos y cuando él se decidió me pidió matrimonio. Dice que en la boda de mi prima acabó de decidirse y que fue en ese momento, que se le contagiaron las ganas de casarse", asegura la novia.
El pasado 13 de mayo, Gina y Edgard se dieron el 'sí, quiero' en la iglesia de Sant Marti d’Empuries. "La elección del lugar no es casualidad, queríamos casarnos en un sitio que nos caracterizara y nos sintiéramos parte de él. Desde muy pequeña mi familia y yo subíamos los fines de semana a Sant Pere, nos encanta navegar, el mar, la playa, la furgo… y Edgar enseguida se unió al plan cuando empezamos a estar juntos. Queríamos que la fecha también fuera significativa, y por eso escogimos el 13 de Mayo para casarnos, justo hacíamos 12 años juntos".
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Después se trasladaron al Cortal Gran de Sant Pere Pescador para la celebración. Gina nos explica que aunque Edgar y ella fueron los encargados de organizar todos los pormenores del enlace, el día de la boda contaron con la ayuda de la wedding planner Patty Perona, de Rotundo Lab. "Lo recomendaría mucho, es la manera de disfrutar al 100% de todo. Con ella dosmeses antes de la boda empezamos ya a trabajar juntas… Me ayudó con el seating plan, la construcción de la escaleta, puso en contacto a todos los proveedores y, por supuesto, hizo que el día de la boda no nos tuviéramos de preocupar de nada".
Quedarse con un solo momento del gran día nunca es fácil, pero Gina tiene claro que una de las cosas más especiales fue tener a todos los que quería juntos. “Me considero una persona muy familiar, y muy amiga de mis amigos, me encanta organizar planes y juntarme con todo el grupo de amigos, compartir reuniones con la familia, navidades, vacaciones… Así que para mi fue un sueño poder juntarnos familia y amigos, y celebrar conjuntamente el día más importante de nuestras vidas”.
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Lo que no duda es el consejo que daría a otros futuros novios: "Que aprovechen cada instante de ese día, desde el primer café de la mañana, acompañado de nervios, ¡¡hasta el último baile en la pista!! Pasa todo tan tan rápido, que hay que aprovechar cada minuto al 2000%".
Gina quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
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Vestido: The muse collective (@themusecollective_)
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Maquillaje y Peluquería: Victoria Brea (@vickybreamakeup)
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Espacio: Cortal Gran(@cortalgran)
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Iglesia: Sant Martí d'Empúries
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Fotos: Velvet Hush (@velvethush)
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Flores: Maite Mach (@maitemach)
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Catering: Aspic (@aspic_catering)
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Menaje: Nuovi Piatti (@nuovipiatti)
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Dj: Patri Recoder (@patrirecoder)
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Grupo de música: The wedding covers (@theweddingcovers)
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Wedding planner: Patty Perona de Rotundo Lab (@rotundo_lab)